Lo dijo Diana Malamud, de Memoria Activa, en referencia a la indagatoria que pidió a la Presidenta, el canciller –entre otros- por la causa AMIA. Sergio Burstein, de Familiares y Amigos de las Víctimas de la AMIA, vinculó el pedido de Nisman con los cambios que hubo en la Secretaria de Inteligencia. “Esto es una operación vergonzosa”, denunció.
"El fiscal Nisman ha mostrado su total incapacidad para investigar en esta causa", denunció Diana Malamud desde la organización independiente Memoria Activa. Lo dijo esta tarde, luego de conocerse la decisión de Alberto Nisman de denunciar ante la Justicia a la presidenta Cristina Kirchner y al canciller Héctor Timerman, entre otros. Los acusa de pretender desviar la pista iraní en la investigación del atentado contra la sede de la AMIA en julio de 1994.
Memoria Activa aseguró que “la causa AMIA está contaminada, sucia” y cuestionaron a Nisman al argumentar que “no se aportó nada en los últimos años y escribió 300 fojas para justificar una indagatoria a la Presidenta”.
Al cumplirse los 20 años del atentado a la AMIA, el 19 de julio del 2014, los familiares de las víctimas no sólo reclamaron una vez más por el esclarecimiento del atentado. También pidieron el apartamiento de la causa de Nisman, que había sido nombrado diez años antes en la unidad especial de investigación. En ese acto paralelo al de la AMIA y la DAIA, Malamud explicó que la causa consta por lo menos de dos partes: la que se refiere a la trama del atentado y la que se ocupa de su encubrimiento (de la que se ocupa el juez Ariel Lijo). "Nisman decidió que debía entender sólo en la del atentado porque los acusados están a 13.778 kilómetros de distancia, en Irán, y desdeñó la causa sobre el encubrimiento y la investigación a nivel local porque están procesados sus ex compañeros de trabajo", declaró.
La organización Familiares y Amigos de las Víctimas de la AMIA ya habían dejado de confiar en él hace tiempo. En noviembre de 2013, en una carta abierta al fiscal, respaldaron el acuerdo entre Argentina e Irán y cuestionaron "su falta de compromiso e inacción en la causa", por considerarlo "funcional a los intereses de los que siempre nos quieren alejar de la verdad".
Sergio Burstein, uno de los integrantes del grupo de Familiares y Amigos que siguió de cerca toda las investigaciones realizadas por el fiscal especial para la causa AMIA, vinculó el accionar judicial de Nisman con los cambios ocurrido en la Secretaria de Inteligencia semanas atrás. “Esto es una operación vergonzosa de quien llevó adelante la investigación que Nisman puso en sus escritos: Jaime Stiusso”, dijo
En diálogo con la agencia Télam, Burstein recordó que “si hubieron personas que defendieron y dieron crédito a la investigación de Nisman fueron Néstor y Cristina Kirchner, basándose en la investigación que llevó adelante el mismo fiscal. Ellos llevaron la causa AMIA -basados en la investigación de Nisman- a los foros internacionales. Por eso no se entiende esto sino como una opereta para denigrar y basurear a las víctimas y a los funcionarios”. “Yo quiero la declaración de los iraníes y que se determine si hay pruebas para juzgarlos”, agregó.
Burstein dudó, también, de las pruebas compiladas por el fiscal: “Quisiera saber, por ejemplo, si las escuchas que tiene son legales o ilegales, como las que manejó el (ex jefe de la Policía Metropolitana, Jorge) Fino Palacios”. Y recordó que “en otra oportunidad, Nisman nos dijo que la SIDE tenía información respecto de conexiones entre dos personas que están involucradas en el atentado a la AMIA, que él estaba en conocimiento y que estaba intentando incorporar el tema a la causa, pero que entendía que no era momento para intimar a la SIDE para que aportara esa prueba”, destacó demostrando el “oportunismo con el que se movía”.
Y para ratificar lo que consideró “endebleces en las pruebas” recordó que, “en una ocasión, Nisman nos dijo que sería bueno que contactásemos en Estados Unidos a algún estudio de abogados por si queríamos llevar el tema afuera del país”.
“Logramos un contacto por medio de la Asociación de Abogados Judíos de la Argentina y ese estudio que nos recomendaron ratificó su interés. Viajaron a Buenos Aires, se reunieron con el fiscal Ferrante -de la oficina de Nisman-, estudiaron el tema y antes de irse nos dijeron que Nisman había hecho una investigación muy interesante, que estaban admirados pero que no podían tomar el caso porque no encontraban pruebas judicializables con las que poder iniciar ni siquiera una demanda civil contra Irán”.
Otra de las integrantes de ese grupo, Olga Degtiar se manifestó “segura” de que la denuncia realizada “es un manejo político”. “Estuvo 10 años en la unidad fiscal exclusivamente por el atentado, con 50 empleados y no pudo lograr esclarecer el tema AMIA. Y ahora está haciendo una denuncia terrible. Lastima nuestra sensibilidad. Nosotros hemos confiado siempre en la Presidenta que se presenta a Naciones Unidas con nuestro reclamo”, sostuvo.
“Lo que sí puedo creer es que Nisman esté buscando retirarse de la causa”, agregó y contó que antes el fiscal convocaba a los familiares de las víctimas para anoticiarlos personalmente sobre el rumbo de la investigación, algo que dejó de ocurrir tras la firma del Memorandum de Entendimiento con Irán.
Relaciones carnales
En su libro “PolitiLeaks, todo lo que la política argentina quiso esconder”, el periodista Santiago O’Donnell tuvo acceso a centenares de cables secretos que la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires enviaba al gobierno norteamericano. En esos despachos, O’Donnell reconstruyó las relaciones carnales que durante gran parte de la pesquisa por el atentado en la sede de la AMIA, había establecido el fiscal Nisman con funcionarios diplomáticos.
En su libro, O’ Donnell cuenta cómo el fiscal Nisman anticipaba la mayoría de sus pasos en el expediente a la sede diplomática estadounidense. En diciembre de 2007, Nisman llegó hasta las oficinas de la embajada con un borrador del pedido de captura de los sospechosos iraníes de dos carillas, que no convenció a los diplomáticos. El representante del FBI le hizo varias sugerencias. Dos meses más tarde, Nisman volvió con el documento ampliado a nueve carillas y logró la aprobación de la embajada.
Quienes han seguido la actuación de Nisman en el expediente sugieren que el fiscal fue acelerando o “planchando” la investigación de la “conexión local” según la coyuntura política del momento. El 22 de mayo del año 2008, pidió la detención y la indagatoria al juez Lijo del ex presidente Carlos Menem, de su hermano Munir –ya fallecido–, del entonces titular de la SIDE Hugo Anzorreguy, de su segundo Juan Carlos Anchezar, del magistrado Juan José Galeano y del ex comisario Jorge Palacios, por encubrir el atentado.
Ese mismo día, un cable de la embajada norteamericana revela que “Los Oficiales (norteamericanos) de nuestra Oficina Legal le han recomendado al Fiscal Alberto Nisman que se concentre en los que perpetraron el atentado y no en quienes desviaron la investigación”. Nisman se tomó muy en serio la sugerencia y pronto quiso remendar su omisión: en tres cables que llegaron a la embajada ese mes de mayo de 2008, quedó plasmada la preocupación del funcionario judicial para que lo exculparan de no haber anticipado la medida de prueba.
Aquello resultó ser una buena enseñanza para el fiscal. En diciembre de 2008, Nisman avisó que iniciaría acciones civiles contra los sospechosos iraníes. En mayo de 2009, avisó que estaba por firmar la orden de captura del colombiano-libanés Samuel Salman El Reda, porque lo sospechaba como uno de los implicados en la “conexión local” del ataque, según los cables.
Obsesionado por la pista iraní, Nisman fue muy irregular en las investigaciones domésticas: aquello que, entre otras cosas, llevó a Memoria Activa a pedir su apartamiento el año pasado. Esa preocupación ya estaba presente en noviembre de 2008, cuando el secretario general de la Amia, Julio Schlosser, el vice Ángel Barman y el dirigente Agustín Zbar, le transmitieron al embajador Earl Anthony Wayne que estaban conformes con la investigación internacional pero reclamaban que mostrara el mismo ímpetu para desentrañar la pista local.
Al mismo tiempo, había actores de la investigación que ponían en tela de juicio la solidez de las pruebas: O’ Donnell relata que en distintas oportunidades, el representante de la Cancillería argentina a cargo del caso Amia, un consejero de la DAIA y un representante del FBI manifestaron ese tipo de preocupaciones.