En el mundo de los Titanes, Karadagián y la Momia Blanca eran los buenos: nadie quería que ellos perdieran. Muerto el gran Titán, sus herederas y los luchadores se enfrentaron en la justicia. Juicios por uso de marcas y personajes y por despidos y aportes previsionales.
La primera pelea de Titanes en el Ring fue un 3 de marzo de 1962 y la televisó Canal 9 desde su flamante móvil de exteriores. Pasaron más de 50 años y muchos de esos musculosos siguen luchando: no lo hacen arriba de un ring porque sus huesos no se lo permiten sino en contiendas judiciales con abogados de por medio.
Con Martín Karadagián en vida nadie se atrevió a desafiarlo jamás, dicen que le tenían miedo. Pero cuando el creador de uno de los espectáculos más populares de la historia argentina murió, el 27 de agosto de 1991, empezaron a caer las demandas de varios integrantes de su troupe en los juzgados.
La lucha de aquellos personajes enmascarados que simbolizaban el bien contra el mal se centró en reclamos hacia Aída Adelina Lovib, la viuda de Karadagian, y su hija Paulina Valeria que hoy posee todos los derechos marcarios y de propiedad intelectual registrados por su padre.
Con uno de los integrantes que más enfrentamientos judiciales ha tenido la heredera de Karadagian fue con Oscar “La Momia” Demelli. En 1994, Demelli solicitó la marca “Gigantes en el Ring”, porque le habían propuesto hacer un espectáculo en un canal de aire y realizar giras artísticas por el interior del país. Aída y Paulina se opusieron aduciendo que el nombre tenía una gran similitud con “Titanes en el Ring”.
Alegando que le habían “coartado la libertad de trabajo” Demelli presentó una demanda por daños y prejuicios contra la viuda e hija de Martín Karadagián por un valor aproximado a los 2 millones de dólares.
En el año 1998, la jueza Alicia Alvarez del juzgado número 28 le concedió el uso del nombre “Gigantes en el Ring” a Oscar Demelli y dictó la inhibición de bienes por un millón y medio de dólares a Paulina y Aída Karadagian.
Si en los tiempos de “Titanes en el Ring” la lucha más esperada era la de Martín Karadagian y “La Momia”, al morir el barbado de pelo blanco, aquel que decía estar debajo del traje con vendajes se convirtió en el principal adversario de su hija y su mujer en el terreno judicial.
En el año 2000 Paulina solicitó ante la Justicia que Oscar Demelli cesara en la utilización de la “La Momia” como marca ya que los derechos intelectuales le pertenecen por herencia. La defensa del demandado expresó que “La Momia” es el seudónimo de Demelli.
En este caso se pusieron en juego los derechos intelectuales de las partes y la propiedad industrial. Finalmente, en junio de 2012, los magistrados María Susana Najurieta y Francisco de las Carreras resolvieron que era posible la coexistencia de las marcas registradas por ambas partes.
A partir de ese momento Oscar “La Momia” Demelli se convirtió, por un lado, en un personaje mediático de circulación bizarra y, por el otro, en el tipo más odiado por los cultores del fenómeno “Titanes en el Ring”, que expresan su rechazo con comentarios en foros o a través de las redes sociales sobre el que llaman “la falsa momia”.
“Lo de él es una marca compuesta que no puede ser fragmentada y es solo Oscar ‘La Momia’ Demelli. Es apodo y no personaje ni creación. La Cámara sentenció que son marcas diferentes, por lo tanto él no se puede oponer a mi registro de ‘La Momia’”, le explicó Paulina Karadagian a Infojus Noticias.
Para Paulina, Demelli “no es nadie”. Ella dice que en Titanes “sólo estuvo desde el año 1978 hasta diciembre de 1983 y fue utilero además de ser segundo de los luchadores. Los segundos eran quienes acompañaban al luchador hasta el ring y le tenían su vestuario”.
En cuanto a los derechos de explotación de personajes que han solicitado otros integrantes de la troupe para seguir actuando en espectáculos de catch, Karadagian dice que “el haber interpretado un personaje no les da derecho por sobre la marca ni los hace dueño ni creadores de la misma. En el caso puntual de Titanes, mi madre y yo heredamos las marcas. Si quisiera hay marcas que no se podrían usar porque están registradas, pero la verdad es que si ellos se sienten bien usándolas no tengo tanto problema”.
La cuestión marcaria es lo que más problemas judiciales le ha ocasionado a la hija del Titán tras la muerte de su padre. “Por más que tengo todo registrado me ha pasado que las veces que quise iniciar acciones no se pudo porque usualmente los ‘usurpadores de marcas’ no tienen ningún respaldo económico, por lo tanto terminé perdiendo tiempo y dinero”.
La doctora María Laura Calógero, vicepresidenta del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, explica que “si el personaje genera ingresos por fuera de la obra hay que registrarlo como marca. En el caso de los personajes de Titanes en el Ring muchos tenían su muñequito, su remera, máscaras y otro merchandising que en su momento fue registrado como una marca”.
La abogada le dijo a Infojus Noticias que “para interpretar un personaje registrado hay que pagar los derechos de autor correspondiente. En los casos en que el personaje es similar a uno ya registrado, aunque con distinto nombre y diferencias muy leves, puede ser considerado como plagio”.
A la contienda entre la hija de Karadagian y varios ex Titanes le quedaba un round más que se dirimió en mayo del año pasado cuando 14 integrantes de la troupe, tras 8 años de litigio, lograron un acuerdo judicial por despido en el que cobraron alrededor de 100 mil pesos cada uno.
El convenio, homologado por el juez Armando Grisolía del juzgado 66 en lo Laboral, favoreció a José Fernández -que interpretaba a “El Pibe 10”-; al ex árbitro Eduardo Davis; a Lucio Giunti, quien fuera “Yolanca” y el primer “Mr. Moto”; a Jesús María Diana -“El escocés”-, entre otros.
El día de la mediación, en las puertas de los tribunales, el polémico Demelli dijo que la compañía Titanes en el Ring “jamás hizo los aportes previsionales y por eso tantos luchadores murieron en la indigencia”.
En voz alta, ante un periodista de la agencia Télam, repasó la lista de compañeros suyos fallecidos sin haber recibido ese beneficio social, nombró a Juan Levy Rodríguez (“Gengis Kahn”); José Aín (“Paquito el clon”); Héctor Brea (que interpretaba al inolvidable árbitro a favor de los malos “William Boo”); Juan Vera (“Nerón”) y José Roca (“Joe Galera”).
Según pudo averiguar Infojus Noticias, ahora hay otro grupo, siempre patrocinados por Oscar “La Momia” Demelli (no litiga él) que hizo una nueva demanda. Luchadores que antes no se animaban o ni se les pasaba por la cabeza hacer juicio pero como vieron los resultados se envalentonaron.
Por su lado Paulina explica que “no era por aportes sino por ‘despidos compulsivos’ según ellos”. La hija de Karadagian asegura que “no hay nada de eso iniciado por el momento. De todas maneras tenemos todo documentado por escribano, declaraciones que hicieron ellos el año pasado en TV, cuánto tiempo estuvieron, etcétera. Difícil poder despedir a alguien que no trabajó ¿no?”.
En el mundo de los Titanes, Martín y la Momia Blanca eran los buenos: nadie quería que ellos perdieran y los chicos gritaban hasta quedarse afónicos en las tribunas para darles fuerza. Sin el gran Karadagian en el ring se hizo cada vez más difícil distinguir a los buenos de los malos.