El Tribunal Oral en lo Criminal N° 21 de la Capital dio a conocer el fallo completo por el crimen del joven militante del Partido Obrero, ocurrido el 20 de octubre de 2010. La sentencia no se leyó en la audiencia, por su extensión. Hay tiempo hasta el 2 de agosto para las apelaciones.
“Ya en un texto de 1947 se pedía que la justicia se adaptara a los tiempos”. Fiel a su estilo descontracturado y alejado del formal lenguaje judicial, el juez Horacio Días citó al penalista español José Antón Oneca. El presidente del Tribunal Oral en lo Criminal N° 21 lo hizo cuando llegó a la sala, dos horas después del horario pautado. Ante los abogados de las partes, la familia de Mariano Ferreyra y un único condenado, el policía Hugo Lompizano, sentenciado a dos años de prisión de ejecución condicional, el magistrado anunció que la sentencia no sería leída en esta audiencia, por su extensión. Explicó que entregaría copias en CD.
Los secretarios y ayudantes del tribunal habían estado imprimiendo las copias de los cinco cuerpos y las dos mil fojas que tiene aproximadamente la sentencia. Por eso se atrasaron hasta las 16, cuando la cita era a las 14.
“¿Alguien se opone?”, preguntó. Las querellas aceptaron, pero los abogados de Cristian Daniel Favale y Pablo Marcelo Díaz, dos miembros de la patota de ferroviarios condenados a 18 años de prisión ambos, se mostraron en discordancia. Pidieron que quede sentado que ellos querían que se leyera la sentencia. También se quejaron ante la posibilidad de una versión digitalizada de la sentencia. Querían el texto escrito en formato papel.
El problema era que en el juzgado no había resmas de papel. Cuando se dio por terminada la audiencia, los abogados de los condenados cruzaron frente a tribunales a comprar hojas. Volvieron cargados con resmas. Los abogados de las distintas querellas se fueron con sus copias digitales.
Una vez hechos públicos los argumentos del veredicto, las partes tienen tiempo hasta el 2 de agosto para apelar a la sentencia. Todas las partes declararon que lo harán. También el fiscal Carlos Eduardo Gamallo.
“Vamos a estudiar bien la sentencia y luego presentaremos recurso ante la Cámara de Casación penal”, dijo el abogado del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) Maximiliano Medina, que representa a la familia de Ferreyra.
Una de los cuestionamientos de la querella del CELS es que el tribunal condenó por la figura de homicidio simple, mientras ellos pedían que sea por homicidio calificado
El juicio por el crimen de Mariano Ferreyra comenzó en agosto de 2012. Duró ocho meses y 75 audiencias. El pasado 19 de abril el caso tuvo una sentencia paradigmática. En menos de tres años, la justicia consiguió que el crimen del joven militante no quedara impune. José Pedraza, el histórico líder de la Unión Ferroviaria, fue condenado a quince años de prisión. Su segundo en el gremio, Juan Carlos Fernández, tuvo la misma pena. Para el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) Nº 21, fueron participes necesarios del asesinato del militante.
Cristian Daniel Favale y Gabriel Sánchez fueron sentenciados a 18 años por ser los autores materiales. Los jueces no pudieron determinar quién de los dos apretó el gatillo porque el perito Roberto Locles destruyó el proyectil extraído del cuerpo de Ferreyra. También fueron condenados los miembros de la patota ferroviaria: Pablo Marcelo Díaz, Cristian Daniel Favale y Gabriel Fernando Sánchez a 18 años de prisión; Jorge Daniel González y Salvador Pipitó a 11 años de prisión, y Claudio Alcorcel a 8 años de prisión. Hoy se conocerán los argumentos en el Tribunal Oral de lo Criminal N”21.
La sentencia anunció penas también para seis de los nueve policías imputados. Luis Mansilla fue condenado a diez años de prisión, Jorge Ferreyra a nueve. Hugo Lompizano, Luis Echavarría y Gastón Conti a dos años de prisión de ejecución condicional. Y David Villalba fue condenado al pago de una multa. En tanto, Guillermo Uño, Juan Carlos Pérez y Rolando Garay fueron absueltos.
A Mariano Ferreyra lo mataron el mediodía del 20 de octubre de 2010. Tenía 23 años. Ese día participaba de un corte de vías en Barracas, para reclamar por la incorporación a planta permanente de empleados tercerizados de la línea Roca. Una patota armada bajo las órdenes de la Unión Ferroviaria fue a parar la protesta. Lo hicieron con la complicidad de policías de la comisaría 30 de la Federal.
Cuando los manifestantes se estaban replegando, un grupo de los ferroviarios se abalanzó sobre ellos. En las corridas, alguien notó que Mariano se agarraba el pecho. Se apoyó en una pared y terminó cayendo al piso. Tenía un balazo en el pecho. También terminaron heridos de bala otros tres manifestantes: Elsa Rodríguez, Nelson Aguirre y Ariel Pintos.