Se estrena hoy en el cine Gaumont “Saldaño, el sueño dorado”. Es la historia de Víctor Hugo Saldaño, el cordobés que quiso perseguir el "american dream" y terminó viviendo en la marginalidad. Condenado por asesinato, desde 1996 vive en el corredor de la muerte de una prisión de Texas.
Cuando se fue de la casa de su madre, Víctor Hugo Saldaño tenía 17 años y soñaba con conocer el mundo. Después de recorrer toda América Latina entró por vía clandestina a Estados Unidos y allí trabajó de lavacopas, carpintero, jardinero, y cualquier changa que no exigiera papeles. Hasta que recaló en ciudad de Plano, en Texas, donde la marginalidad y la borrachera –según su propio testimonio- lo llevaron a cometer un asesinato. Por ese crimen espera, desde hace casi 20 años, una inyección letal en el corredor de la muerte de una cárcel texana. “Saldaño, el sueño dorado”, es un documental que cuenta la historia de este cordobés sentenciado desde 1996. Se estrena hoy a nivel nacional con una función gratuita que desde las 20 se ofrecerá en el cine Gaumont (Avenida Rivadavia 1635l). Ya se proyectó el mes pasado en Córdoba, pasó por Pantalla Pinamar y fue seleccionado para la muestra “Argencine” en Madrid, que se desarrollará entre el 1 y el 7 de mayo en la capital española.
“La idea del sueño dorado tiene que ver con la meca que para muchos es Estados Unidos, esa supuesta vida de otro planeta que en la práctica se termina transformando en una pesadilla”, explicó Raúl Viarruel, director y guionista del documental, a Infojus Noticias.
Saldaño tenía 23 años cuando el 25 de noviembre de 1995 asaltó y mató, junto a un cómplice mexicano, a Paul Ray King, un vendedor de computadoras. Ambos fueron detenidos y el mexicano Jorge Chávez fue condenado a cadena perpetua, pero en el juicio de Saldaño gravitaron otros factores, que aparecen en el documental gracias al registro de su interrogatorio. No tuvo abogado y nadie le advirtió que todo lo que dijera podía ser usado en su contra.
Al ser latino e inmigrante ilegal, Saldaño sufrió los atropellos del sistema judicial estadounidense: desde su arresto hasta su condena. “La máxima expresión de esto fue cuando le dictaron la pena de muerte con un argumento racista, que luego sirvió para rever la sentencia”, dijo Viarruel.
La “ley Saldaño”
En el juicio, realizado en julio de 1996, se tomó en cuenta el informe del perito psicólogo Walter Quijano que midió la “peligrosidad futura” de los acusados y consideró que el hecho de ser latino tornaba a Saldaño más peligroso. Esa evaluación apuntaló la sentencia a pena de muerte, que debía cumplirse el 18 de abril de 2000.
Desesperada, Lidia Guerrero, la madre de Saldaño, recurrió al penalista cordobés Carlos Hairabedian para que intentara una apelación. “En un contexto de población mayormente blanca, anglosajona, protestante y típicamente texana (lo que se denomina WASP, white anglo-saxon protestant), Saldaño jugaba de perdedor de entrada. El muerto era un vecino del lugar, y el jurado era también blanco, anglosajón y protestante, así que todo era hostil hacia él”, dijo el abogado a Infojus Noticias.
Con ese planteo, la defensa logró llevar el caso hasta la Corte Suprema de Estados Unidos, que en 2004 le dio la razón. “El procurador fiscal del estado de Texas también dijo que era un disparate el argumento en el que se había fundado la peligrosidad, a pesar de que ellos tenían el record de pena de muerte. Eso terminó con que la Corte declaró nulo el juicio. Y después salió en Texas una ley por la que no se puede condenar nunca más a nadie por su origen, raza o religión. Se llama ‘ley Saldaño’”. “Pero el racismo en el caso nunca ha sido curado”, dice en la película Johnattan Miller, el abogado estadounidense que integraría la defensa de Saldaño en el segundo juicio.
Desquiciado por el corredor
-A Saldaño ustedes lo han enterrado y lo tratan como un animal –reprochó el abogado Juan Carlos Vega.
-He’s an animal. (Es un animal)
“Eso me respondieron los juristas estadounidenses”, contó el letrado que representa a Saldaño desde 1998 y quien procura revertir la segunda condena a la pena capital, que se le aplicó en un expeditivo juicio celebrado en noviembre de 2004.
“Ahí comenzó un nuevo proceso de nulidad. En este caso, porque la Justicia de Texas juzgó a un loco, porque ya llevaba casi siete años en el corredor de la muerte. Es decir, el Víctor Saldaño que compadece en el 2005 carecía de competencia procesal, porque la permanencia en el death row quebró su aparato psicológico y lo degradó mentalmente, como lo demostró al masturbarse delante del jurado”, agregó Vega.
En el fondo, el caso Saldaño pone al descubierto aspectos esenciales del sistema penal norteamericano. “Lo primero es la íntima vinculación entre sistemas religiosos y punitivos. Hoy aflora el yihadismo como expresión de fanatismo religioso, pero el puritanismo también tiene rasgos fanáticos, como la propensión a la pena de muerte. Lo otro es la vinculación que tiene la pena de muerte con el voto popular en Estados Unidos, porque todas las zonas del medio este, medio oeste y del sudoeste son republicanas y son los 32 estados con pena de muerte”, describe Vega.
El periodista Raúl Viarruel, realizador del documental.
El rol de la Cancillería argentina
El realizador Viarruel y los abogados Hairabedian y Vega coinciden en señalar el contraste entre la actitud de la diplomacia argentina hacia el caso Saldaño en los años 90 y en la actualidad, y destacan el compromiso del ex cónsul en Houston (2000-2006), Horacio Wamba, quien gestionó el respaldo de los países de América Latina y un pedido de clemencia del papa Juan Pablo II.
De los inicios del proceso Hairabedian recuerda: “El consulado argentino en Texas, siendo en aquella época ministro de Relaciones Exteriores Domingo Cavallo, privilegiaba las cuestiones económicas. La política exterior era mantener vínculos fuertes de carácter comercial con Estados Unidos. Entonces, los funcionarios consulares eran totalmente ajenos a la temática de derechos humanos y justicia”.
“El cónsul Horacio Wamba fue el Robin Hood de esta causa -asegura Vega-. Lo ayudó notablemente a Saldaño en el derecho interno, contrató abogados y me hizo participar a mí. Además, creó en la Cancillería el ‘grupo Saldaño’, con especialistas que estudiaban el caso. La matriz de este trabajo es Horacio Wamba en el derecho interno y yo en el derecho internacional, aunque siempre nos complementamos”.
Para Viarruel, el cambio de actitud de la Cancillería “claramente obedeció a decisiones políticas. En los 90, la política de ‘relaciones carnales’ con Estados Unidos coincidió con el mayor desamparo para Saldaño. Eso cambió desde 2003 y la Cancillería se involucró, aportó recursos, apoyó a la madre, contrató abogados, y articuló con gobiernos de Latinoamérica cuyos cancilleres se pronunciaron pidiendo clemencia por el caso”.
Una pulseada con el imperio
-¿Hay esperanzas de salvar la vida de Víctor Saldaño?- preguntó Infojus Noticias.
-Es difícil suponer que Texas vaya a cambiar su política, y la Cancillería argentina va a sostener la pelea por salvarle la vida -conjetura Viarruel-. Esa confrontación se va prolongar en el tiempo. Había una gran expectativa con la llegada de Barack Obama al gobierno, pero ni siquiera con un presidente demócrata y negro cambió esta situación. Creo que los texanos están dispuestos a asumir el costo político de no perdonarlo y que muera incluso en esas condiciones, antes que sentar el precedente de perdonarle la vida
Ante la misma pregunta, el abogado Vega manifiesta: “Si a Saldaño le salvamos la vida, estaremos salvando lo que queda de ella. Como dice Lidia Guerrero, esto debe trascender y servir como ejemplo para todos los condenados a muerte que pertenecen a minorías raciales y nunca han tenido la oportunidad de probar lo que nosotros probamos.”
En un pasaje del filme, el ex cónsul en Houston Horacio Wamba -y hasta hace poco representante de Argentina ante la Autoridad Palestina-, afirma: “El caso Saldaño demuestra que casi sin recursos la Argentina pudo contra Texas, en un caso sensible a las necesidades del imperio. Y lo pudo hacer dos veces, acompañada por todos los hermanos gobiernos latinoamericanos”.
Producida por Carmen Guarini y El Desencanto, “Saldaño, el sueño dorado” participó en el reciente festival Pantalla Pinamar 2015 e integrará la muestra de cine argentino Argencine 2015 en Madrid, entre el 1 y el 7 de mayo. Mañana se estrenará en el Espacio INCAA Gaumont de Buenos Aires y el jueves 26 en el Complejo Gran Rex de Córdoba.
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