En la audiencia de hoy se sentaron en el banquillo cuatro ex funcionarios, entre ellos los ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. “Rechazo absolutamente las acusaciones”, dijo Jaime. Mañana comienzan a declarar los sobrevivientes.
El primer mes del juicio oral y público por la tragedia ferroviaria de Once se cumplió hoy con una audiencia en la que se sentaron en el banquillo de los acusados cuatro ex funcionarios entre ellos los ex secretarios de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. También declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 Mario Cirigliano. Mañana comienzan a declarar sobrevivientes del accidente ocurrido el 22 de febrero de 2012 en el que murieron 52 personas y 789 resultaron heridas.
A las 16, tras dos cuartos intermedios, habló Jaime. Se refirió a los años de silencio mediático tras el accidente y centró su declaración en atacar al juez federal Claudio Bonadío. “He tratado en estos dos años de responderme y encontrar a una respuesta al motivo de por qué estoy procesado”, aseguró. “El juez y el fiscal de instrucción (Federico Delgado) no perseguían la verdad. Lo dijo Bonadío en un programa de televisión: tenía que cerrar la causa”.
Jaime también se refirió al estado en el que estaba el ferrocarril cuando asumió en el cargo. “Encontré una secretaría vaciada. Una emergencia ferroviaria. La situación de todo el sistema estaba colapsada por lo que no se hizo en los noventa”, explicó. Y resaltó que “la Secretaría de Transporte no era la autoridad de aplicación”. Ayudado por una serie de apuntes impresos y resaltados en amarillo y rosa flúo, afirmó que “había autoridades perfectamente constituidas” que pueden dar cuenta de cómo se trabajó para recuperar un sistema ferroviario”.
“No tuve que lamentar una sola víctima de trenes”, dijo en referencia a su gestión, que terminó en 2009. “Qué Dios ilumine al tribunal”, pidió sobre el final. Y concluyó: “Rechazo absolutamente las acusaciones”.
Cuando faltaban cinco minutos para las 17, llegó el turno de Schiavi. Empezó pidiendo disculpas a los familiares y sobrevivientes de la tragedia, por sus dichos en el días del accidente: “Si esto hubiera ocurrido ayer, que era un día feriado, seguramente ese coche hubiera impactado y hubiera sido una cosa mucho menor y no de la gravedad que fue hoy, que lo constituyó en un accidente extremísimo (sic)".
Durante más de una hora se refirió al presupuesto que se manejaba en la secretaría. También habló de números: de las diferencias entre lo que pedían en montos para invertir y lo que se les entregaba. “Ningún diputado o senador dijo que el presupuesto era bajo. Fuimos obsesivos en la búsqueda de presupuesto”, remarcó. Aseguró que “las autorizaciones de los subsidios no dependen de un funcionario” y enumeró diferentes medidas que se hicieron en su gestión, como la tarjeta SUBE. Y dijo que “el Estado tiene la obligación de invertir y el concesionario de mantenerlo”. Schiavi se alejó de las calificaciones de desapego y desidia de los que habló el fiscal Delgado en el auto de elevación a juicio y los rechazó estos cargos por considerarlos “falsos”.
“Mi trabajo no era el de auditar, no tenía atribuciones para eso. Sí para la supervisión de control que se hizo, y se hizo muy bien. Ninguna acción mía causó o hizo posible el accidente”, subrayó y rechazo los cargos por “falsos”.
Schiavi habló también del motorman Marcos Córdoba: “Me preocupa que no se haya estudiado con exhaustividad la salud del conductor”. Y también se refirió a Leonardo Andrada, otro motorman que había manejado previamente la formación. “No se citó a los familiares de Andrada. No era un testigo más. No sabemos si las razones de su muerte tienen que ver con esto. Yo quiero encontrar la verdad de esto. No voy a descartar ninguna hipótesis. El tren estaba en condiciones de frenar”. El ex secretario de Transporte dijo que este era un día de descargo en términos personales y que nadie volvió a ser el mismo desde la tragedia.
Para finalizar volvió sobre el ferrocarril Sarmiento. “Hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance, el presupuesto fue escaso. Hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance para mejorar el servicio”, dijo. Se negó a responder preguntas y negó todas las acusaciones.
La declaración de Cirigliano
Antes habían pasado por el estrado el empresario Mario Cirigliano, los ex interventores de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT) Pedro Ochoa Romero y Antonio Sícaro y el ex subsecretario de Transporte Guillermo Antonio Luna. Cirigliano y Luna se negaron a declarar por lo que fueron leídas sus declaraciones en la etapa de instrucción.
Cirigliano, vinculado a Trenes de Buenos Aires (TBA), a través de sus escritos se deslindó de toda responsabilidad con el tema. “No tengo nada que ver con los trenes. Nunca tome ninguna decisión en relación con ellos. No tuve participación en reuniones de directorio, ni formal, ni informalmente”. Ochoa Romero habló de su trabajo al frente de la CNRT y aclaró “en esos años no hubo accidentes. Los controles míos fueron reales. No soy un criminal”, afirmó.
Sícaro, que era interventor de la CNRT al momento del accidente, fue el más minucioso de todos. Dio datos del funcionamiento de la función de la Comisión, de las empresas concesionarias y aseguró que el maquinista "estaba perfectamente capacitado para conducir los servicios que llevaba desde hace más de dos años".
También aclaró que la CNRT tenía no tenía competencia para establecer obras o planes de administración. "No administraba recursos. No tenía facultad para establecer ninguna norma".
“La problemática ferroviaria es más antigua a que se señala en la causa”, aseguró Luna que debió renunciar a su cargo en septiembre de ese año.
El pedido de Dalbón
El tribunal no hizo lugar a los pedidos realizados por el abogado querellante Gregorio Dalbón al comienzo de la jornada. Dalbón quería que se detuviera a Jaime y que se pusiera custodia a Córdoba. Ninguno de los pedidos prosperó.
La audiencia entró a un cuarto intermedio hasta mañana a las 10 cuando comiencen a declarar los primeros sobrevivientes de la tragedia.