Tres militares y un penitenciario fueron condenados a prisión perpetua. Las querellas celebraron la ampliación de las condenas por los delitos sexuales y homicidios. “Mañana hay que empezar de nuevo, queda la tercera parte del juicio”, dijo Watts, un testigo cruclal.
Los cuatro acusados por los crímenes de El Vesubio -Federico Minicucci, Jorge Raúl Crespi, Néstor Norberto Cendón y Gustavo Adolfo Cacivio (alias “El Francés”)-, se retiraron de los tribunales de Comodoro Py con una nueva condena a prisión perpetua sobre sus espaldas. El presidente del TOF 4, Néstor Costabel, había leído el veredicto que los sentenció por privaciones ilegítimas de la libertad, tormentos, homicidios y violaciones. El Ministerio Público Fiscal y las querellas del CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) y de Justicia Ya!, habían pedido la ampliación de la imputación por estos dos últimos. Durante la lectura de la sentencia, el público celebró que las condenas incluyeran esa ampliación.
El tribunal mantuvo las condiciones de detención para todos los condenados. Cacivio y Cendón permanecerán en la cárcel de Marcos Paz, mientras que Minicucci y Crespi mantendrán sus prisiones domiciliarias. “Es algo mágico, pero se debe a la unión del pueblo y a la lucha tenaz por la verdad y por la justicia”, celebró ante Infojus Noticias Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo, en la vereda de los tribunales.
Cuatro perpetuas y mismas condiciones de detención
La lectura comenzó puntual, a las 13:30. La sala Amia del primer subsuelo de Comodoro Py estaba repleta. Los policías federales que custodiaban el lugar debieron habilitar el espacio del pullman, en el piso de arriba. Sobrevivientes y familiares –unos 150 en total- llevaban en su mano una rosa con una tarjeta: recordaba a un desaparecido del centro clandestino El Vesubio.
Cuando los jueces Néstor Costabel, Horacio Barberis y Eduardo Carlos Fernández tomaron asiento, la gente no había terminado de acomodarse. Sin preámbulos, el presidente del tribunal empezó a leer la parte resolutiva de la sentencia. La primera condena fue el ex penitenciario Néstor Cendón: prisión perpetua como coautor penalmente responsable de 203 casos de privación ilegítima de la libertad (PIL), agravada por violencia y amenazas, en concurso con tormentos para los 203 casos agravados, por ser las víctimas perseguidos políticos. A todo esto se sumaron el homicidio calificado en 26 oportunidades y la violación a Marta Golberg y Laura Katz.
Afuera, detrás del vidrio, los familiares y sobrevivientes estallaron en un aplauso eufórico. El presidente del jurado tuvo que pedir silencio para seguir con la lectura. De una fila a la otra de sillas, se palmeaban los hombros y levantaban las fotos impresas en blanco y negro para que todo el mundo las viera. Otros, en cambio, miraban hacia el frente, en silencio, los ojos llenos de lágrimas. Muchos de ellos se conocen: sobrevivieron a la misma tragedia.
La lectura continuó sin más interrupciones. Los delitos para el resto de los imputados fueron idénticos, con los mismos agravantes, aunque la cantidad de casos varió. Al militar retirado Federico Minicucci, se lo condenó por 85 privaciones ilegítimas de la libertad, tormentos en las 85 oportunidades, en concurso real con el delito de homicidio por 21 casos. En su caso, no se lo condenó por abusos sexuales. A Jorge Crespi le correspondieron las privaciones ilegítimas de la libertad en 101 oportunidades, tormentos agravados en las 101 oportunidades, dos homicidios calificados y los dos casos de violación.
Cacivio –que se ganó el aplauso más efusivo del público cuando dictaron su cárcel perpetua-, fue condenado por 100 casos de PIL con tormentos, dos homicidios calificados en concurso real con la violación en los mismos dos casos.
Respecto de las condiciones de detención, el fallo ordena que se mantengan tal cual estaban antes del juicio: Crespi y Minicucci en sus casas –por afecciones de salud y por la edad- y Cacivio y Cendón en el penal de Marcos Paz. “Es un fallo importante, donde se condenó a perpetua a todos los imputados, pero no se hizo lugar a la revocación de las domiciliarias ni al pedido de que se los condene por Genocidio”, dijo afuera del recinto Mariano Delli Quadri, integrante de la querella de Justicia Ya! Junto a Liliana Alaniz. Lo escuchaban unos 100 militantes de partidos de izquierda, que seguían el veredicto desde la calle.
Lo que sigue: investigar la responsabilidad civil
El Vesubio" fue un centro clandestino que operó al menos entre abril de 1976 y fines de 1978 en la intersección de la Autopista Ricchieri y Camino de Cintura, en la localidad de La Matanza, provincia de Buenos Aires. Operacionalmente, tenía conexiones fluidas con otros “chupaderos”. La subzona 11 se dividía en seis áreas (de la 111 a la 116). El Vesubio funcionaba en el área 114, pero el manejo directo estaba a cargo de la Central de Reunión de Inteligencia (CRI) de la Tablada, en el área 112. Por ese lugar pasaron, se calcula, unos 1.500 detenidos-desaparecidos.
"La condena a prisión perpetua de los responsables de los graves crímenes cometidos en el 'El Vesubio' es otro paso importante en el avance de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Haroldo Conti, Raymundo Gleyzer y Héctor Oesterheld, tres grandes intelectuales argentinos, estuvieron secuestrados junto a otros centenares de argentinos. Aunque la acción de la Justicia no nos los devuelve, celebramos con júbilo esta reparación", expresó Eduardo Jozami, director nacional del Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti.
“Para el CELS es muy importante, porque se los condenó a prisión perpetua por todos los delitos que habían cometido. Y es muy importante que se los haya penado por los delitos que habíamos pedido en la ampliación: homicidio y violación”, dijo a Infojus Noticias Luz Palmas Zaldua, coordinadora del área de litigio del CELS, en una querella donde también actuaron Luciana Milver y Pablo Llonto. La abogada también resaltó el punto del veredicto que ordena extraer testimonios para que se investigue la responsabilidad civil. “Pedimos que se investigue la intervención que tuvo Monseñor Emilio Grasselli, que ya tiene varias menciones en distintas causas judiciales, y a diferentes jueces del proceso que en su momento, ante la presentación de habeas corpus, no los tramitaron como lo debían hacer”, completó la letrada.
Jorge Watts, uno de los testigos cruciales del juicio, se fue de Comodoro Py acompañado por un grupo de familiares. Es una etapa cumplida. Salió completo, aunque falta mucho todavía. Pero salió por todo lo que pedimos”, dijo el querellante, con el humor contenido. “Falta mucho. Mañana hay que empezar de nuevo porque queda la tercera parte del juicio. Pero esto es una gran alegría”.