Infojus Noticias

La imagen es elocuente.  Christian “Fido” Debaux, el candidato a ser jefe de la barra brava de Boca, estaba sentado en el escritorio de Gustavo Gomez, dirigente del club.  Imprimía carnets mellizos para canjearlos por entradas y después revenderlas. El mecanismo quedó registrado en videos y escuchas a las que tuvo acceso Infojus Noticias. En uno de los diálogos, un barra le dice a Gomez que necesita “imprimir 70 carnets más” porque  con los que tenía no le alcanzaban. “No hay problema”, responde el dirigente. “Los retirás el domingo, como siempre”.

 

La investigación del juez Manuel De Campos nació por el crimen de Eduardo Cirino y derivó –durante la búsqueda de dos prófugos- en el develamiento de una organización delictiva entre barras y dirigentes.  El miércoles por la mañana Daniel Angelici deberá declarar como testigo en la causa. El mandamás del club de la ribera tendrá que explicar lo que sabe acerca del funcionamiento de La 12, sus fuentes de financiamiento, y sobre un tema más espinoso: por qué algunos miembros de la dirigencia tenían negocios con ellos. 

 

Angelici será el primero de una lista de directivos del club que deberán pasar por el juzgado.  Dos de ellos ya están tras las rejas: Carlos Mechetti, titular del Departamento de Socios del club, y Gustavo Gómez, jefe de la oficina de socios, autor material de la impresión de los carnets mellizos.

 

Las escuchas

 

Mechetti es vocal de Boca y trabajaba hace algunos años en la AFIP. El 9 de enero, cuando el juez De Campos ordenó la captura de los barras por el homicidio, el dirigente se puso a su servicio. En un mensaje de texto del 10 de enero, que partió del celular de Mechetti y llegó entre las dos y las tres de la madrugada al teléfono de Maxi Levy (que estaba usando Mazzaro), se leía: “Lo que vos quieras ahí estoy querés que vaya mañana para ir al campo o todavía tenemos tiempo”.

 

Cuando fue indagado por el juez, Mechetti respondió con evasivas pero con cierta soltura las acusaciones sobre su rol en la duplicación de carnets. Hasta que le enrostraron sus vínculos con el prófugo y  su semblante cambió: “Prefiero explayarme en una ampliación, puesto que mi estado de salud me dificulta continuar”, se excusó ante el juez De Campos.

 

Entre las pruebas en su contra,  hay varias filmaciones y escuchas teléfonicas  que también involucran a Gustavo Gómez, el subordinado de Mechetti.  Gomez solía pactar con Oscar Otazú y Debaux la entrega de carnets –que llaman “cartones”- y el ingreso a la cancha. 

 

Otazú es uno de los barras prófugos. En una conversación telefónica que figura en el expediente, le pregunta a Gómez por los 400 carnets de los hinchas ranqueados. Gómez le confirma que están. Otazú repone:

 

-Entonces tenés que imprimir 70 carnets más ya que no me alcanzan.

 

-No hay problema (…). Los retirás el domingo como siempre- responde el dirigente.

 

“Fido” Debaux, cuentan, fue designado para ocupar la jefatura de la barra y tomar las riendas de los negocios cuando Mauro Martín cayó preso y Mazzaro tuvo que desaparecer. En una conversación, otro barra le dice a Debaux que tiene un “problemón porque no tengo habilitados como ochenta carnets y que eso lo maneja ya sabés quién, sólo se habilitaron los ranqueados y tengo cien personas afuera”. Fido tranquiliza a su interlocutor: “Eso lo maneja socios ya que lo habilitó … por favor resolvémelo, háblalo con Gustavo”.

 

Otros mensajes de texto que los investigadores encontraron en su celular le serán difícil justificar: “Es por los carnet, me faltan diez carnet Gustavito”, dice uno. Un segundo lo interpela en términos muy afectuosos: “Hola amigo! Todo bien? Me faltan estos carnet (da unos 30 números, todos superan el número real de socios de Boca)… esto lo retiro el domingo!”

 

La mecánica

 

La duplicación de carnets mellizos se hacía con una numeración paralela, mayor a la cantidad de socios de la institución, y correspondían –las más de las veces- a socios reales que el club sabía que no iban a asistir a ese partido porque no habían pasado a retirar su entrada dentro del tiempo estipulado. Esas entradas se revendían o directamente se negociaban los carnets. “Si había algún error de cálculo y un socio se quejaba porque no tenía su entrada, la oficina de Mechetti lo solucionaba alegando algún error administrativo”, explica un informante. Además, un hombre de confianza en el molinete especial “para entradas rebotadas” apagaba incendios menores.

 

La recaudación ilegal está siendo probada a través de testimonios, videos, escuchas telefónicas y mensajes de texto. En un diálogo telefónico, por ejemplo, dos barras de peso de La 12 se muestran inconformes con el botín obtenido en el superclásico:

 

-Me llevé seis mil pesos. Pensaba que me iba a llevar veinte lucas.

 

-Yo me llevé trece mil pesos, y pensaba que podían ser treinta mil.

 

En la conversación reparan en que no se pudieron llevar nada de los estacionamientos “porque los ortivas no dejan pasar los coches”. Ese día, alrededor de la Bombonera se montó un operativo policial más extendido que lo habitual.

Fuentes vinculadas a la investigación, deslizan que toda la línea del fútbol de Boca está en el ojo de la pesquisa, y no descartan que haya más dirigentes imputados en el futuro. Las pruebas, hasta el momento,  son categóricas. Como una desgrabación telefónica en la que Fido Debaux se comunica con Maxi Mazzaro, el prófugo, desde su clandestinidad:

 

- Estuve con el enano y me dio las cosas… (plata) para vos, también tengo lo de “Cachilo” y lo otro lo completan en la semana.