El ministro de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Raúl Zaffaroni, reiteró esta noche que dejará el cargo en enero próximo y señaló que el cuerpo puede funcionar sin nombrar, en el corto plazo, a un reemplazante definitivo. “La Corte puede funcionar con cuatro integrantes hasta que se resuelva la designación de un nuevo ministro”, aclaró.
El ministro de la Corte Suprema de Justicia, Eugenio Raúl Zaffaroni, reiteró que dejará el cargo en enero próximo y señaló que el cuerpo puede funcionar sin nombrar, en el corto plazo, a un reemplazante definitivo. “Se nombrará a otros que es lo que ocurre cuando hay una vacante, pero no hay plazo para eso”, indicó el constitucionalista y aclaró que esa ausencia se suple mediante la convocatoria a un presidente de Cámara de Casación.
“Cuando hay una vacante o excusaciones que generan un empate, corresponde convocar a un presidente de Cámara”, señaló Zaffaroni al término de un panel en el Centro Cultural de la Cooperación, donde participó de un debate en el marco de un “Seminario de capacitación para periodistas sobre migrantes”.
Tras los decesos de los ministros Enrique Petracchi y Carmén Arguibay, y el retiro de Zaffaroni en enero del año que viene, la instancia más importante del Poder Judicial argentino estará integrada por cuatro integrantes. “La Corte puede funcionar con cuatro integrantes hasta que se resuelva la designación de un nuevo ministro”, aclaró Zaffaroni.
El ministro volvió a señalar que para él la Corte Suprema debería estar integrada “por 15 miembros y tendría que estar dividida en Salas por especialidad”. De esa forma, “se abordaría mejor la función de control de la arbitrariedad, que es lo que está haciendo en la mayoría de los casos”, consideró.
“Hay un Código único pero 25 interpretaciones diferentes y eso hace a la arbitrariedad. Y la mejor forma de abordar eso es con una Corte especializada en cada tema. Lo hacemos ahora con equipos pero se precisa de jueces especializados”, agregó.
Por otra parte, consideró que la posición de algunos dirigentes políticos –de la UCR, el Frente Renovador o el massismo- que anunciar que derogarían leyes aprobadas en los últimos años si llegan a la administración central es “una forma de desprestigiarse”. Indicó: “La política tiene que levantar la mira y no desprestigiarse. Hay cosas que tienen límites”.
“Hay algunas cosas con las que no nos podemos tirar porque la opinión pública puede decir que algunos sólo quieren el poder pero creo que esos siguen siendo una minoría. El marketing político no los puede llevar a tirarse con la antipolítica”, agregó.