Los distintos trabajos publicados en INFOJUS NOTICIAS hasta el 9/12/2015 expresan la opinión de sus autores y/o en su caso la de los responsables de INFOJUS NOTICIAS hasta esa fecha. Por ello, el contenido de dichas publicaciones es de exclusiva responsabilidad de aquellos, y no refleja necesariamente la posición de las actuales autoridades del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos respecto de los temas abordados en tales trabajos.

Infojus Noticias

3-11-2014|19:25|Inundaciones Nacionales
Etiquetas:
Morir a dos cuadras del río Luján

"Mi sobrino murió electrocutado por la negligencia del municipio"

Daniel Quintana, de 22 años, se quedó electrocutado en su casa, en medio de la sudestada que azotó San Fernando. Aunque fue el sábado, la muerte se conoció públicamente hoy. Sus familiares y vecinos denuncian que es responsabilidad de las autoridades locales, a las que acusaron de abandono de persona. Y apuntaron, también, a una empresa náutica de la zona y a Defensa Civil.

  • Patrick Haar
Por: Cecilia Devanna y Juan Manuel Mannarino

Daniel Quintana tenía 22 años, trabajaba en un astillero como plastiquero naval junto a su padre, y el sábado al mediodía murió electrocutado en su casa de San Fernando, a dos cuadras del río Luján, en medio del temporal que azota a la provincia de Buenos Aires. Alejandro Salas, su tío, se muerde los labios cuando cuenta cómo fue la secuencia de muerte. La noche anterior, cerca de las diez y media de la noche, había empezado la sudestada, a las que los habitantes del barrio San José -uno de las más postergadas de la localidad- están acostumbrados. Pero hacía tiempo que el agua no llegaba a los casi dos metros. Mientras intentaba salvar los objetos de su casa, Daniel tocó un cable que bajaba desde la planta alta de su vivienda. Se electrocutó. Sus parientes lo llevaron en andas, entre la correntada, hasta el Centro de Salud que está a una cuadra. Estaba cerrado. A pocos metros, divisaron una camioneta municipal. Tampoco los auxiliaron. Daniel moriría minutos después, como si su vida no hubiera importado.

“El director de Defensa Civil, Roberto Pallota, tenía que haber cortado la luz en la zona y no lo hizo y la camioneta de Protección Ciudadana del municipio de San Fernando, se negó a trasladar a mi sobrino al hospital”, denunció a Infojus Noticias Salas, de 42 años. No fue lo único. Hay otros signos de la desidia municipal: que no exisitiera siquiera una ambulancia en el Centro de Salud -que, según los vecinos, deberían estar alertas ante las sudestadas-, y que no hubiera ningún control sobre la guardia naútica más grande de la zona, que edifica sin los desagues correspondientes. "Hay cuadras llenas de barro cerca de la ribera. Allí se había prometido asfalto", agrega Mauricio, otro vecino.

La muerte de Quintana se conoció públicamente hoy tras la confirmación del intendente de esa localidad, Luis Andreotti. La causa está caratulada como “averiguación causales de muerte” y es tramitada en la fiscalía de José Amayo. Los padres del joven no quieren hablar con la prensa. Abatidos por el dolor, aún no pudieron enterrar el cuerpo, que permanece en la morgue porque el cementerio está inundado. Salas muestra un video donde se ven dos camiones cisterna limpiando la calle. "Llegaron dos días después, cuando bajó el agua. Les tuve que pedir que se fueran, porque la familia no podía realizar el duelo por el ruido terrible que hacían", dice.

En las calles se respira desasosiego: los vientos siguen siendo fuertes y no para de llover. A las precarias casas de material les falta revoque y pintura. Allí viven familias que trabajan mayormente en los astilleros de la zona, realizando tareas náuticas. Los padres de Mauricio son de los más antiguos del barrio. Explican que las sudestadas son comunes, pero que antes había una compuerta -que colocaron los mismos vecinos- que frenaba la correntada. Es la primera vez, dicen, que hay un muerto por los efectos del temporal. Y acusan a una empresa: el Complejo Naútico Sarthou, que posee la guardería naútica más poderosa de la zona. "El dueño está comprando los terrenos, se está quedando con la bajada del río y eliminó la compuerta", dicen, a coro.

Las últimas horas de Daniel

El mediodía del sábado Daniel, que estaba en pareja y era papá de una nena de dos años, volvió a su casa sobre la calle Ituzaingo, en el barrio San José. Abrió la puerta con el agua hasta la cintura y, sin querer, tocó un cable que bajaba desde la planta alta de su vivienda. “Se electrocutó apenas entró y su mamá, Silvia, lo fue a socorrer. Todavía no entendemos cómo no se electrocutó también ella”, cuenta Salas. Alejandro escuchó los gritos desesperados de Silvia desde un almacén cercano en el que estaba intentando subir unos freezers al piso superior para que el dueño del local no perdiera todo. Daniel también había estado ayudando a otros vecinos desde temprano.

"En un principio, creímos que le había agarrado una convulsión, porque Daniel se movía, pataleaba, no dejaba que lo tranquilicen", explica el tío. Él y otros vecinos agarraron a Daniel, que todavía estaba vivo, y con el agua hasta la cintura fueron hasta la esquina de las calles Alvear e Ituzaingo, en busca de ayuda. “Ahí estaba una camioneta de Protección Ciudadana, de la policía municipal, y ellos se negaron a trasladarlo”, denunció Alejandro y agregó que primero les habían pedido que se acercaran hasta la casa para subirlo. “Ellos tenían una camioneta 4 x 4 y no se acercaron, nosotros lo sacamos con el agua hasta la cintura y ellos no quisieron acercarse a donde estábamos”, describió Alejandro.

Después de la negativa de la Protección Ciudadana a realizar el traslado, Alejandro y los familiares y vecinos que socorrieron a Daniel, lo subieron a una camioneta de “la dirección de Espacio Público, el municipio de San Fernando. Lo subimos como pudimos para que lo lleven de una buena vez”, relató. En la camioneta también viajó Silvia, la mamá de Daniel, y en pleno viaje al hospital, se cruzaron con una ambulancia de San Fernando Salud, el servicio de emergencias municipal. “Ahí pararon y subieron a Daniel a la ambulancia, lo tiraron como una bolsa de papas”, describió Salas. Unos minutos después el joven llegó al Hospital Provincial “Petrona V. De Cordero” donde no pudieron hacer nada para salvarlo.

Sin respuesta oficial

“Vamos a investigar qué pasó en el trayecto también”, dijo Salas. “Hay muchas cosas para rever: pusieron cinco patrulleros en el barrio para darle seguridad a las guarderías naúticas que hay en la zona, pero no para nosotros, las personas”, aseguró. Otros de los puntos que la familia buscará determinar es el de la energía. “El secretario Pallota tendría que haber dado la ejecución del corte de energía cuando empezó el temporal, pero la dio después, cuando la tragedia ya había pasado”, agregó. “Y en el barrio hay un centro asistencial que debe estar abierto las 24 horas y ese día estuvo cerrado”, denunció.

Infojus Noticas intentó comunicarse en reiteradas oportunidades con Pallota, pero nunca respondió su teléfono celular. Desde la Dirección General de Comunicación del municipio dijeron a esta agencia que todavía no habían recibido el informe de Protección Ciudadana sobre la situación y que esperarían a hacerlo para difundir un comunicado sobre el tema.

En medio de la tristeza y la indignación por la muerte de su sobrino, Salas agregó que “no hubo ningún tipo de ayuda para todo lo que tuvo que ver con el servicio fúnebre. No vino, ni se acercó nadie. La muerte de mi sobrino fue por la negligencia del municipio".

Relacionadas