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A Juan Caprile, de 83 años, lo encontró uno de sus cinco hijos el atardecer del sábado. Estaba tirado en la cama de su dormitorio con siete puñaladas en su cuerpo. Sobre la cara tenía una almohada que las pericias comprobaron que fue usada para asfixiarlo. Oscar Da Costa, yerno de Caprile y concejal de la Unión Cívica Radical (UCR) afirmó desde el primer momento que en la casa, había un faltante de dinero.

Por el caso, la policía aprehendió como sospechosa de haber participado en el crimen a una joven de 19 años luego de que su madre realizara una denuncia por "averiguación de paradero". Fuentes policiales dijeron a Télam que la chica le había enviado a su madre en los días en los que estuvo ausente un mensaje de texto en el que manifestó "lo maté (sic)".

De acuerdo a los voceros consultados, la sospechosa ratificó esa circunstancia ante la fiscal de la causa, Andrea Palacios, del Departamento Judicial Zárate-Campana, y aportó datos que permitió detener otros tres hombres acusados de haber sido sus cómplices. Los tres fueron apresados en su lugar de trabajo, una granja de pollos ubicada en el kilómetro 103 de la ruta nacional 9. Y todos quedaron a disposición de la fiscal Palacios, quien ordenó el secuestro de sus teléfonos celulares.

Caprile vivía solo desde que había enviudado y siempre llevaba con él un cuchillo, que fue el que usaron para apuñalarlo la madrugada del sábado, como comprobaron los peritajes. El día anterior había cobrado los 4000 pesos de su jubilación, explicó Da Costa a la agencia Télam. "Faltaba esa plata y el cuchillo que siempre tenía encima, ya que él era un hombre de campo“.

En un primer momento se sospechó que el crimen de Caprile pudiera tener que ver con una serie de amenazas que había recibido el concejal y su esposa, algo que él desestimó por completo. "El homicidio no tiene nada que ver con eso. La Jefatura Distrital y la Fiscalía están trabajando en el esclarecimiento de este hecho lamentable". La llegada del sms y las  cuatro detenciones le dieron la razón.