Hay pacientes que temen que la policía llegue por las noches. A otros les limitaron las salidas al parque. Después del viernes, los médicos y psicólogos ven crecer el miedo. La Defensoría General de la Nación presentó varios recursos de hábeas corpus para proteger a los internos.
Es un paciente psiquiátrico. Vive en el Hospital Borda. El viernes durante la represión recibió veintidós balazos de goma. Hoy fue dado de alta en el Hospital Ramos Mejía. Ahora se recupera en el mismo neuropsiquiátrico del barrio porteño de Barracas donde fue herido junto a otras 50 personas. Algunos eran manifestantes que trataban de impedir la demolición del Taller Protegido 19, resguardado por una medida cautelar. Otros eran legisladores o periodistas que se acercaron al lugar al conocerse los hechos, pero también resultaron heridos pacientes y médicos. “A los internos cuesta sacarles el tema de conversación. Tienen miedo de que la policía venga por la noche y los mate”, explicó a Infojus Silvia Painceira, una psicóloga que trabaja en el pabellón 18.
Para proteger a los pacientes, la Defensoría General de la Nación presentó el mismo viernes 26 de abril varios recursos de hábeas corpus. De los 700 internos del hospital varios son asistidos por ese Ministerio Público. La actuación fue realizada en el Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 47 de la Ciudad de Buenos Aires. Entre los ocho detenidos por la Policía metropolitana estuvieron el Jefe de Servicio del Borda, Guillermo Puerta; el trabajador de uno de los talleres, Horacio Melnik, que también fue herido; y el padre de uno de los internos.
El viernes pasado la Policía Metropolitana destruyó el Taller Protegido 19, donde se daban cursos de carpintería, imprenta y metalurgia. “Fue muy doloroso. Los pacientes estaban desesperados, veían cómo les tiraban abajo su lugar de reinserción, donde ellos pueden aprender un oficio para después ganarse un mango”, contó a Infojus Susana Bustamante, coordinadora cultural del taller “Locos por el Borda”.
Esta mañana, en el parque arboleado del fondo del Borda, tomaban sol Diego y Santiago, pacientes internados, y Elizabeth, ex paciente travesti que fue obligada a internarse con hombres y a raparse el pelo cuando ingresó en 2005. Estaban sentados sobre un cartón grueso como si fuera una manta. Tenían ante sus ojos el mural realizado durante el fin de semana por el Frente de Artistas. Imágenes de los rostros, de la represión de la policía, y el nombre de Macri que alguien pintó como sinónimo de sangre y muerte. Comían galletitas dulces cuando se les acercó Rubén con su canasta gigante. Vende empanadas de membrillo hechas por los internos. “Fue dantesco”, dijo a Infojus Santiago. “Vimos cómo la policía tiraba balas a través de las ventanas de los pabellones, en el primer piso”. Elizabeth contó que, como cada viernes, había ido a buscar su medicación al neurospiquiátrico: “Cuando llegué no entendía nada. Veía heridos, gente lastimada y llena de sangre”.
“Con todo lo que pasó nos están limitando la salida al parque. Eso nos perjudica – se quejó Santiago. Los médicos tienen miedo que nos pase algo”. Diego agregó: “Fue como una estampida, fuerte. Impresionaba el ruido de las Itakas”.
“El viernes salió un enfermo de pre-alta al parque, a realizar su caminata diaria. Se encontró con una línea de policías de la Metropolitana y personal de Infantería listos para actuar”, contó a Infojus otra de las psicólogas, Cristina Gartland, que hace 30 años que trabaja en el Borda. “Buscaba a un paciente que se había ido al fondo y no lo podía encontrar. La Policía me empujó y me tiró al piso. Son pacientes que sufren crisis paranoicas y es tremendo lo que vivieron”.
Los trabajadores del hospital de salud mental -que en octubre cumplirá 150 años- realizaron una asamblea para repudiar el accionar represivo. En el encuentro asomaron internas y reproches contra el gerente administrativo, Roberto Romero, y el director general, Ricardo Picasso. Algunos los consideran cómplices de la destrucción de los talleres. La demolición del Taller Protegido 19 –con vistas a la construcción del Centro Cívico- se suma al desmantelamiento del Taller Pan, que funcionaba en el subsuelo de la cocina y fue desarmado el 5 de marzo de 2012.
Después de la asamblea, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) realizó al mediodía una conferencia de prensa. Aseguró que no dará un paso atrás contra las políticas macristas. También estuvieron Nora Cortiñas (Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora) y el legislador porteño por Frente para la Victoria, Juan Cabandié.
Enrique Pluis fue uno de los pacientes ambulatorios que se enardeció con el operativo violento. Frente a los policías, no dudó en sacarse su camisa, quedarse en cuero e invitar a pelear a los efectivos que destruían su lugar de recreación. Tres días después de la destrucción, Enrique sigue indignado. Se vistió, como siempre, de traje negro y corbata. Pero hoy mira sin consuelo lo que ha quedado del Taller Protegido 19. Solo escombros. Apenas se salvaron un par de máquinas y algunas maderas. “Les pedía que no tirasen más, les decía que ellos tenían hijos y que no podían lastimar a nadie”. Nadie lo escuchó.