Piden que el crimen de Micaela Gaona se juzgue como femicidio
La joven que vivía en la villa 21 de Barracas, fue asesinada de un tiro en la cabeza el pasado 23 de julio. Por el crimen está acusado su pareja, Alexis Alzamendia, que fue detenido en Entre Ríos, tres días después del hecho.
Télam.
A Micaela Gaona la mataron el último 23 de julio de un tiro en la cabeza y la dejaron encerrada en la pieza en la que vivía en la villa 21 de Barracas. Por el asesinato, está detenida su pareja y padre de su hijo, Alexis Alzamendia. Los abogados de la madre de Micaela presentarán un escrito ante el Juzgado de Instrucción 46 para pedir que la causa se eleve a juicio como femicidio.
“Mi nieto tiene un año y once meses. Pide por su mamá y por él quiero que se haga Justicia”, dijo a Infojus Noticias Lidia Gaona, la madre de la chica. Nahuel Berguier y Gabriela Carpineti la representan ante la Justicia. Para ellos la instrucción ya está cerrada.
Micaela tenía 20 años. Hacía tres que había comenzado una relación con Alzamendia y se habían ido a vivir juntos cuando nació el bebé en septiembre del año 2013. Ella quería dejarlo, pero él la hostigaba y amenazaba. La mañana del crimen, a las 8.30, Alzamendia fue hasta la casa de su suegra Lidia Gaona y dejó a su hijo. “Mica se fue a la obra social”, le dijo. Micaela ya estaba muerta a esa hora.
Por la tarde, como no sabía nada de su hija, Lidia, fue a su casa en varias oportunidades, pero no la encontró. El viernes, la propietaria de la habitación que alquilaba la joven fue con Prefectura Naval hasta el lugar. Desde afuera escuchaban la televisión prendida y un ventilador en funcionamiento pero nadie contestaba los llamados. Cuando los gendarmes tiraron abajo la puerta de la casilla 68 de la manzana 10 en Loma Alegre, encontraron el cuerpo de la joven en la cama tapada con una frazada. Al lado del cadáver había una almohada manchada de sangre que los investigadores creen que el agresor usó para amortiguar el estruendo del disparo.
La investigación judicial apuntó a Alzamendia desde un primer momento porque, según los relatos de los familiares y amigos, él era violento con ella. En el expediente quedó plasmado el espiral de violencia en el que estaba encerrada la chica en los relatos de amigas, vecinas y familiares que reconstruyeron cómo era el trato de él hacia ella. Cuando Micaela estaba embarazada de 8 meses una vecina vio cómo Alzamendia le pegaba a Micaela en la calle. “La maltrataba y ella no se animaba a denunciarlo”, contó la madre de la chica.
Para los abogados de la familia, no hay dudas de que se trató de un femicidio. “En el caso aquí analizado, de acuerdo a los testimonios recabados, se encuentra suficientemente acreditada la existencia de los componentes específicos que esta agravante requiere para su configuración, y que presupone una determinada relación de dominación del agresor por sobre la víctima, que resulta ser objeto de maltrato (amenazas, agresiones verbales y físicas, etc.) por su pertenencia al género femenino”, dice el escrito que presentaron.
Alzamendia fue detenido en la provincia de Entre Rios tres días después del crimen. Como tenía familiares en esa provincia se dispuso un operativo de vigilancia en sus viviendas y, de esta manera, lograron apresarlo.
Organizados contra la violencia machista
Vecinos de la familia y conocidos del barrio organizaron varias manifestaciones para exigir Justicia por Micaela. “Porque no queremos ni una mujer muerta más por violencia machista nos sumamos a la movilización”, señalaron en la convocatoria.
MFA/LC
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