Vecinos y representantes exigen la reapertura del Café de los Patriotas
Al encuentro asistieron el subsecretario general de la Presidencia, Gustavo López, el dirigente del Movimiento Evita, Edgardo Binstock y el subsecretario de Derechos Humanos, Carlos Pisoni. La clausura se produjo porque los inspectores de Mauricio Macri encontraron vecinos bailando tango.
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Martín di Maggio
Vecinos, representantes de la cultura y militantes políticos y sociales colmaron esta noche el Café de los Patriotas para apoyar la reapertura del local, que fue clausurado el lunes por el gobierno porteno. "La clausura no fue un acto administrativo, fue un acto político y aqui estamos porque queremos seguir encontrándonos", afirmó Francisco Scarzella, vocero de los trabajadores que da vida a la cooperativa que fundó el bar.
La clausura se produjo porque los inspectores de Mauricio Macri encontraron vecinos bailando tango. Era una de las actividades gratuitas que los cooperativistas realizan con el objetivo de ofrecer un espacio de encuentro para los vecinos que vaya más allá del emprendimiento comercial.
El Cafe los Patriotas, que emplea a 10 personas, es parte del "Proyecto comunidad", que reune 5 cooperativas de trabajo y unos 60 trabajadores. "Hacemos trabajo social e impulsamos proyectos de la economía social", explicó Scarzella.
"Ya hicimos el descargo y, desde hace meses, tenemos presentada toda la documentación corespondiente y venimos reclamando la habilitación definitiva sin encontrar más respuestas av que sucesivas inspecciones intimidatorias", afirmaron los trabajadores durante una conferencia de prensa, rodeados por vecinos y militantes.
En las paredes hay fotos y cuadros que definen a los patriotas: Salvador Allende, Rodolfo Walsh y Mao. También hay fotos del Che Guevara y un joven estudiante Nestor Kirchner.
Al encuentro, que fue tambien un reclamo para exigir la apertura del local, asistieron el diputado Gustavo López, el dirigente del Movimiento Evita, Edgardo Binstock y el subsecretario de Derechos Humanos, Carlos Pizzoni.
En una de las mesas se sento el arquitecto Rodolfo Livingston, vecino y habitué del café. "Si el reglamento prohíbe el baile, lo que está mal es el reglamento", dijo Livingston, que a los 83 años empezó a bailar tango en el Cafe de los Patriotas. Sólo pudo tomar su primera clase. El arquitecto agregó que es "preocupante que se prohíba el baile, que se prohíba la alegria".
"El baile es anterior a la palabra, es la parte más esencial de la cultura humana. Y si aplicamos este criterio prohibitivo a La habana o a Río de Janeiro debetian clausurarlas a las dos", ironizó Livingston, quien firmó un comunicado rechazando la clausura junto a Cristian Alarcón, Eduardo Blaustein, Analia Argento y Luis Ziembrowsky. También adhirienron la diputada Juliana di Tullio y Jorge "Quito" Aragón.
El arquitecto agregó: "Debajo de la letra del reglamento esta la bronca de que en Los Patriotas no hay sillas que dicen Coca Cola sino Belgrano".
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