La fiscal pidió 50 años de prisión para Claudio Napolitano. En 1996, lo condenaron a 22 años por otros siete casos, pero fue beneficiado por la ley conocida como "2 x 1". "Sabía lo que hacía y el dolor que le estaba causando a las víctimas", explicó la psicóloga Patricia Gordon. El acusado, en sus últimas palabras antes de la sentencia dijo que está avergonzado y arrepentido.
Las seguía de noche por la calle o cuando bajaban del colectivo, las amenazaba con un arma y las llevaba a casi todas al mismo descampado. Ahí las violaba. Después les robaba, las limpiaba y se iba. Claudio “Pepino” Napolitano está acusado de haber violado a siete mujeres bajo este modus operandi entre 2009 y 2013 en los barrios el Progreso y Florencio Sánchez de la ciudad de Mar del Plata. El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 lo condenó este mediodía a 35 años de prisión. La fiscal de juicio, María Isabel Sánchez, había pedido 50 años.
“Los familiares, las víctimas y nosotros como organización estamos muy conformes con la condena” dijo a Infojus Noticias Patricia Gordon, psicóloga y presidenta de la Ong Red Contra Violencias de Género, Abuso Sexual y Trata de Personas que acompaña a una de las mujeres.
Durante la lectura de los argumentos de la sentencia en el quinto piso de los Tribunales, los jueces Alfredo De Leonardis, Gustavo Frissore y Jorge Peralta repasaron caso por caso cada una de las siete violaciones. Tres de las víctimas, que estaban en el lugar, se descompensaron y tuvieron que ser asistidas. “La lectura fue larga y generó mucha angustia”, contó Gordon. Napolitano, de 45 años, no estuvo presente hoy por pedido de su abogado. El Tribunal había accedido a ese reclamo.
El fallo del TOC 4 le quitó a Napolitano el beneficio de la libertad condicional mientras cumpla su condena. No es la primera vez que es castigado por estos delitos. En 1996 violó a más de 20 mujeres y dos años después fue condenado a 22 años de prisión por siete de esos casos. Estuvo detenido solo siete años porque se benefició por la Ley 24.390, conocida como 2 x 1, pero quedó libre y reincidió.
“Los jueces dejaron en claro que fue reincidente y puntualizaron sobre las consecuencias psicológicas que provoca una violación”, explicó Gordon.
Hoy, las víctimas no estuvieron solas durante la lectura del veredicto. En la sede de los Tribunales marplatenses, en Tucumán y Brown, se concentraron distintas organizaciones sociales y políticas para exigir que se hiciera Justicia. “Queremos que las mujeres que fueron víctimas de violaciones y abusos sientan que no están solas en la búsqueda de Justicia. Que se haga efectiva la consigna de la multitudinaria convocatoria Ni una menos”, dijo Gordon.
Las secuelas del abuso
El debate oral comenzó a principios de julio. Las audiencias en las que declararon las víctimas fueron a puertas cerradas para preservar sus identidades y los detalles de cada uno de los casos.
“Nos impactó mucho escuchar los siete relatos donde se repetía el mismo modo de operar de Napolitano y el nivel de crudeza y crueldad. El reconocía ante las víctimas que les estaba cagando la vida”, dijo la titular de Red Contra Violencias de Género, Abuso Sexual y Trata de Personas.
Miedos, ataques de pánico, pesadillas, trastornos en la alimentación y en la vida sexual: el juicio fue la muestra de las consecuencias que sufren las víctimas de violación. Una de ellas tuvo una crisis en pleno debate. “Contó que no había tenido relaciones sexuales antes de la violación. Él la penetró con ramas. Eso para nosotras es una tortura”, dijo la psicóloga de la ONG.
En su alegato, Lucas Tornini, abogado defensor de Napolitano, habló de la necesidad de resocialización de las personas detenidas y pidió la inconstitucionalidad del pedido de pena de la fiscalía por considerarla excesiva. Sin embargo, Gordon cree que en estos casos “no es posible” la resocialización. “Napolitano sabía lo que hacía y el dolor que le estaba causando a las mujeres y lo hacía igual”, dijo la especialista
Napolitano llegó al debate oral alojado en la Unidad Penal 15 de Batán y procesado por “robo agravado por el uso de arma de fuego en concurso real con abuso sexual agravado con acceso carnal” y uno de “abuso de armas y lesiones”. Él nunca negó los hechos. Su defensa tampoco. En el trayecto final del juicio, después que se conocieran los alegatos de las partes, expresó sus últimas palabras antes de conocer la decisión de los.
“La culpa de todo esto es mía, no supe cómo vivir; les pediría perdón a las chicas, pero no me da la cara”, dijo. También señaló que estaba “avergonzado y arrepentido”. "Tengo un hijo y lo único que quiero es que todo esto termine", expresó.
MFA/PW