Ya está en el Congreso de la Nación un proyecto de ley para fomentar la sostenibilidad de las revistas culturales autogestionadas. Hoy fue presentado en una conferencia de prensa. El proyecto considera que las publicaciones escritas – impresas o digitales- son parte del patrimonio cultural argentino y por lo tanto deben ser fomentadas a través de políticas públicas concretas. La propuesta fue elaborada por Arecia, la Asociación de Revistas Culturales Independientes y Autogestivas, a partir de un censo y diagnóstico de las necesidades del sector.
Las revistas que integran Arecia tienen en conjunto una tirada de 350.000 ejemplares que llega a unos 1.400.000 lectores mensuales. El sector aporta alrededor de 1.750.000 pesos mensuales a la industria gráfica y las distintas pymes relacionadas con la producción editorial.
Marlene Wayar, directora de El Teje, el primer periódico travesti latinoamericano, anunció ayer que el proyecto ingresó finalmente en Diputados, después de cuatro años de trabajo en asambleas y reuniones.
La Garganta Poderosa, la publicación realizada por habitantes de las villas, es otra de las revistas que promueve la sanción de esta ley. “Todos juntos vamos a brindar, porque esta ley marca el inicio de una nueva era comunicacional, aunque algunos se resistan y a otros tantos les caiga tan mal”, afirmaron sus integrantes.
El trámite legislativo del proyecto de ley es encabezado por el diputado Jorge Rivas. “Aporta la necesaria protección del Estado a medios gráficos independientes no solo del poder político sino también de los sectores concentrados de la economía. En cierto sentido, completa lo ya dispuesto por la Ley de Medios respecto de la comunicación audiovisual”, afirmó Rivas. El proyecto también lleva la firma del jefe del bloque del Frente para la Victoria Agustín Rossi y de Héctor Recalde, Adriana Puiggrós, Remo Carlotto, Juan Carlos Junio y Carlos Heller, entre muchos otros.
Las principales medidas que se proponen son:
- Desgravación impositiva: exención del impuesto a las ganancias y del impuesto al valor agregado. También otorga derechos a importación y exportación de insumos y de las publicaciones.
- Distribución y circulación: la autoridad de aplicación deberá contemplar las medidas necesarias para garantizar la circulación de las revistas por los canales habituales de la actividad.
- Fondo de fomento: crea el Fondo Nacional de Desarrollo para la Producción Independiente y Autogestiva de Comunicación Cultural Independiente para brindar subsidios a inversiones productivas. El fondo no podrá ser menor al 20 por ciento del presupuesto de la publicidad oficial.
- Acceso al crédito: se establece un régimen de bonificación de tasas de interés.
- Preferencia para acceder a licitaciones: el sector público nacional otorgará preferencias al sector social y asociativo para para la provisión de bienes o servicios.
- Promoción y divulgación de las publicaciones: los medios de comunicación estatales deberán facilitar tiempo y espacio para divulgar estas publicaciones.
Esta ley es “una forma de saldar la deuda que con el sector tiene la Ley de Servicios Audiovisuales, instrumento que ha significado la democratización de los espacios televisivos y radiales, pero ha omitido a las publicaciones culturales gráficas y de Internet, independientes y autogestivas, sin las cuales esa misma ley no hubiese contado con canales de debate y difusión entre los diferentes actores sociales que la hicieron posible. Este no es más que un ejemplo –importante, pero no aislado- de la tarea social que cumple el sector: la batalla que allí se libra cotidiana y sostenidamente contra la monopolización no sólo de productos, sino de contenidos. No sólo de voces, sino de estéticas”, afirma el proyecto en sus fundamentos.