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Durante la jornada de hoy en el juicio por la represión ordenada por el gobierno de Fernando de la Rúa, el 19 y 20 de diciembre de 2001, declaró un colectivero y fotógrafo por el caso de Gastón Riva, uno de los 38 muertos ese día. El testimonio de Daniel Gugini, acompañante de Riva en la moto en la que se desplazaba cuando fue asesinado, fue postergado para la semana próxima.  

En este juicio están indicados como responsables por el homicidio de manera indirecta (culposo) el ex jefe de la Policía Federal Rubén Santos y sus subordinados, los ex comisarios Raúl Andreotti, entonces superintendente de Seguridad Metropolitana y el ex director general de Operaciones Norberto Gaudiero, responsables del operativo y el entonces secretario de Seguridad Enrique Mathov.

Los cuatros fueron señalados por incumplir con su deber como funcionarios públicos y por abuso de autoridad al haber ordenado la represión que dejó cinco muertos y cientos de heridos en el centro porteño.

La mañana del 20 de diciembre de 2001, Ernesto Iván Clemenco Villafán salió a trabajar como colectivero de la línea 98, que una la capital federal con el sur del conurbano bonaerense. Durante la mañana vio por televisión partes de las movilizaciones que comenzaban a sucederse en la plaza de Mayo y sus alrededores.

Volvió a su casa antes del mediodía y agarró la cámara de fotos. “Desde joven hice cursos de fotografía”, explicó hoy frente a los jueces del Tribunal Oral en lo Federal Nª 6.

Vivía en Montserrat cerca de las movilizaciones y represiones que se daban en la zona de avenida de Mayo.

“Llegué a avenida de Mayo y Bernardo de Irigoyen después del mediodía, había una fuerte represión y una manifestación grande que intentaba llegar a plaza de Mayo”, relató este hombre que nació en Montevideo hace 45 años, pero que está nacionalizado argentino.

“Reprimían con balas de escopeta, de goma, gases lacrimógenos, avanzaban todos corriendo”, contó. “Estamos hablando de una batalla campal”, graficó.

Balas de plomo

Clemenco Villafán se colgó la cámara al hombro y arrancó caminando por avenida de Mayo hacia la plaza cuando a su lado pasó Gastón Riva, de 29 años, en su moto, y sin querer  le tocó el codo. “Me pidió disculpas y le dije que todo bien, que estábamos todos ahí, que no pasaba nada”, relató. Unos metros después, Gastón se desplomó herido al piso: una bala de plomo le dio en el tórax.

“Cayó al lado mío. Lo fui a asistir, el chico que iba con él se desesperó por ayudarlo”, contó Clemenco Villafán. “Se estaba desangrando, pero por dentro. No se sabía sangre afuera”, agregó.  “Yo lamento si hay familiares de él acá, pero nos pidió que lo ayudáramos porque se moría. Yo me quedé a asistirlo hasta que se le fue la vida”, recordó el hombre.

Clemenco Villafán contestó con precisión las preguntas y cuando no estaba seguro de algo pedía disculpas y explicaba que desde aquel día hasta ahora habían pasado muchos años.

Sobre los momentos previos y posteriores al disparo que mató a Gastón, Clemenco  Villafán recordó “La represión era muy fuerte y había un juego muy maligno por parte de la policía que dejaba que los manifestantes avanzaran y cuando lo hacían, los reprimían. Y después otra vez”, agregó.

A metros de donde hirieron a Gastón, otro disparo le dio en el cuello a Diego Lamagna, que también murió instantes después. “Le dio en el cuello y la gente lo llevó hasta Bernardo de Irigoyen, para pedir ayuda”, recordó.

Villafán diferenció el ruido que se escuchó cuando se disparó la bala que mató a Gastón y Diego de todo lo anterior y aseguró que la policía “estaba con itakas disparando”. “El estruendo que sobresalió fue muy fuerte. Fuerte y seco. En el momento que ellos caen, la manifestación venía apaciguada. Yo no vi quién les disparó, pero el ruido vino de adelante, y adelante estaba la policía federal”, explicó. Y agregó “yo crecí cerca de la costa del río Uruguay, reconozco el ruido de una escopeta, así fue lo que sonó”.

Clemenco Villafán “fue y vino” desde la zona donde estaban los manifestantes hasta donde estaba la policía y escuchó varias veces que algunos de los uniformados no querían participar de la represión. “No todos los policías eran agresivos, algunos decían: ‘yo en esta no me engancho’”, afirmó. Y resaltó a uno, que “tenía muchas estrellas en su uniforme” y a quien describió como “frío y calculador. Era quien organizaba”, explicó.

Más tarde lo mostró en una de sus fotos.

Sobre la forma de proceder de los policías, Clemenco Villafán hizo otra diferenciación: “había como una primera línea, muy correctamente ordenados, todos de negro o azul oscuro, con cascos y que tenían palos”, detalló. Y habló de un segundo grupo “más descontrolado, unos de un lado, otros de otro, todos con camisas blancas y chalecos oscuros, que no estaban ordenados. Esos eran los que disparaban”, describió. 

Las fotografías

Durante esa jornada, Clemenco Villafán recorrió varias zonas del microcentro porteño y sacó “tres rollos de 36 fotos y uno de 25”, explicó. Cuando llegó a su casa las guardó: “tenía miedo, podía pasar cualquier cosa”, explicó.

Un tiempo después, la esposa de Riva lo contactó, tras una larga investigación para dar con él, y le pidió las imágenes. “Se las di. Colaboré con la justicia y las puse a disposición. Se hicieron copias y yo conservo los negativos porque eso tiene que ver con los derechos de autor, pero los ofrecí para que los peritaran”, explicó. Hoy las imágenes se exhibieron y dejaron en evidencia el accionar represivo de la policía Federal esa trágica tarde de 2001.

Clemenco Villafán describió cada una de las que se mostraron y explicó que al caer la tarde se fue a su casa. “Estaba en shock, dos personas se habían muerto al lado mío”.