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“Le decían el Gordo y Juan Papa, porque era más bueno y estaba lleno de amigos. Se fue él y se desarmó toda la familia”, dijo Horacio Avelino Márquez al recordar a su hermano Alberto, en el juicio por la represión que el 20 de diciembre de 2001 ordenó el gobierno de Fernando de la Rúa. De los cinco manifestantes asesinados ese día por los disparos de la policía Federal, el de Márquez es el único caso en el que los autores de los disparos fueron identificados y están acusados por homicidio.

Horacio contó que ese día -después de las ocho de la noche- Luis Ángel, su otro hermano, lo llamó y le dijo que Alberto estaba herido. Juntos llegaron al Hospital Ramos Mejía. “Estaba en una pieza grande, solo, en una camilla, desnudo y tapado con una sábana”, recordó hoy ante los jueces del Tribunal Oral Federal 6 (TOF 6). A Luis Ángel le avisó Marta Pinedo, la esposa de Alberto, que estaba con él cuando le dispararon por la espalda. Alberto tenía 57 años y pesaba 120 kilos. Cuando se desplomó, un grupo de manifestantes intentaron ayudarlo pero les costó mucho subirlo en el asiento trasero de un auto para que lo sacara de ahí. Arrancaron, a los metros encontraron una ambulancia y lo trasladaron; pero los médicos no pudieron hacer nada.

Horacio relató que después el hospital se llenó de gente, amigos y conocidos de Alberto. Y también que con Luis, fueron a buscar las cosas de Alberto a la comisaría 8va de la Policía Federal, por indicación de “alguien del hospital”.  “Estaba a dos cuadras del hospital, pero cuando llegamos no nos dieron nada. Se quedaron con la cadena de oro, una pulsera, y el reloj. Ni la ropa nos devolvieron”, contó.

Marta, la esposa de Alberto, fue una de las primeras testigos en este juicio, y está segura que vive porque él esa tarde la “protegió con su cuerpo”. Los acusados por el homicidio de Alberto son nueve ex agentes de Asuntos Internos de la Federal que comandados por el ex comisario Orlando Oliverio -a bordo de dos autos y una camioneta no identificados- se desplegaron sobre la Avenida 9 de julio, cerca del Obelisco y dispararon contra los manifestantes. A Márquez una de esas balas le destrozó el pecho; Marta estuvo a su lado. Con ellos, estaba Susana González, amiga de la pareja, y un conocido de ella, Jorge Morillo.

Susana y Jorge también declararon en este juicio. Aunque la defensora de los policías Valeria Corbacho puso en duda la presencia de Morillo, y pidió un reconocimiento facial del testigo en las imágenes grabadas de la represión, que también forman parte de la prueba. Juan Carlos García Dietze, el abogado que representa a los hijos de Márquez, se refirió a la medida como innecesaria y dilatoria. Ahora, el tribunal integrado por José Martínez Sobrino (presidente), Javier Anzoátegui, Rodrigo Giménez Uriburu y Adrián Martín (juez sustituto) deberá definir si hacen o no lugar al pedido.

Las otras preguntas de los defensores apuntaron a conocer el recorrido de Márquez el día que lo mataron. Su hermano contó que esa mañana había estado en las oficinas de la aseguradora para la que trabajaba en Capital Federal, a dos cuadras del Obelisco. Y cerca del mediodía volvió a su casa en San Martín, donde vivía y trabajaba habitualmente. Un llamado de su amiga Susana lo hizo reaccionar, le contó que había visto como policías montadas a caballo atacaban a un grupo de  Madres de Plaza de Mayo en la plaza, y Alberto decidió volver al centro porteño. Fueron con Marta, en su auto. Casi el concluir su testimonio, Horacio recordó que él y Luis se ocuparan días después de retirar el auto del estacionamiento donde lo habían estacionado.

Próximos testigos

Por cuestiones operativas las audiencias en este debate se retomarán en los tribunales de Comodoro Py el viernes 13 de junio, cuando está previsto que declaren otros cinco  testigos y víctimas de la represión que dejó muertos y cientos de heridos en las calles del centro porteño.

El diputado nacional Eduardo “Wado" de Pedro figura entre los testigos pedidos por las partes, pero hará uso de la opción de hacerlo por escrito que le da su cargo. En estas semanas el tribunal recibirá las preguntas formuladas por las partes, para luego trasladarlas a De Pedro.

El 20 de diciembre de 2001, efectivos de la seccional 2da de la Federal lo golpearon y picanearon para subirlo a un patrullero, pero chocaron contra un taxi en la esquina de México al 300. Terminaron trasladándolo al Argerich. Wado estudiaba abogacía, trabajaba en la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN), y militaba en una agrupación independiente en la Facultad de Derecho (UBA) y en HIJOS -sus padres Enrique de Pedro y Lucila Rébora, están desaparecidos. Ese día, representantes de cada uno de esos sectores se presentaron en el hospital, y pidieron por él. Así lograron finalmente que no quedara detenido.