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Tres casos de discriminación en boliches prendieron las alarmas en la ciudad de Córdoba. Dos ocurrieron la semana pasada, cuando personal de distintos locales bailables negó el acceso a dos chicas, a una por ser obesa y a la otra por “ser renga”. Hoy, jóvenes de esa ciudad marcharán a la Plaza Vélez Sarsfield, de esa ciudad, para denunciar los hechos.

Hace dos semanas, el viernes 30 de agosto, José María Forestelo y su hermana Alina estaban de fiesta. Se había recibido Virginia, su sobrina, y decidieron celebrarlo en familia. Fueron unos 30 jóvenes, entre primos y amigos, al boliche Hipolyto, en la avenida Irigoyen 419, barrio de Nueva Córdoba. Cuando llegaron y quisieron entrar, un encargado del local miró a Alina de arriba a abajo y llamó aparte a Virginia y al tío, José María. “Lleven a la tía a dormir y vuelvan después. Ustedes van a pasar todos, pero gente así no entra a este lugar”, les dijo. Alina, de 28 años, tiene síndrome de Padrer Willis, una alteración genética poco común que produce obesidad, entre otros trastornos.

Lo que debía ser una fiesta se convirtió en un trago amargo. Después de intercambiar algunos argumentos, la familia Forestelo dejó el local Hipolyto y se encaminó a otro, llamado La Divina, donde nadie discriminó a la tía Alina. El caso se conoció en los medios locales y la familia hizo la denuncia en el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) de Córdoba.

Poco después, se supo de otra historia similar, ocurrida un día después en un boliche del mismo barrio. Una joven salió con diez amigos para celebrar el cumpleaños de su hermana. En el local Minns, de Vélez Sarsfield 700, le dijeron que no podía ingresar. “Por usar bastón y ser renga”, le explicó el encargado. La chica tiene una discapacidad que derivó en múltiples operaciones y una de sus piernas es más débil. Entre lágrimas, discutió con los organizadores por más de 40 minutos hasta que su hermana, la cumpleañera, llamó a la municipalidad. Según contó, los “patovicas se rieron en su cara”, pero finalmente llegaron las autoridades y labraron un acta.

En este caso, decidieron acudir a la Justicia. Formularon la denuncia por el delito de injurias, agravada por discriminación, según explicó a los medios el abogado Carlos Nayi.

El INADI de Córdoba recibe entre 8 y 10 denuncias por mes, según explicó a Infojus Noticias la responsable de esa delegación, Adriana Domínguez.  El caso más resonante ocurrió en abril, cuando prohibieron el ingreso al boliche a un grupo de chicos con síndrome de Down. “El caso ya tiene dictamen en el INADI nacional y esperamos que salga en los próximos días”, explicó. Se trató de una salida de un grupo de actividades para chicos con ese síndrome. Festejaban un logro grupal y los acompañaba el coordinador, pero en el boliche no los dejaron ingresar porque, les dijeron, “el seguro no cubría si les pasaba algo”. Todos los chicos eran mayores de 18 años y tenían DNI.

“En los últimos días se ha recrudecido, es como que tienen impunidad. Ahora hay una causa penal por uno de ellos, así que vamos a ver si se acaba”, explicó Domínguez. “La sanciones que aplicamos desde el INADI son morales, hay un dictamen que dice que es discriminatorio, y eso es vinculante en la Justicia para que el juez diga que hubo discriminación”, explicó. Además, los damnificados pueden iniciar procesos por indemnización en base a la Ley nacional sobre actos discriminatorios N° 23.592, así como procesos penales por “obstruir el ingreso y la libre circulación”, explicó Domínguez.

La movilización de hoy está convocada para las 18, frente al Patio Olmos de la ciudad de Córdoba. “La idea es generar conciencia sobre estos actos de discriminación”, explicó Paola Pedraza, una de las organizadoras. “Vamos a entregar volantes y enarbolar banderas”.