Miguel Ángel Porro, profesor del colegio N° 13 de Villa Ballester denunció que una de las alumnas lo envenenó poniendo insecticida para cucarachas en una botella de agua. Si se comprueba la denuncia del docente, el delito no sería punible y sólo se podría aplicarle a la menor una medida tutelar.
La justicia de San Martín investiga qué sustancia intoxicó a Miguel Ángel Porro, el docente del colegio Comercial N°13 de Villa Ballester que denunció haber sido envenenado por una de sus alumnas con producto para exterminar cucarachas. “Se están haciendo pericias para determinar cuál era la sustancia que hubo en la botella, cómo llegó hasta allí, quiénes estaban alrededor. Todas medidas investigativas, pero todavía nada en concreto”, dijeron a Infojus Noticias desde la fiscalía N°6 de San Martín, que estaba de turno el viernes a última hora, cuando se produjo la intoxicación. “Todavía no se ha pedido ninguna declaración, porque si el autor es un menor todas las testimoniales deberán tomarlas en la fiscalía de menores, incluida la del docente intoxicado”, agregó la fuente.
En la fiscalía donde se investiga el episodio, no tienen la botella de agua con la que el profesor intentaba tragar una pastilla contra para regular la diabetes, en la que habrían diluido el veneno. “Por eso estamos viendo si es posible el examen toxicológico que se hace de las vísceras de las personas muertas”, aclaró la fuente de la investigación.
Porro dio hoy una conferencia de prensa y contó lo que había podido reconstruir de ese día. Llegó a la escuela secundaria comercial 13 de Villa Ballester, como todos los días, a impartir clases sobre “Construcción de Ciudadanía”. Compró una botella de agua en el bar y la apoyó sobre el escritorio. “Antes de que terminara la clase, viene un grupo de chicos de otro año a buscar un libro de temas y se lo llevan”. Porro se paró y fue hasta la puerta del aula a reprender a otros chicos que estaban en hora libre y “hacían un poco de lío”. En ese momento se metió en la boca una pastilla para la diabetes y la tragó con un sorbo de agua. Uno de los chicos se le acercó y le advirtió que una de sus alumnas le había contado que había puesto en el agua veneno para ratas. “Miré la botella y estaba blancuzca, opaca y con pintitas como amebas de aceite”, detalló en la rueda de prensa. Otra alumna, dijo, le dio detalles sobre lo que enturbiaba el agua: “veneno para cucarachas”.
Al rato, sintió “la boca y la garganta hinchada, con un brote de alergia”, y fue trasladado a un hospital donde se lo internó en terapia intensiva. Le colocaron sueros e inyecciones para que “no se formen coágulos en la sangre”, contó el profesor.
Cómo sigue la investigación judicial
Los investigadores están indagando si todo fue una broma. Si se comprueba que Porro ingirió agua envenenada, y que quién la contaminó tiene menos de 16 años, no sería punible, y el fiscal del fuero juvenil de San Martín debería aplicarle alguna medida tutelar.
Miguel Ángel Porro tienen 67 años y hace más de dos décadas que es docente. Cuando habló para los medios, contó que le relación con ese curso no era buena: de 22 alumnos, había aplazado a 14. El docente dijo que sólo es severo, que quiere “que los chicos comprendan el respeto por el otro, los derechos humanos, las normas jurídicas y sociales”, y que “se formen como ciudadanos”.
La inspectora distrital de aclaró que la chica fue separada del curso, pero que será la Justicia quién tendrá que determinar si Miguel Ángel Porro fue envenenado. Porro habló sobre chica acusada: “es una alumna que no estudia y no quería estar en esa escuela, después me enteré de eso”, dijo. La caracterizó como una chica “conflictuada”, y aseguró que “siempre quiere llamar la atención”. Es una chica que “tiene una conducta que no se condice con su edad”, concluyó.