Infojus Noticias

Sergio Raponi, dueño de la firma Raponi Industria Química SRL, quedó detenido esta madrugada. Un depósito de su empresa en el barrio Alta Córdoba, plena zona residencial de la ciudad, explotó anoche y provocó heridas a 66 vecinos. Tres de ellos están graves. Lo acusan de estrago culposo agravado. Según los datos de la sociedad comercial, Raponi es abogado. 

Con 35 años de experiencia en desarrollo de químicos para higiene y limpieza (eso dice su página oficial), la empresa contaba con habilitación municipal para acumular solamente material “no inflamable”. Pero entre los escombros se hallaron varias cajas de alcohol líquido, que, según una fuente vinculada a la investigación, estaba en “malas condiciones de mantención”. La fuente dijo que "había material inflamable, que excedía los límites", en referencia a la habilitación.  

La investigación empezó anoche y está en manos de la fiscal del Distrito 3, Turno 3, Eve Flores, quien evitó hablar con la prensa. Fuentes judiciales contaron que evalúa nuevas pruebas para ampliar la imputación. La empresa tenía seis empleados. "En principio habría una discordancia entre el objeto social declarado y lo que realmente se practica en la empresa”, dijo la fiscal Eve Flores a Infojus Noticias. “La detención obedece a la necesidad de preservar la prueba. El lunes o martes podría ser indagado y luego resolveremos su situación procesal”, agregó.

La fiscal dijo que llegó a la imputación analizando el “material documental” y confirmó que se encontró alcohol en el predio, aunque no amplió si había más productos inflamables.  “En este caso analizamos la responsabilidad subjetiva del actor, es decir quién es el que realizaba la actividad peligrosa que tuvieron resultados extremadamente graves y causaron conmoción pública”, dijo, en referencia a que no se encuentra imputada la otra persona que figura como titular de la empresa.

Cómo fue la explosión

La explosión se produjo en un depósito en Avellaneda 2943, con salida posterior hacía el pasaje Benito Cordeiro. Norma Perdiguero, vecina de enfrente, dijo que a las ocho y media de la noche su hijo Oscar vio fuego y la obligó a abandonar la casa. “Salimos todos los vecinos del pasaje. Se veían llamas y una espuma blanca que se nos venía encima. Llegaron los bomberos, y a los cinco minutos fue una explosión tremenda, una sordera bárbara”. Norma y su familia pasaron la noche en lo de una prima. Todavía no sabe cómo quedó su vivienda. Hoy a la mañana quiso entrar, pero llegó solo hasta el perímetro policial, ubicado a dos cuadras. “Estoy dopada. Mi hijo me pidió que me quede acá, dicen que está todo destrozado”, contó a Infojus Noticias.

El estallido fue tan grande, que se escuchó desde algunas ciudades aledañas.  Los vidrios se esparcieron en varias cuadras a la redonda. Las persianas de las casas quedaron infladas hacia fuera, como si un gigante hubiera soplado desde su interior. “La onda expansiva las tomó desde atrás. El depósito estaba en un corazón de manzana”, explicó un bombero.

En el lugar de la explosión, quedó un cráter de unos cinco metros de diámetro, donde ahora flota un líquido de color violeta. “Las paredes y la tierra fueron arrasadas. Hay bidones azules que se usaban para guardar los químicos, desparramados por el predio” contó el bombero.  

Una de las hipótesis que arroja el Secretario de Empleados de Personal de Industrias Químicas, Eduardo Serrano, es que el desencadenante, después de que empezara el incendio, pudo haber sido “un golpe de oxígeno”. En declaraciones a la prensa dijo que “muchas de estas firmas realizan falsos encuadramientos y deben tener un seguro especial, que en este caso no lo poseería”.

Los heridos

Cuando el depósito estalló, no había personas adentro. Todos los heridos son vecinos, muchos de ellos, transeúntes. El más grave es Pablo Amaya, de 20 años, en Terapia Intensiva del Hospital de Urgencias. Anoche fue operado por un fuerte traumatismo de cráneo. Las otras dos personas son un hombre y una mujer mayores de edad, que hasta media mañana no habían sido identificadas. La mujer, de unos 70 años fue encontrada en la vereda, inconsciente y con un golpe en la cabeza. Sufrió una descompensación cardiovascular y debió ser asistida con respiración mecánica, dijeron en el hospital de Urgencias.

La empresa

Raponi Industria Química SRL se constituyó como sociedad en septiembre de 2008 y –según figura en el Boletín Oficial– sus titulares son Sergio y Alejandra Raponi. El objeto declarado era la  "Fabricación, elaboración, mezclado y/o fraccionamiento de productos químicos específicos para la higiene, limpieza y mantenimiento institucional”.

En el barrio todos conocen a Raponi como una empresa que funciona hace décadas. Su antiguo dueño y fundador, según los vecinos, es Ignacio Raponi, padre del titular, quien supo tener varios locales de venta de químicos.

El domicilio fiscal está en Mendoza 3095, a tres cuadras de donde ocurrió el desastre. Lucas Castro vive al lado. “Siempre vemos que bajan con esos bidones azules y salen olores”, dijo a InfojusNoticias.  En su casa, las ventanas fueron arrancadas de cuajo y las puertas ya no cierran: “Los perros se me fueron. Nosotros estamos muy nerviosos”. “Acá supuestamente hay oficinas, pero también funciona como depósito temporario o lugar de tránsito de químicos”, denuncia. 

Los daños

La fuerte explosión ocasionó graves daños a las viviendas linderas. El titular de Defensa Civil de la Municipalidad de Córdoba, Hugo Garrido precisó que el relevamiento que se realizará "casa por casa", incluirá unas 9 manzanas, y alrededor de 200 viviendas afectadas por la onda expansiva.

Por otra parte,el Ministerio de Educación de la provincia, junto a los equipos de Infraestructura Escolar y técnicos del Ministerio de Infraestructura, relevaron los daños en los edificios escolares. En ese sentido informó que en la escuela primaria Simón Bolívar, que comparte edificio con el Ipem 122 Gómez Casco, ubicado en calles Góngora y Fragueiro (a tres cuadras de la explosión), se produjo la rotura de vidrios, cieloraso del primer piso y desmontado de una abertura. Por su parte el Colegio Parroquial Nuestra Señora del Carmen, de gestión privada, ubicado sobre calle Fragueiro a media cuadra del Gómez Casco, tiene rotura de vidrios sin consecuencias graves para la infraestructura.
Además, el edificio de la escuela primaria Entre Ríos, ubicado a 10 cuadras de la explosión, tiene vidrios rotos en su primer piso.

El gobernador de la provincia de Córdoba, José Manuel de la Sota y el intendente de la ciudad, Ramón Mestre, anunciaron este mediodía distintas medidas para asistir a los damnificados. Entre ellas, se anticipó que la provincia brindará de manera gratuita al municipio, los materiales necesarios para la reparación de las viviendas con peligro de derrumbe, que resultaron afectadas por la explosión. Además anunció que con la Cámara Argentina del Vidrio, se repondrán los cristales en aquellos inmuebles en los que resultaron destrozados por la explosión, y el costo estará a cargo de la provincia.

Por su parte, el ministro de Desarrollo Social de la provincia, Daniel Passerini, anunció que se eximirá "del pago del impuesto inmobiliario provincial durante 2015 a los vecinos de la planta y del pago a los Ingresos Brutos a los comercios" damnificados.

También se estableció una línea de crédito de hasta 20.000 pesos a tasa cero y a un plazo de hasta 36 meses, para ser destinados a la reparación de viviendas. Además, el Ministerio de Justicia instalará en la esquina de las calles Góngora y Avellaneda, en la zona donde se registró la explosión, un móvil para brindar asesoramiento sobre documentación para aquellas personas que la hubieran perdido.