La medida que se hará en el PH de en el departamento de la calle 28 Nº 467 será encabezada por los jueces Ernesto Domenech, Andrés Vitali y Santiago Paolini. La pericia será clave para la sentencia.
Las últimas audiencias por el cuádruple crimen de La Plata arrojaron dos novedades importantes acerca de la hipótesis criminal y el carácter psicológico de los dos imputados, Osvaldo “Karateca” Martínez –ex pareja de Bárbara Santos, una de las víctimas- y Javier “La Hiena” Quiroga –un albañil que realizó trabajos en el departamento-. Según confiaron fuentes judiciales a Infojus Noticias, Martínez estaría cada vez menos comprometido, situación absolutamente diferente a la de Quiroga. Hoy habrá una inspección ocular en el departamento donde se cometió el múltiple homicidio.
Durante la inspección se realizará la reconstrucción de los hechos en el departamento donde sucedieron los crímenes. El Tribunal a cargo de los jueces Ernesto Domenech, Andrés Vitali y Santiago Paolini pidió custodia a la Comisaría Cuarta para que se pueda llevar adelante la medida de prueba. Además mediante un oficio a la empresa Edelap se pidió que restablezca el servicio eléctrico por unas horas para que la reconstrucción suceda a partir de las ocho de la noche. En tanto la defensa de Osvaldo Martínez representada por Julio Beley pidió que esta diligencia se lleve a cabo también en el interior del PH.
Ambos están siendo juzgados por las muertes de Bárbara Santos, de 29 años; su madre Susana de Barttole, de 63 años; su hija, Micaela Galle, de 11; y su amiga Marisol Pereyra, de 38. Él o los asesinos las habrían matado el 26 de noviembre de 2011 en el departamento de la calle 28 Nº 467 con un palo de amasar y con el uso de varios cuchillos de cocina, según se desprende de la pesquisa. El fiscal Álvaro Garganta está convencido que, entre Martínez –expareja de Bárbara- y Quiroga –albañil que hizo trabajos en el departamento-, los únicos dos imputados del caso, existió un acuerdo para matarlas. La gran pregunta es por qué y cómo lo hicieron.
En este sentido, fuentes judiciales dijeron que la hipótesis de la doble autoría criminal sostenida por el fiscal está sufriendo, audiencia tras audiencia, un duro revés. Esta semana declararon cuatro peritos, especialistas en psicología, que descartaron celos enfermizos de Martínez y describieron a Quiroga bajo “una personalidad violenta, perversa y carente de autocontrol”. Además dijeron que la ingesta de sustancias toxicas como el alcohol y la cocaína acentuaban esta conducta. No fueron testimonios menores: la teoría de los celos enfermizos, defendida a rajatabla por el fiscal, fue la que colocó a Martínez en la escena del crimen.
La perito médico psiquiátrica de la Asesoría Pericial Graciela Gardiner, con más de treinta años de experiencia en su trabajo, dijo que Quiroga “es un sujeto abandonado y no reconocido por su padre biológico”, y que “hay un aspecto primitivo subyacente en donde se instalan elementos violentos. Depende del nivel de estrés y las situaciones cotidianas, este sujeto puede ser capaz de generar episodios de violencia”. Al mismo tiempo, cuando se le preguntó si Quiroga resultaba ser una persona influenciable, explicó: “Es capaz de tomar sus propias decisiones. No es una persona influenciable en absoluto”. Esto puso en crisis la coartada del acusado cuando en su declaración indagatoria dijo que fue inducido por Martínez a tocar uno de los cuerpos en el lugar de los hechos como así también el palo de amasar que fue una de las armas homicidas.
Por otra parte, sobre Osvaldo Martínez, los psicólogos coincidieron en definirlo como una persona con buen nivel intelectual y descartaron cuadros de psicosis y de perversión. Los peritos sumaron otro dato clave: aseguraron que, a diferencia de Quiroga, Martínez no es un sujeto que sea propenso a mentir. “Dentro de los grandes cuadros lo ubicamos como un neurótico. Hay elementos egocéntricos con una modalidad con situaciones de estrés, su modo defensa ante cosas adversas es ser tímido, tiene dificultades vinculares que suplía apoyándose en Bárbara”, dijeron los especialistas. Uno de ellos, Pablo Fortes, descartó además un cuadro de celopatía. “En los mensajes de texto no advertimos un bombardeo de celos. No había una guerra de celos ahí adentro. Esto es como Bilardo entrando a la madrugada a ver si los jugadores duermen bien”, graficó.
Luego del testimonio de los peritos, sucedió algo inesperado: Javier Quiroga alzó su mano y le pidió al presidente del Tribunal abandonar el debate. Cuando se retiraba a una sala contigua, mostrándose irritado por lo que evidenciaron los especialistas, le dijo a Martínez: “Te voy a llevar conmigo”.
Por otra parte, en la audiencia posterior se mostraron imágenes del lugar del hecho y de las autopsias en la morgue. Tanto Osvaldo Martínez como Javier Quiroga, acusados por los crímenes, se retiraron de la sala debido a las crudas imágenes que se proyectaron. A su vez, los familiares de las victimas también optaron por salir de la sala cada vez que se mostraban las fotos de alto impacto.
El testimonio más importante fue el de la perito médico legista de la Asesoría Pericial, Gabriela Tinto. Dijo que en la escena no podría descartarse la posibilidad de que “hayan actuado dos homicidas” aunque planteó dudas porque hay ADN de uno solo. “Es alta la probabilidad de que hayan participado dos personas debido a la cantidad de agentes lesionantes que intervinieron en el hecho”, aseveró. Y, cuando relató la secuencia de los crímenes, agregó una información que estremeció a los familiares de las víctimas: “la segunda víctima fue la pequeña Micaela Galle debido a que en su mano se encontró el teléfono celular con el cual pidió auxilio ya que en un claro intento por hablar con la policía marcó 9111 en lugar de 911”.