La ceremonia se realiza en un sala mortuoria del barrio porteño de Núñez. Un grupo de personas dañó la corona que envió el Ministerio Público Fiscal. Estuvieron la madre del fiscal, su ex mujer y el embajador de Estados Unidos.
Rodeado de un fuerte operativo policial, esta tarde comenzó el velatorio del fiscal de la Unidad Especial AMIA, Alberto Nisman, en la sala mortuoria O’ Higgins en el barrio de Nuñez. Los restos del funcionario judicial fueron entregados a la familia luego de que lo dispusiera la fiscal Viviana Fein que investiga su muerte. Después, el cuerpo fue trasladado a la Cochería de AMIA, donde se realizó el lavado ritual de acuerdo a lo establecido por las normas judías.
Las calles laterales a la casa velatoria, Quesada y Congreso, estaban totalmente valladas. El público y la prensa sólo podían llegar a media cuadra del lugar donde uno de los policías controlaba que nadie pase. El velatorio fue reservado para los familiares y amigos más íntimos del funcionario judicial.
En O’ Higgins y Quesada, sobre el vallado que controlan los agentes de la Policía Federal, las personas que fueron para despedir al fiscal colgaron rosas. Frente a ellos se emplazaba una veintena de cámaras de los distintos canales de televisión.
Cuando llegó una de las primeras coronas de flores para homenajear al fiscal, el grupo de personas que se había acercado hasta ahí reaccionó de manera violenta intentando destrozarla. Esa corona era del Ministerio Público Fiscal. La banda quedó en el suelo y algunos la pisotearon.
Pasadas las 18 arribó en un auto la madre de Nisman, Sara Garfunkel. Se tapó la cara para evadir a los fotógrafos. La mujer de 73 años fue quien encontró sin vida al fiscal en su departamento del complejo Le Parc de Puerto Madero.
A las 20.30 la jueza Sandra Arroyo Salgado, ex mujer del fiscal y madre de sus dos hijas, se hizo presente en el lugar. Ella es querellante en la causa que investiga la muerte de Nisman. Otra de las personas que llegó para despedir al fiscal fue Noah Mamet, embajador de Estados Unidos.
“Después de las 21 levantamos el vallado”, dijo una fuente policial. Se cree que a partir de esa hora el velatorio será público para quienes quieran despedir al fiscal.
"El pedido expreso y conjunto de la familia y de AMIA es que tanto las ceremonias del velatorio como del entierro puedan realizarse en un marco de absoluto respeto hacia su memoria, y de especial cuidado hacia la intimidad de los deudos directos", señaló el comunicado que difundió AMIA. “Los medios de prensa no podrán ingresar a la sala velatoria ni al interior del cementerio" habían advertido.
El entierro será mañana. A las 9 el cortejo fúnebre partirá hacia el partido de La Matanza, donde se encuentra el cementerio israelita de La Tablada. Por pedido de la familia la ceremonia religiosa será conducida por el Rabino Marcelo Polakoff, según informó la Agencia Judía de Noticias. El filósofo Santiago Kovadloff, el vicepresidente de la DAIA, Waldo Wolff, y un representante del poder judicial serán los oradores.