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Infojus Noticias

26-2-2015|18:40|Femicidios Nacionales
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Hubo 39 casos de femicidios desde 2011 en la localidad

Vecinos y familiares de víctimas denuncian femicidios de Tigre

Julia Herrera, la mamá de Tamara Micaela López, que apareció muerta y con signos de golpes el 25 de enero, denunció la inseguridad y la impunidad judicial de Tigre junto a Eugenio Fernández, un cacique qom que perdió a su hija y su nieta. Ambos acusan a un transa local pero la justicia no los escucha.

  • Fotos: Alejandro Kaminetzky
Por: Ana Soffieto

“A mi hija la mató la inseguridad y la impunidad que hay en Tigre”, denunció hoy Julia Herrera, la mamá de Tamara Micaela López, asesinada en Las Tunas, uno de los barrios más humildes del municipio. Aunque hace poco más de un mes que encontraron muerta a Micaela, ni Julia ni su abogada, Gabriela Conder, pudieron acceder al expediente. “Me dijeron que no tenían toner para imprimirlo”, se quejó. Vestida de negro y de pie habló hoy al mediodía en una conferencia de prensa organizada por los vecinos de Tigre para visibilizar la falta de justicia en este y otros casos de femicidios recientes. Junto a ella estaba Eugenio Fernández, cacique qom que perdió primero a su nieta y luego a su hija. Aunque en ambas autopsias se había determinado que fueron violadas y asesinadas, las causas primero se caratularon como suicidios y luego fueron archivadas.

En diálogo con Infojus Noticias, la concejal por el Frente para la Victoria, Carmen Salcedo, indicó que hay “hay 39 casos de femicidios y de violencia institucional de 2011 a la fecha en Tigre, según la Asociación Judicial Bonaerense. Hay toda una zona liberada  que arranca en Nordelta con casos de narcotráfico y después hay un primer cordón de corrupción política, policial y judicial que se da sobre todo en Escobar y Tigre. Las zonas pobres están liberadas para los transas chiquitos y después te detienen a chicos por portación de cara”, dijo.

Poco antes de hablar ante los medios, Julia Herrera recibía otra mala noticia. Un mensaje de texto le avisaba que su abogaba se había presentado en el Juzgado de Garantías N°5, pero ahí no sabían nada del caso: la Fiscalía Especializada en Violencia de Género de Tigre que dirige Marcelo Fuenzalida todavía no había aportado la causa. “Acuso a la fiscalía y al municipio porque aún no tenemos respuesta”, dijo luego ante las cámaras.

Iván y Franco, dos chicos de 15 y 16 años que viven en Las Tunas, estaban recorriendo los alrededores de un canal que sale desde el fondo del frigorífico Rioplatense, cerca del cruce de las calles Santiago Derqui y Sancristi, cuando vieron un cuerpo muerto. Buscaban algunos troncos para hacer un banco, pero esa tarde del 25 de enero encontraron el cuerpo de una chica apenas más grande que ellos. Era Tamara Micaela López, desaparecida desde hacía más de una semana. Solo vestía un short y un corpiño rojo. Su cuerpo estaba hinchado, lastimado. Su brazo, destrozado por la descomposición. Según informó a Infojus Noticias la policía de la Comisaría 6º de General Pacheco, le habían golpeado el cráneo con un martillo y la habían asesinado hacía más de una semana.

Manejos judiciales

Micaela López tenía 21 años recién cumplidos y estaba de novia con “Pato” Cenizo, el transa con más poder en Las Tunas y La Paloma, donde vivían. Sin embargo, una de sus amigas más cercanas, que no quiere dar su nombre, contó a Infojus Noticias que Micaela sólo seguía en pareja con Cenizo porque él la amenazaba. Hacía poco más de un año que estaban juntos y aunque al principio ella se había enamorado, enseguida él comenzó a golpearla y amenazarla si lo dejaba. “Vos me dejás y no te olvides que primero está tu hijo Tiziano y después tu mamá”, le escribió en una de las tantas amenazas. Una de las ventanas de la casa donde Micaela vivía con mamá y su hijo en el barrio de La Paloma todavía está destruida y tapada con tablones de madera. En un arranque de ira, Cenizo la había destrozado.

“Mica fue a hacer denuncias por violencia de género.  Había una evaluación psicológica que le hicieron en la Comisaría de la Mujer que consideró que estaba en situación de mucho riesgo”, contó hoy Julia Herrera en la conferencia. Poco antes de morir, su hija incluso había pedido restricción perimetral contra Cenizo, pero no se la dieron.

Cuando Micaela todavía estaba desaparecida, Julia Herrera se enteró por las redes sociales que habían encontrado a una joven de la edad de su hija en Las Tunas. Aunque había una denuncia por averiguación de paradero con fotos de Micaela y descripción de sus señas particulares, como el tatuaje, Julia no se enteró de la muerte de su hija ni por la policía, ni la fiscalía, ni nadie del municipio.

Recién logró reconocer el cuerpo en una cochería de El Talar. Estaba allí como NN. Julia no entendía cómo había ido a parar ahí, si nadie de la familia había dado la orden de nada, si apenas recién la había encontrado. Entonces le sonó el teléfono; era otra de sus hijas. Julia no se animó a decirle que la chica que habían encontrado muerta era su hermana. Pero al poco tiempo el teléfono volvió a sonar:

-Trate de no hacer prensa ni marchas- le dijeron ahí la fiscal y los policías.

Cenizo

El nombre de Dante Cenizo está vinculado a otros dos asesinatos más que ocurrieron en los últimos dos años. El primero fue de Marcela Micaela Fernández, una chica qom de Las Tunas. Tenía 14 años y en 2013 ella era su novia. Sin embargo, para su papá Juan él la prostituía, pero como Cenizo la amenazaba, ella no lo quería reconocer.

-Papi, necesito un revolver –le dijo Marcela a su padre poco antes de morir.

A su mamá Nancy, en cambio, Marcela le había contado que Cenizo la obligaba a tener relaciones sexuales con policías que también iban para comprar droga. Nancy Fernández, desesperada, quería rescatar a su hija pero ella siempre le decía que no, que Cenizo la tenía amenazada.

Una vez se cansó. Recibió el llamado desesperado de su hija; quería escapar de la casa de Cenizo. Entonces Nancy fue a buscarla, pero Dante Cenizo la recibió en la puerta con un arma.

-Dejala tranquila a mi hija –le dijo Nancy.

Cenizo comenzó a golpearla. Marcela intentó salir, pero una vez más no se animó: tenía terror a que mataran a su madre. Aquel día Cenizo le dijo a Nancy que le iba a devolver a su hija al día siguiente.

Marcela apareció muerta el 17 de febrero de 2013 en la casa de Dante Cenizo. La policía le dijo a la familia que se había suicidado, pero cuando recién pudieron ver el cuerpo en el velatorio, encontraron que la joven estaba golpeada, con el rostro rasguñado, cortes en los brazos y un labio cortado, con sangre.

“Nosotros no creemos lo que dice la policía. ¿Cómo se va a matar adentro de la casa de un narco?”, dijo hoy en la conferencia de prensa Eugenio Fernández, abuelo de Marcela y papá de Nancy.

La autopsia indicó que la habían violado.

Según declaró Nancy ante la fiscalía de El Talar, el mismo día que apareció el cuerpo de Marcela, policías de la comisaría de esa misma jurisdicción la golpearon.

-Si no te callás, india de mierda, te voy a matar a vos y tu familia, callate la boca, yo lo hice al Pato Cenizo –le dijo uno de ellos a Nancy según consta en una de sus declaraciones testimoniales.

Pero no se cansó y siguió insistiendo para que se resolviera la muerte de su hija Marcela.

En mayo de 2014, Nancy fue violada y asesinada.

La causa la tomó estas últimas semanas la misma abogada de Julia Herrera, Gabriela Conder. Según informó a Infojus Noticias, “los tres casos están muy vinculados. Si uno hace un paralelismo, primero aparece Marcela asesinada, después la madre, ahora aparece otra novia de Cenizo muerta y entonces la siguiente tiene que ser Julia”. Conder agregó que ahora “se van a pedir nuevas pericias y que se vuelvan a tomar los testimonios de todos”.

Dante Cenizo está detenido desde agosto pasado por una de las tantas causas que tiene por narcotráfico, que ahora lleva el fiscal Juan Diego Callegari, de la fiscalía descentralizada de drogas ilícitas de Troncos del Talar. Según informó Conder, una declaración de Tamara Micaela ayudó a que lo detuvieran. Los allegados a las familias de las tres mujeres están convencidos que él las mató o las mandó a matar.

Otros casos impunes

Durante la conferencia de prensa también se pidió justicia por otros casos, como el de Alexandra “Keka” Ramírez. Apenas tenía 15 años cuando el 5 de febrero la encontraron tirada al costado de la calle Pellegrini, en Ricardo Rojas. Su cuerpo estaba boca abajo y descubierto, en una zanja pequeña que recorre la calle Pellegrini, en el cruce con Blandengues, en una zona donde casi todo son fábricas en las que apenas se puede ver alguna persona que entra o sale. Según fuentes policiales, Alexandra se habría ahogado y posiblemente tuvo un ataque de epilepsia. Pero la hipótesis no cierra para nadie más. Su familia dice que “Keka” no tenía epilepsia. En la zanja, además, ya no corre agua como años atrás.

Para sus familiares, Keka fue víctima de explotación sexual en manos de una mujer que en el barrio de Virreyes conocen bajo el apodo de “Pupina”. Según dijo su tía Roxana al canal de noticias CN23 , es “una chica que tiene casa en la calle 28 que prostituía a las chicas menores porque tiene al marido preso, entonces ella cobraba 400, 500 pesos y de ahí se agarraba 200, 300 pesos para mantener al marido”.

El expediente por la muerte de Keka está en manos de la fiscal Claudia Gambotto, de la UFI de Talar de Pacheco.

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