Con la idea de que “La guerra no puede ser un juego”, Lorena Riesgo presentó un proyecto para prohibir completamente la venta de armas de juguete en la ciudad de La Plata. La iniciativa levantó polvareda. Qué dicen fabricantes, comerciantes y especialistas.
¿Se puede comprar un revólver de juguete? En la ciudad de Buenos Aires no es fácil. Pocas cadenas de jugueterías los venden y ninguna los expone en la vidriera. En una sucursal de El Mundo del Juguete el encargado dice que “hace 10 años no se venden réplicas de armas”. Tampoco las comercializan las cadenas que se dedican a los juguetes didácticos. En el local del microcentro de la juguetería Cebra, están, pero al final de un pasillo: hay ametralladoras estilo militar que al disparar hacen ¡kabún!, pistolas de policía y armas de caza que arrojan dardos.
La dificultad expresa una tendencia: los juguetes bélicos están en baja. Pero si uno busca, los encuentra. Por eso hoy una concejal de la ciudad de La Plata dio a conocer un proyecto para prohibir completamente la venta de armas de juguete en esa ciudad. “La guerra, o bien jugar a matar a otro, no puede ser un juego”, dice la concejal Lorena Riesgo (Frente para la Victoria), quien presentó el proyecto.
En el barrio de Once es más fácil encontrar este tipo de juguetes. En los comercios mayoristas de avenida Corrientes se consiguen revólveres más pequeños que un arma real. Son importados y los vendedores coinciden: se venden poco. La Ley Nacional de Desarme N° 26.216 prohíbe la fabricación, venta e importación de réplicas de armas de fuego en todo el país. Las réplicas son objetos que a simple vista pueden ser confundidos con un arma real. Tanto que muchas veces son utilizadas para cometer delitos. Pero las que se consiguen en Once no son réplicas y su venta no está prohibida.
Esta mañana las radios de La Plata se hicieron eco del debate. El proyecto de ordenanza de la concejal Riesgo pretende incluso dar un paso más: que se prohíba en la ciudad de La Plata la venta de juguetes que imiten armas -revólveres, cuchillos de caza tipo Rambo, pistolas- hechos a escala, aunque no sean réplicas exactas.
El proyecto propone que quede “prohibida en todo el ámbito del partido de La Plata la fabricación, venta y/o distribución de réplicas a escala de armas de fuego, armas blancas, y/o juguetes bélicos; y todo tipo de publicidad o difusión que remitan directa o indirectamente a jugar a matar”. De aprobarse la ordenanza también fijaría multas de hasta cinco mil pesos para los comerciantes que no cumplan. La reincidencia podría ser penada con la clausura del comercio. La iniciativa propone que el dinero recaudado en multas sea destinado a laDirección de Niñez y Adolescencia de la Municipalidad.
¿Se fabrican armas de juguete en nuestro país?
Miguel Faraoni, presidente de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete informó a Infojus Noticias que “ningún fabricante asociado a la Cámara produce juguetes bélicos. Hay importados pero se venden muy poco. La gente en general no los compra”. “Hace 15 años empezaron a dejar de fabricarse y hace más de diez años que nadie lo hace”, dice Faraoni.
No era sólo que cada vez se vendían menos. “Había una campaña contra esos juguetes y además fueron cambiando por productos didácticos”, dice Faraoni.
Aunque hoy su fabricación está prohibida, la concejal Lorena Riesgo contó a Infojus Noticias que elaboró su proyecto a partir de un relevamiento realizado en La Plata, que demostró que “estos juguetes se siguen vendiendo”. Según su enfoque, un proyecto de escala municipal hace posible que se cree un “organismo que pueda tener un control más preciso” dice Riesgo.
“Cuando yo era chico jugaba a la guerra”, le repetían los periodistas platenses esta mañana. “Yo no puedo legislar para prohibir la venta de juegos de Playstation. Pero por lo menos ahí es un chico en relación con una pantalla. Con las armas, es un pibe con pibe”, enfatiza Riesgo.
Darío Kosovsky es un abogado que participa en la Red de Desarme y publicó el libro El ciudadano sheriff. Armas y violencia en la Argentina. Consultado sobre si tiene sentido prohibir los juguetes bélicos, responde: “Es un objetivo loable. La regulación está bien pero para intervenir en los procesos culturales hay que ir más allá de la prohibición”. Kosovsky considera que “una norma prohibitiva no modifica una voluntad, un deseo de los chicos de tener ese tipo de juguetes, un deseo que también tiene que ver con imposiciones de mercado. Hay que intervenir proponiendo otras alternativas de juegos”.
Kosovsky considera que las políticas públicas deben orientarse a ofrecer otras posibilidades. “Creo que una buena medida es, por ejemplo, Paka Paka: una televisión de entretenimiento de nivel que compite en calidad con los canales que emiten contenidos violentos. Eso es generar una competencia real para desmotivar el consumo de violencia.” Y agrega: “Los contenidos audiovisuales con mensajes violentos son tan o más importantes que el objeto arma. No se trata de afectar la libertad de expresión, sino de generar mejores contenidos y eso, como Paka Paka o Canal Encuentro, tiene resultados. Esas propuestas de televisión tienen un impacto cultural muy importante en la socialización de los chicos”, concluye.
El proyecto de la concejal Riesgo se propone que el Poder Ejecutivo municipal realice jornadas en conjunto con el Registro Nacional de Armas (RENAR) para “lograr la toma de conciencia acerca de lo nocivo que resulta para los niños el uso de réplicas de armas de fuego, y la violencia intrínseca de las situaciones impostadas en oportunidad de los mismos”. El RENAR en cumplimiento de la Ley de Desarme, lleva adelante campañas de sensibilización y abandono del uso de armas de fuego de juguete. La última se realizó en Villa Soldati el fin de semana pasado: 150 chicos dejaron sus juguetes bélicos y se llevaron otros juegos. El director del RENAR, Matías Molle, comentó que el trabajo con los niños "nos permite ingresar al debate familiar con nuestro mensaje a favor de la construcción de una sociedad sin violencia, que tiene una gran recepción por parte de los chicos y que luego se traslada a los padres".
El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación implementa desde 2007 el Plan de Desarme. En estos años sacó de circulación 148.306 armas y más de un millón de municiones. En la actualidad se pueden entregar armas a cambio de un incentivo económico en todas las delegaciones del RENAR y en los puestos móviles de recepción de armas de fuego dispuestos en distintas localidades del país.