Una mujer y dos jóvenes declararon hoy en el Juzgado de Instrucción 35, ante el juez Osvaldo Rappa. Infojus Noticias accedió a los tres testimonios, que coincidieron en que la única arma que vieron fue la reglamentaria del policía. La semana que viene habrá nuevas declaraciones en la causa y también medidas de prueba vinculadas a pericias balísticas.
“¡Fue el policía!”, gritó la mujer cuando su pareja le preguntó qué había pasado a pocos metros de donde caminaban. Se trata de una de las testigos que vio cómo el agente de la Policía Metropolitana Ricardo Ayala baleó a Lucas Cabello en la puerta su casa en La Boca, en Martín Rodríguez al 500. La mujer y dos jóvenes declararon hoy en el Juzgado de Instrucción 35, ante el juez Osvaldo Rappa. Los tres testimonios, a los que tuvo acceso Infojus Noticias, coincidieron en que la única arma que vieron fue la reglamentaria del policía. El uniformado había dicho ante el juez que Lucas estaba armado.
El lunes pasado a las 15.30 la mujer que testimonió hoy –cuya identidad se preserva por cuestiones de seguridad– iba camino a su trabajo con su pareja y su hija cuando cruzó en la esquina de Martín Rodríguez y Villafañe. Allí escuchó un tiro. Primero, se fijó que su hija estuviera bien y después alzó la cabeza hacia donde había oído el disparo. Vio a un policía tirar más “disparos hacia el suelo”. En el piso estaba el cuerpo herido del chico de 20 años. La mujer contó que escuchó “varias detonaciones” más y después gritos.
Ella y su pareja se acercaron hasta el lugar. Al lado del cuerpo del muchacho había “dos o tres chicas”. Según la mujer, en el piso había un “sándwich y nada más”. No vio un arma de fuego ni vainas. Recuerda que había “mucha sangre” y que después de verlo disparar no vio más al agente Ayala. “Su relato es clave, porque no vive en el barrio y pasaba por allí de manera circunstancial”, dijo a Infojus Noticias una fuente judicial.
Su testimonio encaja como una pieza más de un rompecabezas, con el relato de Camila, la novia de Lucas, y otros vecinos que contaron que el joven había salido a comprar comida para su familia hasta la esquina. El único que vio la supuesta arma que portaba Lucas fue el policía. Según el testimonio que dio ayer a la Justicia, recordó que era “plateada”. Su versión no tiene correlato en el expediente judicial: en la foja 1 de la causa 66248/2015 consta que el personal de la Policía Federal que trabajó en la escena del crimen secuestró sólo el arma reglamentaria del efectivo y tres vainas servidas. Es la misma cantidad de disparos que recibió Lucas.
Las tres personas que expusieron ante Rappa hoy ya habían contado su versión de los hechos ante los especialistas de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin). La investigación está caratulada como “tentativa de homicidio agravado”. El uniforme que portaba quien gatilló el arma es el principal agravante. Los abogados Gabriela Carpineti y Nahuel Berguier quieren que “el estado de indefensión de la víctima” también sea un agravante.
La semana que viene habrá nuevas declaraciones en la causa y también medidas de prueba vinculadas a pericias balísticas. El agente Ayala, un joven de 24 años, continúa detenido. Uno de sus abogados defensores es Santiago De Jesús, que también representó a otros agentes de la Policía Metropolitana investigados por los asesinatos en el Parque Indoamericano, a fines de 2010.
La versión de la Metropolitana
Hay un patrón que se repite en los casos de violencia institucional: hacer correr la versión policial y deslegitimar a la víctima. “En el caso de Lucas, el trabajo de esta querella, la rápida intervención de Procuvin y la movilización de los vecinos de La Boca hizo que pudiéramos revertir la versión policial que se quería instalar”, señaló Carpineti a Infojus Noticias.
Esta mañana, en diálogo con Vorterix, la vicejefa de gobierno porteño María Eugenia Vidal insistió en lo que había dicho pocas horas después del ataque a Lucas. "Ni descarto ni confirmo que lo que pasó con Lucas Cabello sea un caso de género", dijo a los periodistas que le preguntaron sobre el caso.
El subjefe de la Policía Metropolitana, el comisionado Ricardo Pedace, ya había desechado esta versión cuando contó que el agente Ayala estaba en el lugar por un conflicto intravecinal. En el fuero Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires y en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) no hay ninguna denuncia por violencia machista contra Lucas.
En su declaración indagatoria, el propio agente admitió que él disparó al menos dos veces para defenderse de “una agresión” de Lucas. Y también afirmó que fue él mismo quien activó el botón antipánico tras lo ocurrido. Ese botón lo tenía la vecina que el agente debía custodiar por una causa de amenazas contra otra mujer que vive en el lugar.
La Defensa Pública de la Ciudad también desmintió a Vidal. “La consigna policial y el botón antipánico fueron medidas de protección que dispuso el fiscal interviniente en esta causa, Adrián Dávila”, dijo Alfredo Guevara, defensor público de la Ciudad, que representa a una de las partes del caso de violencia entre vecinos.
MFA/RA