Tres agentes de la División Judiciales de la Policía de Santa Fe intentaron ingresar sin orden judicial a la casa donde vivía el narco asesinado Luis Medina en un country de Pilar.
Tres policías rosarinos de la División Judiciales de la Policía de Santa Fe fueron pasados a disponibilidad al intentar ingresar sin orden judicial a una casa de un country de Pilar donde vivía el supuesto narco Luis Medina, asesinado el 29 de diciembre pasado junto a su novia. Los tres agentes estuvieron demorados en la DDI de Pilar en la provincia de Buenos Aires por "abuso de autoridad" y fueron liberados algunas horas después. "Es inimaginable que haya policías llevando a cabo una medida de esa naturaleza si no contaban con la autorización de la jueza a cargo", sostuvo el ministro de la Corte Suprema de Justicia de la provincia Daniel Erbetta.
Los agentes rosarinos llegaron al country Haras del Pilar con Gustavo Rodolfo Pérez Castelli, padre de Justina Pérez Castelli, novia de Medina, de 42 años. La joven, de 23, viajaba en el Citröen DS3 rojo que conducía su pareja y murió al recibir tres disparos. Este sábado, en la puerta del country, los guardias de seguridad exigieron a los agentes la orden de allanamiento. Los uniformados dijeron que tenían orden de la jueza Alejandra Rodenas, a cargo de la investigación por el doble crimen. La maniobra quedó al desnudo cuando desde la Policía Bonaerense se comunicaron con el Juzgado de Rosario y los tres policías quedaron detenidos.
La lujosa casa en la que vivían Medina y Pérez Castelli estaba en la mira de la Justicia rosarina desde el inicio de la investigación. El allanamiento había sido programado para esta semana. Luego de la intervención de los policías de Judiciales, la jueza Rodenas adelantó el operativo.
Unos treinta efectivos de la Tropa de Operaciones Especiales, Unidades Especiales y Homicidios de la Policía de Santa Fe irrumpieron en el country. El operativo incluyó dos allanamientos. El primero se hizo en la casa donde vivían Medina y su pareja. Allí se secuestraron tres teléfonos celulares, un pasaporte argentino de Medina, una cédula uruguaya falsificada con su foto y otro nombre y una partida de nacimiento paraguaya con al misma identidad de la cédula. También se incautó un VW Passat gris que estaba siendo investigado por la Justicia. En el baúl, los policías descubrieron que había un doble fondo vacío. La otra casa allanada es la de un hombre apodado “Patán”, amigo y propietario de la casa que alquilaba Medina.
Al conocerse la noticia, los policías fueron pasados a disponibilidad “a los efectos de evitar posibles obstáculos en la exhaustiva investigación que se lleva a cabo” y se “dispuso, a través de la Jefatura de Policía de Provincia, el inicio de investigaciones administrativas a los tres efectivos policiales que intervinieron en el hecho ocurrido el sábado en la localidad de Pilar, Buenos Aires, por presuntas irregularidades”.
Medina, señalado como uno de los principales jefes narco de Rosario habían llegado a Rosario el viernes 29 de diciembre “para pasar las fiestas”, según explicó la jueza Rodenas. Hacía un año que la pareja vivía en el country de Pilar. La pareja, en lugar de alojarse en una de las viviendas de Medina, prefirió hacerlo en hotel Pullman del Casino City Center. También cambiaron el auto: en lugar de viajar en el Mercedes Benz o en el BMW lo hicieron en el Citröen DS3 rojo que él le había regalado a su novia. El viernes a la noche fueron a cenar y a bailar a un restaurante de la Estación Fluvial, frente al río Paraná, a pocas cuadras del Monumento a la Bandera. Cerca de las seis de la mañana fueron acribillados a balazos mientras regresaban al hotel.
En base a las pericias balísticas, las autopsias y la declaración de un testigo, Rodenas reconstruyó los hechos: una moto se les puso adelante del auto y desde otro vehículo “gris de porte pequeño” les dispararon en movimiento. Tres balas atravesaron a Medina de lado a lado. Cuando el auto se detuvo remataron al conductor, que se había desplomado sobre el volante: le pegaron entre 13 y 14 tiros por la espalda, en la zona lumbar. Justina, que había recibido tres tiros, intentó salir del vehículo. Todavía estaba viva cuando llegó la ambulancia. Para la jueza el objetivo era claro: “al que querían eliminar era a él”.
Hasta el momento no hay imputados ni sospechosos del doble crimen. Las líneas de la investigación, explicó la jueza, “rozan con los negocios supuestamente ilícitos de Medina”.