Infojus Noticias

El juicio por la tragedia ferroviaria de Once entró en una nueva etapa: la de los testimonios de las personas que estaban en la terminal y asistieron a las víctimas después del impacto. El primero en declarar hoy fue el supervisor de tráfico de Trenes de Buenos Aires (TBA) que estaba en el lugar. Al momento del choque dependía de uno de los 29 imputados en la causa. En el choque murieron 52 personas y 789 resultaron heridas. El hombre aseguró que “si se reportan problemas con los frenos hay intervención, depende del motorman y qué solicita. Si tiene el freno largo y ve que puede continuar, lo hace”.

La mañana del 22 de febrero de 2012, Luis Giardineri ocupó su puesto de supervisor de tráfico de TBA las 7 de la mañana. Estaba bajo la órbita de Guillermo D' Abenigno, Gerente General de la línea Sarmiento y uno de los imputados por el accidente. Una hora y media después, Giardineri sintió un estruendo y después vio el horror de la gente apilada en los vagones pidiendo auxilio. “Yo estaba entre las plataformas 5 y 6 cuando me enteré porque sentí el impacto del tren contra el paragolpe”, explicó. “Enseguida avisé  que no repusieran la corriente”, relató el hombre que por su trabajo visita diferentes estaciones y asiste adonde hay problemas “para asegurar la continuidad del servicio”.

Después de dar aviso a la central de Control corrió a la plataforma 10 donde estaban los bomberos para pedir ayuda y fue hacia el tren para ayudar.

Sobre el término “freno largo” que, según declaró un testigo ayer, habría dicho Marcos Córdoba después del accidente. Giardineri explicó que aunque “no soy mecánico o motorman, sé que es cuando tienen que frenar antes, eso no significa que no tenga freno. Cuando es así se solicita técnico. Es reportado como una falla (a la oficina de control). Y lo solucionan los operarios”, explicó. “El motorman es el que decide si tiene necesidad de continuar o no. Lo mismo el guarda. Si son los frenos, el motorman decide o pide operarios que lo asisten”.

Giardineri dijo no recordar si se habían cancelado servicios pero sí que tras el impacto de la formación, a Córdoba, atrapado en la cabina, “la gente lo puteaba, lo insultaba”.

Después llegó el turno de Fredi Ale Adorno Encina, un chico joven, de pocas palabras que la mañana del choque trabajaba en la panchería del andén Nº 1 de Once. “Estaba limpiando el mostrador cuando escuché el ruido. Levanté la vista y vi todo, los que estaban muertos adentro del tren, todo. Cuando se juntó más gente no pude ver más”, relató.

En su memoria lo que quedaron fueron gritos de auxilio, pedidos desesperados y llantos desconsolados. “Fue la primera vez que vi un accidente y tantos muertos”.

Adorno Encina también dijo haber visto “ensangrentado al motorman. Creo que no estaba consciente y tenía las piernas atrapadas”. Y dijo que no creyó verlo hablando con nadie.

Las respuestas de Adorno Encima eran cortas y Gregorio Dalbón, abogado de una de las querellas, era quien más insistía para que el joven abunde en detalles y extienda sus respuestas. Gorini, presidente del tribunal, le llamó la atención. “No dialogue, doctor. Pregunte lo que tenga que preguntar. Me parece que (el testigo) fue reiteradamente invitado a recordar y no pudo hacerlo”.

La audiencia pasó a un cuarto intermedio y luego retomará con otros tres testimonios. Dos de los pautados para hoy fueron desistidos por las respectivas querellas.

Un comienzo complicado

El comienzo de la audiencia se postergó más de una hora. Durante ese lapso Yamila Cirigliano (hija de Claudio Cirigliano, uno de los directivos de TBA)  y la esposa del motorman Marcos Córdoba hablaron animadamente en las gradas donde se ubican los familiares de los imputados. Cuando comenzó el juicio ambas sacaron sus libretas. Se pusieron a escribir lo que debatían los miembros del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 2: si podía o no comenzar la audiencia. Las defensas se oponían porque el fiscal Fernando Arrigo estaba ausente sin justificación y no aceptaban a su reemplazo, Fabiana León. Tras escuchar todas las posiciones, los jueces Jorge Gorini, Jorge Tassara y Rodrigo Giménez Uriburu, no demoraron ni diez segundos en decidirlo: la audiencia iba a empezar igual. León ya estuvo una vez al frente en este juicio y no había motivos para que no fuera así hoy.