Infojus Noticias

El juicio por la toma del Parque Indoamericano llega a su fin. Ayer tenía que realizarse la anteúltima audiencia, pero la jueza porteña Cristina Lara decidió suspenderla porque uno de los dos imputados no pudo salir de la villa donde vive. El temporal había anegado todo el barrio. Se trata del histórico referente barrial Diosnel Pérez, que está acusado junto a Luciano Nardulli de haber instigado y organizado la toma del predio en 2010.

“Salí de mi casa para ir, pero no se podía llegar a la esquina”, dijo Diosnel a Infojus Noticias. “No había salida por ningún lado”, agregó el hombre de 51 años que debía dejar a su hija embarazada de ocho meses con el agua hasta las rodillas para poder ir a declarar ante los tribunales de la calle Tacuarí. Diosnel es referente del Frente Popular Darío Santillán en la Villa 20. Vive en un primer piso en el asentamiento de Villa Lugano. En la planta baja funciona un comedor para 120 chicos.

El referente debía declarar ayer junto a Nardulli, militante de la Corriente Clasista y Combativa, acusados por el Gobierno porteño de promover la toma del parque en el sur de la ciudad de Buenos Aires, pero ahora su citación pasó para el viernes. “El Gobierno de la ciudad está gastando un montón de plata en hacer este juicio, en vez de arreglar el pluvial del barrio”, explicó.

Diosnel contó que tuvo que salvar los alimentos para los 120 chicos que diariamente acuden al comedor. Y explicó que allí “tenía medio metro de agua”. Logró rescatar parte de la comida, pero algo de la mercadería se perdió. “Saqué lo que pude”, dijo resignado. Y contó que “aunque la casita tenga losa, a veces entra agua por la pared, o sale del piso”.

“Cuando me llamó el abogado y me dijo que la jueza había suspendido la audiencia porque yo no podía ir, me puse muy mal”. Disonel es hipertenso, y tuvo que ir al médico de urgencia para que le ayudaran a bajar la presión. “Me sentí culpable, porque mis compañeros por ahí hicieron lo imposible para llegar, y yo no pude ir”, contó. Y aseguró que este viernes, cuando sea la última audiencia, “lo primero que voy a hacer es pedirle disculpas a mis compañeros”.

“El agua podrida hasta las rodillas”

Los vecinos conectaron precarias redes cloacales desde sus casas hasta la canaleta pluvial. Cada vez que llueve fuerte, el barrio se inunda. “Si fuera sólo agua de lluvia no sería tanto problema, pero nos inundamos con agua de cloaca”. Diosnel pidió ayuda a su vecino y logró salvar el freezer en el que guarda mercadería para el comedor. Las inundaciones anteriores ya le quemaron tres iguales. “Por suerte entre los amigos y vecinos lo reemplazamos”, contó.

Se preguntó: “¿A quién puedo llevar a juicio oral por lo que nosotros estamos viviendo?”. Para Diosnel, la gestión de Mauricio Macri no se acuerda de los vecinos de las villas salvo que sea para este tipo de juicios penales. “Nosotros estamos entre el agua y la mierda, y después de estas cosas tenemos que comprar 15 o 20 litros de lavandina para desinfectar todo”, agregó.

“Es un desastre. Hay chicos que caminan con el agua podrida hasta la rodilla, con las ratas que nadan al lado”, describió indignado. “Fue muy jodido, me desperté a las cinco de la mañana y el comedor ya tenía medio metro de agua”. Llamó a su abogado para preguntarle si se podría hacer la audiencia igual, en la que se esperaba la declaración de un solo testigo, y envió fotos de su casa y los pasillos de la villa inundados, para probar que no mentía.

El Indoamericano, cuatro años después

A Diosnel hay una sola cosa que lo alivia, y es que mañana será la última audiencia. Está cansado de ir a escuchar testigos “que pone el Gobierno” que lo señalan a Nardulli y a él como responsables de la toma. “Yo quiero terminar”, insiste. Ya fue sobreseído en dos oportunidades, pero las apelaciones del Gobierno porteño lograron mantenerlo en el banquillo de los acusados.

Tras una década de su sanción, el Gobierno porteño sigue sin cumplir una ley que lo obliga a urbanizar la Villa 20. Las 1600 viviendas que debían construirse nueve años atrás, todavía no son siquiera un proyecto. En el presupuesto que la gestión PRO pretende aprobar para el ejercicio 2015, el monto asignado para inversión en obras de vivienda cae en un 18,3 por ciento con respecto al período de este año, según un reciente informe de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ), dado a conocer este mes.

Rocío Sánchez Andía, dirigente de la Coalición Cívica – ARI, también reveló que el Programa para Urbanización de Villas pierde el 98 por ciento de sus recursos según el nuevo proyecto de presupuesto que será tratado en los próximos días en la Legislatura porteña. Aunque el Instituto de Vivienda de la Ciudad, con potestades para avanzar en la urbanización de las villas, aumenta en un 16 por ciento sus fondos en términos nominales, el mismo presupuesto prevé una inflación el 28 por ciento, lo que significaría una disminución real del 12 por ciento con respecto al presupuesto 2014.

Diosnel recordó que su madre le decía que “para los pobres no hay derechos”. Sus palabras se vuelven más fuertes ahora que él atraviesa este juicio en el fuero porteño en lo penal, contravencional y de faltas. “Tenés que tener cuidado porque la justicia para los pobres no existe en ningún lado”.  Reflexionó: “Por ahí tenía razón”. Pero aseguró que seguirá luchando “desde donde pueda, para que mi nieto y mis hijos tengan una vivienda digna y vivan como seres humanos”.

Se refirió a la vicejefa María Eugenia Vidal, y dijo que “sale a decir que se va a hacer justicia por el Indoamericano, en vez de hacerse cargo de hacer justicia por los vecinos muertos por reclamar vivienda digna”. Y apuntó contra el fiscal Luis Cevasco: “es el mismo que en el ’98 decía que el robo de bebés en la dictadura no era un delito de lesa humanidad”.

“Empezás a dudar para qué está la justicia, porque sobreseyeron a (Domingo Felipe) Cavallo y a María Julia (Alsogaray), que se robaron todo, y nosotros estamos sentados ahí como delincuentes”, comparó. Y afirmó que “persiguen a los compañeros que fuimos solidarios y llevamos agua a los vecinos sin vivienda, los que hicimos ollas populares o les acercamos un plato de comida. Es por eso que estamos sentados en el banquillo de los acusados”.