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El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nª 2 comenzó la audiencia por la tragedia ferroviaria de Once convocando al testigo Juan Carlos Schechtet. En medio de un relato pormenorizado de los momentos posteriores al impacto afirmó que el motorman Marcos Córdoba le dijo que “los frenos ‘venían largos” cuando habló con él tras el accidente del 22 de febrero de 2012 donde murieron 52 personas y 789 resultaron heridas.

El hombre se había presentado espontáneamente al final de la audiencia del 22 de abril en la sala AMIA (donde habitualmente se realiza el juicio) de los tribunales de Comodoro Py. Desde la parte superior del lugar gritó que tenía algo para decir. Enseguida dos policías lo rodearon y los miembros del tribunal le dijeron que fuera al despacho que ocupan en el sexto piso del edificio. Allí, Schechtet les explicó que él viajaba en el primer vagón de la formación accidentada y que tras el impacto auxilió a varios pasajeros y al motorman Marcos Córdoba. Los miembros del Tribunal lo acercaron a la oficina del fiscal del caso, Fernando Arrigo, quien labró un acta, le tomó testimonio y lo incorporó a la causa.

Schechtet contó que el día de la tragedia subió al tren en Merlo entre las 7.32 y las 7.36, “Once era mi destino final”, explicó. Schechtet viajó en el primer vagón y quedó muy cerca del lugar donde se incrustó el segundo.

“Fui despedido un poco más delante de donde estaba por la masa humana”, explicó el hombre que pudo salir por sus propios medios del vagón. Estaba descalzo porque había perdido sus zapatos en el amontonamiento y empezó a auxiliar a la gente. “Saqué entre 7 y 8 personas”, afirmó.

Después llegó el turno de acercarse a Córdoba, que estaba atrapado en la cabina de la formación. “Estuve un buen tiempo con él, hasta sacarlo. Estuvimos junto a un chico de limpieza de TBA, conteniéndolo para que no se mueva y para alentarlo”, relató. “Me dijo (por Córdoba) que ‘los frenos venían largos’”, afirmó. “El chico de limpieza y yo estábamos parados sobre el pitón del paragolpes”, agregó el hombre. “Así es que aparecí en muchas tapas de diarios”, relató.

Conmoción en la sala

Schechtet abundó en detalles y se quebró en varios momentos. En especial cuando recordó las “miradas de las personas que me pedían ayuda y después supe que murieron”, explicó. “Les pido disculpas a sus familiares”, agregó el hombre de unos cincuenta años.

Sobre el final de su presentación, Schechet, experto en seguridad e higiene en obras de construcción, mostró varios videos y fotos en los que se lo veía en el interior del vagón, cuando saltaba para salir de ahí y rescatando gente. También mostró las fotos en las que estaba junto a Córdoba, aún atrapado en la cabina. “Creo que esto no deja dudas de que estuve ahí”, dijo.

Fue durante la emisión de uno de los videos, tomado en los minutos posteriores al impacto, que algunos familiares se levantaron de la sala y salieron llorando y a los gritos. Las imágenes eran devastadoras. “Pobrecito, pobrecito”, gritó un hombre cuyo hijo murió en el choque y pidió justicia mientras insultaba a los imputados. A centímetro de ahí, Yamila Cirigliano, hija de Claudio, uno de los responsables de TBA e imputado en la causa, miraba de reojo y con una incomodidad indisimulable. Hoy la audiencia se realizó en la sala SUM del subsuelo de Comodoro Py y familiares de víctimas e imputados debieron convivir en un espacio reducido a pocos centímetros unos de otros.

Cuando el orden volvió a la sala, el abogado querellante, Gregorio Dalbón, que durante la audiencia había recibido varios llamados de atención del Tribunal por sus comportamientos, pidió la detención de Schechet por los delitos de “encubrimiento” y “falso testimonio”. El Tribunal no hizo lugar al pedido.

La fiscalía y las querellas desistieron del resto de los testimonios previstos para el día de hoy.

Mañana la audiencia se reanudará a las 10 con una nueva etapa de declaraciones: las de los bomberos, policías y miembros del SAME que asistieron al lugar para socorrer a las víctimas.