Infojus Noticias

La justicia sospecha –firmemente- que la vedette Mónica Farro ocultó en su departamento durante un mes a su reciente pareja, Juan Suris, acusado de liderar la banda de narcotraficantes más importante de la historia criminal de Bahía Blanca. Si bien podría ser imputada por encubrimiento, el fiscal de la causa Alejandro Cantaro confirmó a Infojus Noticias que no será detenida. “No hay nada que la vincule a esta causa en la que investigamos una organización dedicada a la comercialización de drogas”, consideró Cantaro. “En todo caso, se investigaría el encubrimiento en una causa aparte. Por eso el juez allanó su departamento pero sin detenerla”, agregó el fiscal. El delito de encubrimiento prevé una pena de uno a seis años de cárcel.

- ¿Podría alegar inimputabilidad por amistad íntima con Suris?- le preguntó Infojus Noticias.

- Con franqueza, no me parece. Al momento de ordenársele la captura, llevaban veinte días saliendo. Mis amigos íntimos son los de la infancia- respondió Cantaro.

El protegido

Juan Suris, que llegó a los medios por ser el dueño de una camioneta trucha que manejaba Leo Fariña, tenía pedido de captura nacional e internacional desde el 15 de diciembre pasado. Estaba sospechado de liderar una organización que traía la droga desde Buenos Aires y la distribuía en la ciudad portuaria del sur y los alrededores a través de un sistema de deliverys –que vendían puerta a puerta- y venta en boliches y otros locales nocturnos. Esta mañana salió del departamento de la vedette y tomó un taxi para el gimnasio, que fue interceptado por la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Llevaba puesta una gorra deportiva, se había dejado la barba candado y mintió su nombre en el interrogatorio de identificación. Después de un rato, los policías lo identificaron. “Por el rato largo que tardaron, seguramente fue a través de las huellas dactilares”, confió a Infojus Noticias un funcionario que tiene acceso a la investigación.

El dato de que Suris estaba guarecido en el apartamento de Farro llegó a través de un anónimo el jueves pasado a la fiscalía federal de Bahía Blanca. Enterado, el juez Santiago Ulpiano Martínez envió a la PSA a ubicarlo. La dirección del mensaje no era exacta. Ayer lunes, ya habían corregido y sabían que Suris estaba en un edificio de avenida Cabildo al 2.500, en el barrio de Belgrano. El magistrado libró una orden de allanamiento pero no hizo falta: Suris fue detenido a bordo del taxi.

Inmediatamente después, los efectivos entraron al departamento a buscar las evidencias de lo que sospechaban: que Suris se ocultaba allí desde que se había escapado de la policía hace casi un mes apostado que lo esperaba en la ruta 51, a la entrada de Bahía Blanca. Del operativo en la casa de la actriz, que duró tres horas, los uniformados se llevaron ropa y más de un celular. “Algunos indicios de que Suris estaba escondido ahí”, afirma Cantaro.

Unas diez personas de la banda fueron detenidas en trece allanamientos -entre ellos su hermano, Gustavo Suris-. Salvo Mariana Wagner –cuñado de Suris-, a quién el juez le dictó la falta de mérito luego de indagarlo, todos están procesados. Ahora queda un solo evadido: Gustavo Sequeira, que no es para los investigadores una pieza vital en el esquema dl tráfico. Se secuestró cocaína, armas, automóviles, teléfonos celulares y documentación vital para probar la logística financiera del grupo.

“La captura de Suris no cambia en casi nada el rumbo de la investigación”, dijo el fiscal. “Declare o no, le extenderá el auto procesamiento. Queda claro que el juez lo considera el líder de la organización”, completó. Un delito –el de comercialización de estupefacientes– que prevé una pena de 4 a 15 años de prisión.

Lo último que queda investigar, es el rol de la policía. El día de las capturas, Juan Suris recibió un llamado advirtiéndole que le respiraban en la espalda. En el auto de procesamiento, el juez Martínez pidió que se investiguen dos cosas: la posible cobertura de la policía, y algunos negocios ilícitos que surgen de las escuchas y del trabajo en campo de la División Drogas Peligrosas de la policía Federal. “Es probable que sean parte de esta organización, por ejemplo, si la liberación de zona era sistemática”, concluyó el fiscal Cantaro.