En 2012, la justicia dictaminó que tres hijos vivieran con su padre, denunciado por violencia y abuso. La madre, Andrea Vázquez, batalló contra el sistema judicial para revertir esa decisión. Ayer, uno de los chicos regresó por su cuenta al hogar. El abogado de Vázquez inició el trámite para revertir la tenencia, bajo el amparo del nuevo Código.
La última vez que había estado en la casa de Adrogué en la que se crió, T. tenía diez años. El 2 de octubre de 2012 se lo llevaron junto a sus dos hermanos, de 3 y 11 años, en un operativo policial, cuando los cuidaba una niñera y su mamá, Andrea Vázquez, no estaba. Ella había denunciado al padre de los nenes por violencia y abuso. La denuncia se volvió como un boomerang en su contra y un amparo judicial dictaminó la reversión de tenencia: tenían que vivir con el padre. Ayer, T. decidió por su propia voluntad volver a la casa de su madre y apareció con sus pertenencias. Hoy, el abogado de Andrea inició en la Sala III de la Cámara Civil de Lomas de Zamora el trámite judicial que le permitirá a T. volver definitivamente con su mamá. Se amparó para el caso en el nuevo Código Civil y Comercial.
“La alegría es enorme. Todavía estoy emocionada. T. agarró sus cosas y se vino. Bajo la luz del nuevo Código va a ser más fácil”, dice Vázquez a Infojus Noticias. Mientras Andrea habla, su hijo de 13 años busca encontrarse en esa casa que dejó por la fuerza, casi tres años atrás. Su habitación y las de sus hermanos quedaron intactas. Andrea los esperó cada uno de estos días y batalló contra el sistema judicial que le puso múltiples obstáculos para poder verlos. Hizo marchas, creó la organización “Sumate Basta de abusos” y recurrió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
En este tiempo, no hubo cumpleaños, ni Día de la madre para esta mujer y sus hijos, que se encontraron siempre en despachos judiciales y en presencia de trabajadores sociales u operadores judiciales. El año pasado, para el cumpleaños de cinco del más chico, Andrea se disfrazó de uno de los personajes de Los Increíbles y quiso agasajarlo con una torta. No hubo festejo. Cuando llegó al lugar donde estaba su hijo, la estaban esperando miembros de las fuerzas de seguridad.
Juan Pablo Gallego es el abogado que acompaña a Andrea desde un comienzo, el mismo que logró poner tras las rejas al cura Julio César Grassi. Para él, la mujer es víctima de una “situación irracional” desde que le “arrancaron” a sus hijos y cree que la decisión del niño abre un panorama esperanzador. “El nuevo Código Civil establece los 13 años como una edad significativa para tomar decisiones. En este caso, encuadra perfectamente porque su opinión va a ser tomada en cuenta como sujeto de derecho”, explicó el letrado a Infojus Noticias.
“Este reencuentro no tuvo que ver con una decisión judicial pero va a traer una serie de consecuencias judiciales. Esperemos que sea el comienzo de una solución que englobe a los otros chicos y que dejen de ser rehenes de su progenitor”, desarrolló Gallego.
El 28 de septiembre de 2012 se dispuso la orden de extracción violenta por orden de los jueces del Tribunal de Familia N° 3 de Lomas de Zamora. Se trata de María Silvia Villaverde, Enrique Quiroga y Roxana del Río, que ahora enfrentan un pedido de juicio político que encaró Gallego, en representación de Andrea y de otra mamá. Están acusados de proteger a progenitores con denuncias y obligar a los niños a “revincularse” con su padre abusador o maltratador. Hasta hace poco, los jueces integraban el Tribunal de Familia N° 3; después de una reforma judicial, cada uno quedó a cargo de un juzgado de Familia. El Jurado de Enjuiciamiento, encabezado por el presidente de la Suprema Corte bonaerense, Daniel Fernando Soria, votó de manera unánime la apertura del jury.
Según explicó Gallego, en la justicia de Lomas de Zamora hay doce Juzgados de Familia: cuatro de los responsables de estas dependencias están sometidas jury y el resto, se excusa “porque son amigos de los otros jueces o del padre de los hijos de Andrea”. Es por ello que en el caso interviene la Sala III de la Cámara Civil de Lomas de Zamora.
El fantasma del SAP
“El caso de Andrea es emblemático porque se trató instalar lo del SAP”, dijo Gallego. Aunque no lo nombran en sus sentencias y medidas judiciales, las decisiones de estos jueces se escudan en el Síndrome de Alienación Parental (SAP), una teoría que no tiene ningún reconocimiento científico. Los funcionarios judiciales que comulgan con este paradigma sostienen que el niño desprecia a uno de sus padres por influencia del otro. Se trata de una excusa para no escuchar sus testimonios.
En el caso de los hijos de Andrea, los chicos contaron en distintas oportunidades que su padre los golpeaba y los torturaba, poniéndolos en la bañadera con agua helada. Los jueces decidieron no oír el relato de los niños porque creyeron que estaban influenciados por su madre.
MFA/LL