En medio del huracán mediático entorno a la separación del futbolista Maxi López y la vedette Wanda Nara comenzó a circular la versión de que la figura del Catania le habría impuesto un “bozal legal” a la madre de sus tres hijos. Cuál es el origen de esta medida legal y quiénes la utilizaron.
“Yo personalmente no tengo ninguna notificación de que se haya iniciado ninguna medida cautelar. Le tendría que preguntar a Wanda, pero hasta donde yo sé no”, dijo la abogada de Wanda Nara Ana Rosenfeld a Infojus Noticias. Rosenfeld es precisamente la creadora, junto a la actriz y vedette, Moria Casan, de ese término tan escuchado a nivel mediático (y jurídico) en nuestro país. En una reciente entrevista que brindó a Infojus Noticias, Rosenfeld explicó “fue un invento nuestro y hoy lo usa toda la prensa. Ella –por Moria- dijo ‘poné un bozal’ y yo dije agregále legal. Es una palabra divertida para hablar de una medida cautelar judicialmente válida”. Desde entonces el término se convirtió en la forma que se hace referencia a la “restricción legal que inhibe a una persona a referirse públicamente sobre otra”. Es una figura recurrente en el ámbito de los medios y tiene varios antecedentes famosos:
Antes del caso López-Nara otro “bozal legal” fue noticia en el mundo futbolístico. Fue a partir de la presunción de una presentación que realizaría Diego Armando Maradona contra su exmujer, Verónica Ojeda, porque habría violado una medida cautelar dispuesta por la jueza Lidia Beatriz Testa. La medida le pedía no difundir ningún dato respecto del hijo de ambos.
Uno de los casos más resonantes ocurrió en abril del año pasado. Fue cuando la Justicia le prohibió a la exempleada doméstica de Mirtha Legrand, Lina Rosa Díaz, hablar con los medios de comunicación sobre las supuestas irregularidades en los aportes de la conductora de televisión a la trabajadora doméstica.
En el fallo, la titular del juzgado civil N° 94, Cecilia Federico, sostuvo que el hecho de que Mirtha Legrand fuera "una persona pública de fama reconocida" no permite "que su vida privada o situaciones domésticas tengan que ser difundidas a través de terceros sin su consentimiento".
Otro caso resonante: el de una diputada provincial de San Luis, Liliana Mazzone, que trató de imponer un “bozal legal” a Martín Grande, periodista local. Argumentó que lo que él decía y hacía en su programa de radio afectaba su propia “integridad moral”, por ejemplo, al llevar como invitados a cuatro presuntos “acreedores” de la diputada.
La legisladora afirmó que quienes concurrieron al programa estuvieron allí con el objetivo de “difamarla” y solicitó el bozal legal. La suerte le fue esquiva: la Sala V de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Salta desestimó el recurso presentado contra el periodista. “Todo ciudadano de una República tiene el derecho de manifestar lo que piensa y de contribuir con el tributo de su pensamiento a la felicidad común”, dice el fallo de diciembre del 2012 que rechazó el pedido de Mazzone.
A primera vista los nombres de Daniel Ricardo Carias y María Fernanda Widmer pueden sonar poco conocidos. Pero así figuran en los expedientes “la Tota” Santillán y la vedette Fernanda Vives.Su “bozal legal” se dio a través de una mediación privada. Después de haber terminado la relación sentimental y en plena “división de bienes”, a la vedette se le comunicó la incorporación de una cláusula en el acuerdo: ella debía abstenerse se mencionar al conductor en los medios de comunicación.
Uno de los casos más emblemáticos del “bozal legal”, el que quedó grabado en la memoria de los espectadores de los 90, fue el de una medida cautelar conseguida por la actual titular del juzgado federal N° 1, María Servini de Cubría, para no ser mencionada en el programa de televisión de Mauricio Rajmín Borensztein, más conocido como Tato Bores,
Con frac, peluca, lentes de marco negro y un habano entre sus dedos, Tato Bores esquivó el “bozal legal” con una ingeniosa canción interpretada por artistas y periodistas: “La jueza badu dubu día es lo más grande que hay”.