La justicia procesó con prisión preventiva al único detenido por el crimen de la diseñadora Celina Bergantiños, ocurrido a comienzos de este mes en un departamento del barrio de San Telmo.
La justicia procesó con prisión preventiva al único detenido por el crimen de la diseñadora Celina Bergantiños, ocurrido a comienzos de este mes en un departamento del barrio de San Telmo.
La jueza de Instrucción, Silvia Ramond, consideró al imputado Miguel Ángel Santa Marinha, esposo de la mejor amiga de la diseñadora, responsable de “homicidio simple y hurto agravado por haber sido cometido con llave sustraída”, informó la agencia Télam.
La joven diseñadora de 29 años fue encontrada asesinada la mañana del sábado cinco de octubre por su padre que, preocupado porque ella no respondía ni mensajes ni llamados, fue a ver qué pasada. La encontró estrangulada y apuñalada en el pequeño ph que la chica, oriunda de Quilmes, alquilaba en la calle Bolívar al 700.
Para el esclarecimiento del caso fue clave el testimonio que dos amigos de Santa Marinha le dieron a la fiscal Paula Asaro en los días posteriores al crimen. Los hombres le contaron que tras el velatorio de Celina, Santa Marinha los citó en una estación de servicio de Monte Grande y les confesó lo que había hecho: “La maté yo. No sé qué hice. Me mandé la cagada de mi vida”.
Allí les explicó que cometió el crimen porque Celina se había quedado con una calza del local de ropa de su mujer en Monte Grande. Ni ellos ni los investigadores le creyeron y sospechan que entre él y la víctima podría haber "una relación de pareja alternativa".
Otro testimonio contra Santa Marinha fue el de un empleado del garaje que funciona junto al ph donde vivía Celina. El hombre declaró ante la justicia que Santa Marinha fue en dos oportunidades a intentar comprarle las grabaciones de seguridad. "te ofrezco todos mis ahorros". Una de las excusas fue que tenía problemas con su mujer y quería mostrárselos y otra, que era por un tema con un jefe.
Los investigadores están convencidos de que, en realidad, Santa Marinha no quería dejar rastros después de haber matado a Celina.