Fue durante la séptima audiencia del juicio al portero, acusado de asesinar a Ángeles Rawson. Se trata de una vecina del edificio donde vivía la adolescente que señaló que las víctimas eran su empleada doméstica y una niñera. Con este testimonio, Mangeri fue involucrado en cuatro episodios de presunto acoso a mujeres del edificio.
Una vecina del edificio de Ravignani 2360, donde vivía Ángeles Rawson junto a su familia, reveló hoy en el juicio por el crimen que existieron otros dos casos de mujeres que supuestamente fueron acosadas sexualmente por el acusado Jorge Mangeri. La testigo señaló que una de las víctimas era su empleada doméstica, a quien el imputado le regalaba golosinas.
Con estos dos nuevos casos, Mangeri hoy fue involucrado en cuatro episodios de presunto acoso a mujeres del edificio o de la cuadra, por seis de los testigos que declararon en la séptima jornada del debate que se desarrolló desde las 9 de la mañana en el sexto piso del Palacio de Tribunales.
La testigo que develó los dos nuevos casos, hasta ahora desconocidos en la causa, fue la abogada Mónica Lospinnato, vecina del 5° "A" y miembro del Consejo de Administración del edificio. En respuesta a las preguntas del abogado de la familia de Ángeles, la mujer contó que una vez le llamó la atención que siendo Mangeri un hombre muy atento, vio cómo la le cerraba la puerta a la niñera del 7° "B" y que ante esa situación, en una reunión del consejo de administración, le preguntó al empleador de esa mujer, el vecino Pablo Bazán, si había pasado algo. Según este relato, en esa conversación Bazán -quien ya declaró en el juicio pero no contó nada sobre estos hechos-, le dijo que Mangeri "una vez se le lanzó" a la niñera y que "ella estaba ofendidísima".
Lospinnato aclaró que en ese momento no lo tomaron como un caso de acoso sino "como un intento de conquista". Agregó que luego, en 2013 y con el crimen de Ángeles en plena etapa de investigación, le preguntó a Zunilda, la empleada si alguna vez Mangeri le había dicho algo de tono sexual, a lo que ésta le respondió que sí, pero que "eso no lo convertía en un asesino".
Esa empleada le dijo que cuando empezó a trabajar en su casa, en 2011, cuando tenía unos 20 años, Mangeri la esperaba en la puerta del edificio y le regalaba bombones de la marca "Bon o Bon", aunque con el paso del tiempo esa situación le empezó "a dar miedo".
"En los últimos tiempos, Zunilda lo había notado más 'zarpado' y contó un episodio en el cual Mangeri la siguió por la calle y le preguntó dónde iba a bailar", dijo Lospinnato, quien además recordó que a veces Zunilda le regalaba los "Bon o Bon" a una de sus hijas o "los tiraba a la basura".
"En ningún momento pensamos que podíamos tener un peligro adentro del edificio", afirmó la abogada, quien aclaró que si no declaró esto durante la instrucción fue porque se enteró de ellos con posterioridad.
Luego declaró el marido de la abogada, Gustavo Mortola, quien ratificó lo sucedido entre Mangeri y la empleada que hasta el año pasado trabajó con ellos, aunque aclaró que todo se lo contó a su esposa.
Mangeri, quien hoy pidió no asistir a todas las audiencias y sólo estuvo presente en la sala hasta el testimonio de la abogada, sólo miró al piso; y su esposa, Diana Saettone, le miraba la nuca y se tapaba la boca con una mano sin ninguna otra reacción, mientras escuchaba los supuestos intentos de conquista de su marido.
Una empleada que renunció
También declararon Elsa Nieves González (80) y su esposo Ángel Montanari (81), quienes viven en el 2° "B" del edificio desde hace 17 años.
González dijo que tuvo una empleada en su casa, de la cual no recordaba su nombre y que también había sido suplente de Mangeri cuando éste se operó una rodilla, que trabajó durante un tiempo pero que renunció cansada de los supuestos acosos a los que la sometía éste.
"Le dijo a mi esposo que se iba porque había tenido un acoso sexual o una insinuación del señor Mangeri", dijo la testigo, quien aclaró que en ese momento no le dio importancia al hecho, ya que "de ninguna manera pensaba que el encargado pudiera haberlo hecho".
La jubilada afirmó que hasta el crimen de Ángeles su impresión sobre el encargado "era muy buena", pero al final de su testimonio manifestó sentirse "culpable" por "no haber avisado a la administración" sobre la denuncia de su empleada. Su esposo, Montanari, aseguró que la empleada le dijo que Mangeri le había hecho "sugerencias para tener relaciones de tipo sexual" para lo cual la invitaba al "sótano" del edificio.
Esa mujer nunca pudo ser localizada por los investigadores, por lo que no se obtuvo su testimonio en el marco de la causa.
Un mail pidiendo que se investigue a Mangeri
Las últimas dos testigos que hoy hablaron de Mangeri como un acosador fueron una mujer que la noche del miércoles 12 de junio cuando los investigadores del homicidio apuntaban al círculo íntimo de Ángeles, envió a la Justicia un correo electrónico en el que pedía que "investiguen al portero", y su empleada doméstica.
La autora del mail, Romina Rey Moreno, explicó que la idea surgió cuando su mucama, Dora Sandoval -quien vivía en la casa tomada junto al edificio de Ravignani 2360- le dijo: "Para las chicas que viven en la pensión, fue el portero".
Según Rey Moreno, la empleada le dijo que Mangeri solía decir "cosas groseras" a sus amigas de la pensión y explicó que al enterarse de que Ángeles había sido desechada en una bolsa, atada y en un camión de basura, le hizo pensar "en la posibilidad del portero", cuando por la televisión "se mostraba que podía ser el padrastro".
Luego declaró Sandoval, de nacionalidad peruana, quien ratificó que le hizo a su patrona algún comentario sobre Mangeri.
"Le dije que ese señor era medio raro. Molestaba a las chicas, que era medio mañoso", dijo hoy Sandoval aunque aclaró que más allá de alguna "mirada" de Mangeri, a ella nunca la había acosado y que todo lo que decía eran comentarios de otras mujeres de la pensión.
El juicio al portero Jorge Mangeri pasó a un cuarto intermedio hasta el viernes próximo cuando se reanudarán las audiencias del debate a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 porteño.
Télam/LC