La Defensoría de los Derechos del Niño denunció en la justicia que en el hospital local no hay insumos específicos que les permitirían a chicos con esas lesiones quedar sin cicatrices, o que se reduzcan al mínimo posible. En una primera instancia, no hicieron lugar al recurso de amparo. La decisión fue apelada y ahora es la Cámara provincial la que debe decidir.
En Neuquén decenas de niños pobres que sufren quemaduras no reciben, en el hospital provincial Eduardo Castro Rendón, los insumos específicos que les permitirían que las lesiones no les dejen cicatrices, o que estas se reduzcan al mínimo posible, ni tienen asistencia kinesiológica adecuada durante sus recuperaciones. La Defensoría de los Derechos del Niño de esa provincia llevó el reclamo a la justicia que, en una primera instancia, no hizo lugar al recurso de amparo. La decisión fue apelada y ahora es la Cámara provincial la que debe decir si admiten la discusión que pueda llevar a una solución. “Es de una crueldad total. Hay una total discriminación por ser pobres”, dijo a Infojus Noticias Nara Osés,defensora de los Derechos del Niño y del Adolescente de Neuquén.
La omisión en la provisión de prendas de presoterapia, férulas, máscaras termo-maleables, y el adecuado tratamiento kinesiológico para los niños que carecen de obra social, formaron parte de la denuncia central que presentó la defensoría para pedir un recurso de amparo que permita llegar a una solución. Osés todavía se conmueve al recordar las imágenes que vio cuando el médico Hugo Buduba, del servicio de cirugía pediátrica del hospital, se acercó a su despacho para realizar la presentación judicial.
“La fotografía que más me impactó fue la de una pequeña que sufrió graves quemaduras en su cara. Por la ausencia de una máscara termo-maleable en el momento oportuno el rostro le quedó desfigurado. La máscara debía llegar entre treinta y cuarenta y cinco días después de la intervención, pero nunca llegó. También me mostró la fotografía de una niña que, en circunstancias similares, recibió el tratamiento adecuado en tiempo y forma, con máscara termo maleable provista por su obra social. En el rostro de esta segunda niña apenas se advierten las cicatrices”, explicó Oses.
La nena a la que se refiere tiene 4 años, pero cuando se quemó tenía menos de uno. La máscara de presoterapia le llegó mucho tiempo después del que lo necesitaba. “Su cicatriz es incontrolable. Tiene trastornos estéticos y funcionales”, explicó Buduba a Infojus Noticias.
El médico trabaja en el hospital Castro Rendón, el más importante de Neuquén, desde hace 15 años. Es cirujano y como responsable del área de cirugía plástica infantil se encarga de la asistencia quirúrgica de los niños quemados. La falta de insumos no es una novedad para él, la carencia es una constante desde hace años, afirma. Las prendas de presoterapia, que deben colocarse en la zona donde el paciente se quemó entre 30 y 45 días después que se produjo la lesión, son junto a las férulas, las que más faltan. La prenda o máscara (si la quemadura es en la cara) ayuda a la regeneración de colágeno y funcionan como un sostén para los tejidos. “Desde hace varios años tengo el problema de la falta de insumos. Con los reclamos para solucionarlo agoté todas las instancias posibles dentro del hospital.
Nunca tuve una sola respuesta”, explicó Buduba. “Si no mandan las prendas de presoterapia, o se demoran en enviarlo, las secuelas son irreversibles. Cuando demoran en enviarlo, el Estado termina gastando en vano, porque ya no sirve y las secuelas no sólo son estéticas sino también funcionales. Otras veces no llegan nunca”, agregó.
Cansado de la indiferencia a sus reclamos por escrito, Buduba presentó fotos. Imágenes de esos nenes y nenas que la mayoría no supera los tres años y tienen las caras, manos, piernas, destrozadas por las quemaduras. “Las mandé para que se entienda cuál es la realidad del paciente, porque muchas veces hay burocracia y la gente que tiene que enviarlo no sabe de lo que se está hablando”, explicó. Buduba pensó que lo iban a entender, pero no. Tampoco tuvo suerte. “La respuesta es la ‘no repuesta’”, detalló.
El último caso en el que la falta de respuesta tuvo consecuencias de por vida es el de una chiquita que se quemó las manos. Necesitaba unos guantes de comprensión elástica y una férula, pero nunca llegaron. Le quedaron los dedos rígidos, sin flexión, sobre las palmas de las manos.
“En 2013 pedí 33 prendas y me llegaron 7. En 2014 pedí 25 y me mandaron 3.Y cuando llegan es tarde, porque las mandan 6 meses después”, explicó Buduba. Más del 60 % de los quemados son chicos menores de tres años. “Se queman con agua o líquidos calientes y, sin los insumos, no hay forma de que no les queden rastros”. En el reclamo realizado por el médico y la Defensora también está el pedido de contar con kinesiólogos en el servicio. La labor de los kinesiólogos es fundamental para la rehabilitación adecuada de los chicos.
El camino de la justicia
Buduba fue a la justicia y el 22 de diciembre del año pasado se entrevistó con Osés. “Es el amparo más visual que presenté en mi vida. Las obras sociales cubren estos insumos porque no son caros. Eso lo hace más inentendible aún”, explicó Osés. Los insumos no tienen precios exorbitantes. Una prenda de presoterapia puede oscilar entre los 2000 y los 4000 pesos y la máscara, como mucho, el doble.
Osés consideró urgente el caso. Envió un fax al Ministro de Salud provincial, pidiendo una audiencia el 23 de diciembre, pero no contestaron. La semana pasada la Defensoría estuvo en condiciones de presentar una acción constitucional de amparo, para que se proteja el derecho a la salud de los niños, ante una omisión del Poder Ejecutivo “que es arbitraria, manifiesta, y actual, como exige la ley de amparo”. Y solicitó que el Poder Ejecutivo “llame a una licitación de compra abierta para los insumos. Y pidió que se designe un profesional de la kinesiología que se ocupe de todas las tareas que importa la asistencia de los niños quemados, y también que se provea al niño de esos insumos esenciales para su tratamiento”, detalló Osés.
La jueza que subroga el juzgado de Familia N° 2 rechazó la presentación sin abrir discusión. Por un lado argumentó que antes de analizar si el amparo se abría a la discusión, se debía probar que existe una lesión, que es arbitraria o ilegal, que la provoca el Poder Ejecutivo y que se han lesionado derechos constitucionales. Osés apeló la medida y recusó a la jueza. “Es una falta de respeto al trabajo ajeno”, dijo Osés. Y explicó que la jueza se desdijo de algunos de los puntos citados argumentando que habían sido redactados por su secretaria.
El pedido está ahora en la Cámara que entre hoy y mañana deberá decidir qué sucede con la presentación. Si la Cámara decide que es admisible y acepta la recusación, la semana que viene el planteo podría seguir en otro juzgado y en febrero tener una solución.