Hoy se conocieron detalles sobre lo que declaró el ex Director de Operaciones de la Secretaria de Inteligencia (SI). Dijo desconocer la denuncia que estaba preparando Nisman, que previo a su muerte no hablaron por teléfono y que no se veían desde el mes de octubre.
La declaración de Antonio “Jaime” Stiuso era una de las más esperadas de la investigación judicial por la muerte del titular de la UFI-AMIA, Alberto Nisman. Se realizó en la más absoluta reserva durante los feriados de Carnaval. Hoy, a través de una nota publicada en el diario Página/12, se conocieron detalles sobre lo que declaró el ex Director de Operaciones de la Secretaria de Inteligencia (SI).
El hombre, que ayer fue denunciado por contrabando por el titular de la SI, Oscar Parrilli, aseguró que la última vez que habló con Nisman fue en Navidad. “Desconocía que iba a realizar la denuncia y la forma intempestiva en que la realizó”, aseguró en referencia al escrito presentado por Nisman, cuatro días antes de su muerte, y que involucra a la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández, al Canciller, Héctor Timerman, y a un grupo de personas.
Stiuso le relató a la fiscal Viviana Fein que Nisman no figuraba con su nombre en su teléfono celular, sino como “Ministro”. Y que bajo esa identificación quedó registrada una llamada perdida a las 18.25 del sábado 17 de enero, el día previo a su muerte. Aseguró que no contestó porque tenía el aparato en silencio y no lo escuchó. No devolvió el llamado. Según reveló el matutino, a lo largo de su testimonio, Stiuso insistió en tomar distancia de la presentación del fiscal. Pero al mismo tiempo se reconoció como su proveedor de información de Inteligencia y agregó que se veían periódicamente. “A la vez, afirma –apuntándole al Gobierno– que el contenido de las escuchas en las que se basó Nisman para pedir las indagatorias también era conocido por el entonces jefe de los espías, Héctor Icazuriaga, y su número dos, Francisco Larcher”, señaló el diario.
Stiuso aseguró que la última vez que habló con Nisman fue en Navidad, mientras que la última vez que se vieron fue en octubre. Que allí hablaron de la posibilidad de que Stiuso fuera testigo en el juicio por el encubrimiento del atentado que se realizará a mediados de este año y que Nisman le contó que estaba “trabajando en las escuchas”. Que se dedicó al tema entre seis meses y un año con posterioridad a las tratativas por el Memorándum de Entendimiento con Irán. Stiuso declaró que él “desconocía la entidad que le iba a dar” Nisman a ese material enviado por la SI. “El fiscal no debía esperar material de la secretaría”, afirmó.
El ex director de Operaciones de la SI se desligó de la presentación afirmando que “desconocía que iba a realizar la denuncia y la forma intempestiva en que la realizó”. Lo “sorprendió”, insistió. “De haberlo sabido, lo hubiese aconsejado o asesorado de otra manera”, se lee en su testimonio. Stiuso afirmó que no participó de la investigación sobre las irregularidades ni el fiscal se lo pidió. En sus palabras, se focalizó en el “atentado y no las causas colaterales”. Las escuchas en cuestión a Yussuf, dijo, fueron “dispuestas hace varios años”. “No sabía de qué manera (Nisman) podía llegar a vincular las afirmaciones de particulares con la actividad de funcionarios”, agregó.
“El material contenido en esas escuchas fue obtenido por la Dirección de Observaciones Judiciales que dependía del subsecretario de Inteligencia (Larcher) y que eran remitidas a la UFI-AMIA de manera directa”, agrega.
Stiuso a la vez reconoció cercanía con Nisman y explicó que desde que se conocieron, funcionaban así: él “buscaba el material” y se lo “daba a Nisman”, quien “le daba la entidad probatoria que él consideraba”. Se basaba en “se usaban informes de servicios extranjeros, escuchas, informes de Inteligencia, cuadros de contactos”.
Stiuso reconoció que él mismo redactó el informe para pedir la captura de los iraníes, señaló el diario. Con el fiscal, cuenta en la declaración, se reunían en la sede de la SI en la calle 25 de Mayo. “La frecuencia variaba.” “Así como para Nisman la causa AMIA fue la razón de su vida”, dice Stiuso, también fue para él.
Llamadas antes y después del final
La que sí respondió a una llamada de Nisman, el sábado 17, fue otra línea de celular que estaba a nombre de Stiuso. Fue una comunicación de 15 minutos y Stiuso reveló que ese teléfono estaba en poder del director general de Análisis de la SI, Alberto Massino, un hombre de su confianza, que también participaba de la investigación del atentado a la AMIA. Stiuso dijo que Massino “tuvo conocimiento del trabajo que estaba preparando Nisman en base a las escuchas, porque todo lo relevante de la información que salía se remitía a esa dirección” (la de Análisis). La declaración de Massino se realizará cuando vuelva de sus vacaciones, a fines de este mes. Ayer la fiscalía avanzaba en el pedido para que lo releven de guardar secretos y analizaba si llevarlo a declarar en iguales condiciones que a Stiuso, de incógnito y sin presencia de las partes, reveló el matutino.
Stiuso dijo que no tenía idea de cuántos teléfonos hay a su nombre: “Entiendo que son muchos, no llevaba el control” (277, según datos de la SI).
Amenazas conjuntas
Stiuso describió a Nisman como “una persona siempre muy ansiosa” y habló de que ambos y sus familias “fueron amenazados”. Las amenazas fueron vía email y se tramitan en el juzgado Federal N° 9 a cargo de Luis Rodríguez. En ese mismo despacho, la jueza Federal, Sandra Arroyo Salgado, ex mujer de Nisman, presentó a fines de enero un ejemplar de la revista Noticias en cuya portada está la foto del fiscal con un círculo negro en la frente. El ejemplar fue adquirido por la actual pareja de la magistrada el día previo a la muerte del fiscal.
También contó que conoció a la familia Nisman en una reunión social en un country, y que con Arroyo Salgado, también trabajó por pedido de ella cuando le “requirió colaboración en alguna causa judicial”. Y que el 27 de enero ella le devolvió un llamado (según versiones periodísticas él la había llamado para darle las condolencias). Stiuso dijo que nunca había estado en el departamento de Nisman, no conoce a Diego Lagomarsino, el informático que le prestó el arma de donde salió el disparo mortal.
Sobre su salida de la SI, dijo que fue una decisión propia, aunque fue producto del descabezamiento del organismo decidido por el Gobierno.