Con 7000 asistentes, el “Encuentro Nacional de Equipos de Salud. Ampliando derechos, construyendo soberanía sanitaria”, se desarrolló desde el jueves hasta hoy en el predio de la ex ESMA. Tuvo como eje los desafíos políticos que afrontará el país en esa materia. Lo cerraron los ministros de Economía Axel Kicillof y de Salud, Daniel Gollan.
La salud como un derecho básico inalienable fue el eje del acto de cierre del “Encuentro Nacional de Equipos de Salud. Ampliando derechos, construyendo soberanía sanitaria”, que se desarrolló desde el jueves hasta hoy en el predio de la ex ESMA y que tuvo como eje los desafíos políticos que afrontará el país en esa materia.
“¿Qué derecho humano más grande e importante que el derecho a la salud para nuestro pueblo?”, se preguntó el ministro de Economía, Axel Kicillof, quien hizo hincapié en que las siete mil personas que participaron del encuentro se reunieron allí para militar, entre otros motivos, contra “las mafias penetradas en el sistema de salud de la Argentina”.
“Uno de los más grandes daños que ha hecho el neoliberalismo es el ajuste permanente. Sabemos que el ajuste presupuestario no es exclusivamente una cuestión financiera sino que desarticula una red de contención de derechos, de derechos humanos, del Estado de bienestar. Cuando el neoliberalismo dice ‘ajuste presupuestario’ no quiere decir sólo que el Estado se retira de sectores claves, sino que implica que donde había una necesidad habrá un capital concentrado para hacer allí un negocio”, dijo el ministro de Economía.
Frente a trabajadores y trabajadoras de la salud, agrupaciones políticas y dirigentes (entre ellos, el diputado nacional Andrés Larroque y el subsecretario de Promoción de Derechos Humanos, Carlos Pisoni), ministro de Salud de la Nación, Daniel Gollan, puso como ejemplo lo ocurrido con el medicamento Atripla, utilizado para el tratamiento de personas con HIV.
“El laboratorio que lo vende quería cobrarle al Estado argentino 96 dólares por el Atripla. En la negociación, llegó a bajarlo a 75 dólares. Y finalmente, después de una negociación conjunta a través de la Organización Panamericana de la Salud pudimos conseguirlo a 4,70 dólares, ahorrándonos millones de pesos. Frente a esta manipulación, la intervención y la unión de los Estados como política se vuelven trascendentales. Hacia ese objetivo trabajamos”, explicó.
El ministro de Salud manifestó que la industria farmacéutica transnacional “no sólo ha fijado un precio abusivo, sino que ha entrado en una lógica financiera especulativa para obtener una sobre ganancia”. Frente a esto, Gollan detalló que Argentina junto a los países de la Unasur y México, que decidió sumarse a esta estrategia, plantearán una negociación conjunta de precios: “La única manera de que esta problemática pueda solucionarse es bajando los precios de usura. Debe haber precios razonables para que exista mayor accesibilidad, se le debe poner límites a los laboratorios. La alternativa es clara: introducir al Estado para que defienda a los menos poderosos”.
El estado como defensor
El encuentro -que se extendió por tres días- se centró en otras tres líneas centrales de cara al futuro, además de la política nacional de medicamentos: la formación de los trabajadores y trabajadoras de la salud, el fortalecimiento del primer nivel de atención y el fin de afianzar al Estado como el pilar y bastión del sistema de salud en Argentina.
“El espacio de la salud es uno de los más delicados para los individuos. Lo único en defensa del paciente para que no lo engañen ni lo roben, para que no le vendan medicamentos que no le sirven, para que le receten genéricos y no marcas específicas, es el Estado. La única forma de incluir socialmente es con la defensa de los derechos básicos y la salud es uno de ellos”, opinó Kicillof.
En el acto, además, fueron galardonados con el premio al Mérito en Salud Pública “Carlos A. Alvarado” los médicos Mario Testa, Floreal Ferrara (recibió la distinción un familiar), Domingo Liotta y Mario Rovere.
El caso Garrahan
El conflicto que los trabajadores del Hospital Garrahan mantienen con el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que no cumple con el aporte económico que está obligado a realizar (el hospital es financiado conjuntamente por el Estado nacional y el gobierno porteño en partes iguales, según el decreto ley 815 aprobado en 1989) no fue ajeno al Encuentro Nacional de Equipos de Salud. “En Argentina es claro cuál es el modelo del Gobierno de la Ciudad y el del gobierno nacional en Salud. Al Gobierno de la Ciudad no le interesa tener hospitales públicos y por eso lleva adelante un proceso manifiesto de desfinanciación, como el que se ve en el Garrahan. Nosotros concebimos a la salud como un derecho básico inalienable y por eso defendemos los hospitales públicos”, sostuvo Gollan.
Por su parte, Kicillof expresó: “La Ciudad de Buenos Aires no puso un peso en el Garrahan y la Nación cumplió con su obligación, así como invirtió en políticas y programas como el Plan Remediar, el Plan Nacer, el Plan Qunita. Son políticas que implican poner recursos, pero que también marcan un modelo que guía las acciones que se llevan adelante. Hay gente que puede afrontar el pago de una prepaga u obra social, pero también hay que pensar en los que no pueden hacerlo”.
AP/SH