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La vereda de la Escuela Técnica N°13 “Ingeniero Delpini” de Villa Lugano volvió a llenarse de adolescentes quince minutos después del mediodía, después de que las clases se suspendieran tras el crimen de Melina López. “Vamos, vamos, no se queden acá, cada uno a su casa”, dijo una de las porteras y a los pocos minutos no quedó nadie. En la esquina, un pequeño grupo esperaba el colectivo a pocos metros del puesto fijo de Gendarmería que comenzó a funcionar hoy. “Estamos mucho más tranquilos, hay gendarmes por todos lados”, contó a Infojus Noticias Luis, uno de los auxiliares del colegio.

“Esta mañana, a las cinco y media, nos despertó el ruido del helicóptero. Pusieron un puesto fijo acá en la esquina y hay patrullaje en diez cuadras a la redonda”, contó Luis. A las 8 de la mañana, el secretario de Seguridad Sergio Berni, que ya estuvo ayer en la escuela, volvió para controlar el operativo. “Vino con dos de los jefes de Gendarmería y se reunió con las autoridades del colegio”, dijo el empleado  mientras los alumnos del turno mañana empezaban a salir.

Facundo y Camila, de primer año, apuraron el paso. “Tenemos que tomar el colectivo acá a tres cuadras. Siempre nos vamos en grupo. Igual a mí ya me robaron una vez”, contó la chica. “Yo vivo a ocho cuadras para aquel lado”, contó un chico de tercer año, señalando hacia el suroeste. “Nunca me pasó nada, porque siempre me vuelvo con un amigo. Pero a la salida le roban mucho a los chicos: la billetera, el celular o el bolso y después se meten en los pasillos de enfrente y desaparecen”, contó.

Sin clases

A pocas cuadras de ahí, el patio de la Escuela N°5 Armada Argentina estaba vacío. “La escuela está abierta, cada padre decide si trae o no a sus hijos”, contó un guardia de seguridad privada que estaba en la puerta de la institución. Y agregó que hoy fueron muy pocos alumnos.

El campo de deportes del colegio, donde suelen jugar los chicos, linda con uno de los terrenos donde mantienen el acampe los vecinos desalojados del barrio Papa Francisco. Desde hace casi dos semanas, la policía Metropolitana mantiene una fuerte custodia en la zona. “Los padres tienen miedo que haya algún conflicto y la policía empiece a los tiros”, dijo el guardia.

Karina, la madre de un alumno contó que esta mañana se reunieron algunos padres para ver si los podía atender algún funcionario del Gobierno de la Ciudad. Hoy se cumplen ocho días sin clases.

Operativo

Los más 500 alumnos de la Escuela Ingeniero Delpini volvieron a clase después de dos semanas, tras el crimen de Melina López, alumna de 5° año turno noche del colegio. El martes 19 de agosto, la chica había ido a pagar el celular al supermercado Jumbo con su novio cuando dos jóvenes le dispararon para robarle. Al día siguiente la escuela cerró por duelo y el jueves se hizo el velorio. El viernes, los docentes y los padres realizaron una asamblea y decidieron suspender las clases.

Ayer, Berni visitó el colegio. Después de una reunión de varias horas con docentes y padres, el funcionario hizo el anuncio: “el problema en este colegio está solucionado”. Por la tarde, los padres de los alumnos se reunieron en la comisaría 53 con funcionarios del Ministerio de Seguridad para coordinar el operativo de seguridad.

Procesados

Ayer a la tarde, el juez de Instrucción Javier López ordenó el procesamiento con prisión preventiva de los dos acusados del crimen de Melina. Carlos Eusebio Cañete, de 22 años, y Jonathan Ezequiel Aranda, de 23, alias “Johnny chalequito” están detenidos en el penal de Ezeiza.

Según el procesamiento, Cañete apuntó con un arma de fuego al novio de Melina. El joven quiso correr el arma y Cañete le pegó un culatazo en la nariz. El golpe disparó y el tiro le dio en la cabeza a la chica, que murió horas después en el Hospital Piñeiro.

Cañete negó su participación en el crimen. Aranda dijo que él no disparó, aunque admitió haber estado con su amigo durante el robo. "Se cortó solo", dijo. Según el juez, hay elementos de prueba que “permiten sostener la intervención material de los imputados como coautores en el hecho que culminó con la vida” de Melina López.