Dibujos de brujas y frases aparecen entre fragmentos de algunas sentencias de la sala D de la Cámara Civil. El juez Diego Sánchez está en una lucha campal con sus dos colegas femeninas. Entre insultos y denuncias cruzadas, ya hay dictamen que aconseja el pedido de juicio político.
Una sala, tres jueces, muchos problemas. Así podría definirse una situación vive hace dos años la sala D de la Cámara Civil, integrada por Patricia Barbieri, Ana María Brilla de Serrat y Diego Sánchez. En esa sala, ubicada sobre la calle Lavalle, hay expedientes frenados y denuncias entre los magistrados en el Consejo y en la Justicia Penal. El Consejo de la Magistratura tratará el tema en la próxima reunión de la Comisión de Disciplina y Acusación.
“Los jueces hablan por sus sentencias”, es una frase que durante mucho tiempo usaron los magistrados para defenderse y justificar no hablar con periodistas. En la sala D de la Cámara Civil este dicho se vuelve literal: “La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio. ¿Hasta cuándo Catalina, abusarás de nuestra paciencia? ¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros? ¿Cuándo acabará esta desenfrenada audacia tuya?”.
Este fragmento de Tulio Cicerón fue incluido en una reciente sentencia por parte de uno de los tres jueces de la sala D, Diego Sánchez en referencia a sus compañeras de sala y a otros integrantes de la Cámara Civil. Además de fallos, en notas dirigidas a la presidenta de la sala –Brilla de Serrat- o a la secretaria de la Cámara, a las que tuvo acceso Infojus Noticias, el magistrado las titula: “a la putativa presidenta de la sala D” en referencia a Brilla de Serrat y las ilustra con dibujos de “brujas”; y la utilización de la frase: “que las hay las hay”.
Fuentes de la Cámara sostuvieron que Sánchez “no concurre a los acuerdos” y que incluso al contestar unas de las notas en que se le comunica la realización de algún acuerdo contesta “que se diviertan”. Asimismo, en su despacho, que se encuentra con llave, hay unos 45 expedientes que no pueden avanzar puesto que no está su voto. Debido a esto la sala decidió comenzar a firmar los fallos con solo dos de las tres firmas, sin la de Sánchez, para agilizar el trámite.
El caso llegó en 2011 al Consejo de la Magistratura, pero de la mano de una denuncia de Sánchez contra Brilla de Serrat, en la que sostiene que esta es “problemática, manipuladora, psicópata, autoritaria, envidiosa y chismosa”, solicitando al Consejo le realice una prueba psiquiátrica. Luego el pleno de la Cámara denunció a Sánchez, y comenzaron a llegar las denuncias contra este último. Hay más de una decena de denuncias entre los magistrados en el organismo.
Sánchez, Brilla de Serrat y Barbieri, así como otros integrantes de la Cámara, debieron comparecen ante los consejeros. El primero en los términos del artículo 20. Y se defendió: “Su conducta ha estado y seguirá estando enmarcada estrictamente en la ley” pero “no puede entender… cómo jueces de cámara, a sabiendas que serán revocadas por arbitrarias e inconstitucionales, siguen dictando estas sentencias”, en referencia a sus colegas.
En la última reunión realizada por la Comisión de Disciplina y Acusación del Consejo de la Magistratura, cuyo presidente es el senador Marcelo Fuentes, el pasado 26 de septiembre, los consejeros decidieron que en la próxima reunión que se realice se iba a tratar específicamente los “conflictos” en la sala D.
Es más, ya existe un dictamen elaborado por el presidente del organismo, el juez laboral Mario Fera, que aconseja la suspensión del magistrado y la apertura de juicio político a Sánchez. Al tiempo que propone la desestimación de las denuncias contra Brilla de Serrat y Barbieri.
Entre los muchos expedientes que hay en el Consejo se estudiará también una denuncia donde se investiga la firma de sentencias por parte de Sánchez mientras se encontraba de licencia y en el exterior.
El fuero Civil ordinario es el fuero en donde van los conflictos judiciales que son más cercanos al común de la gente. Coexisten desde reclamos por la humedad en un edificio, con reclamos por alimentos, divorcios y daños y perjuicios. Funciona con más de 100 juzgados de primera instancia y 14 salas de la Cámara.