Los distintos trabajos publicados en INFOJUS NOTICIAS hasta el 9/12/2015 expresan la opinión de sus autores y/o en su caso la de los responsables de INFOJUS NOTICIAS hasta esa fecha. Por ello, el contenido de dichas publicaciones es de exclusiva responsabilidad de aquellos, y no refleja necesariamente la posición de las actuales autoridades del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos respecto de los temas abordados en tales trabajos.

Infojus Noticias

21-4-2015|12:17|Femicidio Buenos AiresProvinciales
En Balcarce

Condenaron a 18 años al asesino de Melina Briz

Se trata de Ariel Gustavo Troncoso, su ex pareja, quien ahorcó a la chica de 18 años, la cubrió con cal y la tiró la vera de una ruta. El Tribunal lo condenó por homicidio simple porque la figura de femicidio aún no existía cuando ocurrió el hecho.

  • Troncoso junto a su abogada en el juicio Foto gentileza El Diario - Balcarce
Por: Juan Carrá

El día que asesinaron a Melina Briz, su mamá, Silvia Alessio, pudo sentirlo en el cuerpo. Era viernes. Estaba charlando con una amiga cuando una puntada que llevaba el nombre de su hija menor se le clavó en la sien. Silvia se quedó muda, pero lo dejó pasar. Esa noche Melina, de 18 años, no volvió a casa, tampoco al día siguiente. El cuerpo fue encontrado en las primeras horas del lunes 13 de febrero de 2012 a la vera de un camino. La autopsia no podrá precisar el horario de la muerte, sí que fue entre viernes y el sábado. Pero Silvia no lo duda: “A Melina me la mataron el viernes a las siete y media de la tarde, yo pude sentirlo”. 

Ayer, Ariel Gustavo Troncoso, de 43 años, pareja de Melina durante cinco, fue condenado a 18 de prisión acusado de ser el autor material de “homicidio simple”. El crimen ocurrió meses antes de que sancionara la ley 26791 que incorpora al Código Penal la figura de femicidio y prevé perpetua para quienes sean hallados culpables. Por poco tiempo, Troncoso no pasará el resto de sus días en prisión.

El fallo del Tribunal Oral Criminal 4 de Mar del Plata fue por unanimidad. Después de un mes de audiencias en las que el asesino confesó el crimen, decidieron condenarlo por “homicidio simple”. Así quedaron atrás los pedidos de la Fiscalía, representada por Rodolfo Moure, y del particular damnificado, a cargo de Adelina Martorella, quienes habían solicitado una condena de 24 años de prisión. También, con el falló, se echó por tierra el pedido de nulidad de toda la causa hecho por la defensa argumentando que Troncoso había sido golpeado en la Comisaría de Balcarce para que se hiciera cargo del crimen.

“En ese sentido es muy importante lo que dijeron los jueces, no solo porque confirmaron que no existieron los apremios, sino porque aclararon que de haber existido las la exclusión probatoria no hubiera sido tan extrema como la que se dio cuando la Cámara de Apelaciones dio lugar a este pedido”, explicó Martorella en diálogo con Infojus Noticias, en referencia al momento en que la causa volvió a fojas cero, hecho que fue revertido en Casación.

La confesión

La versión de Troncoso de cómo se desató el asesinato llegó a mitad de juicio. El asesino pidió declarar y la sala entera escuchó su relato. Según contó, aquel viernes de febrero mientras tenían relaciones en su auto, Melina lo llamó Pablo. Troncoso la ahorcó. Dijo que no supo qué le pasó, que desnudo la bajó del auto, la tiró al costado del camino. Después sacó una bolsa de cal que dijo llevar en el auto por unos trabajos que estaba haciendo en la casa de su hermana, y vació el contenido sobre el cuerpo de la chica. También habló de las heridas cortantes que se hallaron en el cadáver.

“Mientras hablaba lo único que hice fue mirarlo fijo, mirarle las manos, con esas manos sucias le apretó el cuello a mi hija y me la mató”, contó Silvia a Infojus Noticias, un día después de la condena que recibió con la tranquilidad de saber que se cierra una etapa. “Más allá de la confesión, la prueba ofrecida por el fiscal y la querella sobraban para la condena”, explicó Martorella.  

Melina y Troncoso se conocieron cuatro años antes del asesinato. Él vivía en el campo de unos parientes lejanos de la familia de la chica. Ahí se vieron por primera vez. Ella tenía por entonces 14 años. Él, 36.

La relación entre ellos no siempre estuvo oculta. Sebastián, el hermano de Melina, un día los vio pasar en moto, juntos. Le llamó la atención y preocupado le contó a sus padres. Por eso hablaron con Melina y le pidieron que se aleje. Troncoso se presentó en la casa para dar explicaciones. Dijo que él no tenía nada con la chica, que sólo eran amigos, y que él la podía aconsejar si ella elegía mal su camino.

La madre de Melina supo que la cosa no había quedado ahí cuando desapareció su hija. Las amigas de Melina se lo contaron ante la desesperación de la ausencia. Silvia se acuerda que el viernes 10 de febrero, la última vez que vio a su hija, Melina salió de su casa y dijo que se iba a ver unas películas con amigas. Troncoso la esperaba para encontrarse. Hoy se sabe que para Melina ese era su último encuentro. Que iban a hablar, y que ella iba a pedirle que dejaran de verse. Troncoso se había puesto cada vez más posesivo. Las amigas de Melina cuentan que tenían una relación enfermiza; que Troncoso era obsesivo, controlador. Llamados, persecuciones, gritos, sacudones.

“Se viene una nueva vida para Melina”, le dijo aquella tarde a su mamá antes de cruzar la puerta.

JC/AF

Relacionadas