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El fiscal de Bahía Blanca, Julián Martínez, pidió la elevación a juicio oral de la causa en la que la periodista Estefanía Heit y su esposo, el falso pastor Jesús María Olivera, están acusados de haber mantenido cautiva durante tres meses a una mujer en su casa de Coronel Suárez. La pareja está acusada de reducción a la servidumbre en concurso real con estafas reiteradas. Él además enfrenta los cargos de lesiones graves y abuso sexual. Si bien la defensa aún no fue notificada oficialmente, el abogado de Heit, Leonardo Talamoni, anticipó a Infojus Noticias que apelará la imputación.

El fiscal Martínez, a cargo de manera interina de la Fiscalía Nº14 especializada en delitos sexuales, cerró la etapa de instrucción luego de recibir las pericias psiquiátricas y psicológicas y elevó el pedido de juicio oral a la Justicia de Garantías. El próximo paso es que la jueza Gilda Sthempelet, corra vista a las partes. Después, la defensa tiene 15 días para apelar.

“Nosotros nos enteramos por los medios, no fuimos notificados oficialmente”, explicó el abogado Talamoni. Según explicó el letrado, una vez que reciba la confirmación de la elevación a juicio va a apelar la calificación legal. “Entendemos que no corresponde”, explicó.

"Si no hay muchas trabas con apelaciones podría haber alguna fecha antes de fin de año, no para que se haga el juicio, sino para definirlo para el 2014", explicaron fuentes judiciales a Télam.

El falso pastor y la periodista están detenidos desde noviembre del año pasado, después de que Sonia Marisol Molina, de 33 años, oriunda de Choele Choel, denunciara en una comisaría de Coronel Suárez haber sido secuestrada, torturada y abusada sexualmente por la pareja. Ambos están detenidos en la Unidad Penal de Villa Floresta, en Bahía Blanca.

Molina contó que estuvo secuestrada y fue sometida a torturas. “La comida para perros fue en manjar en comparación a otras cosas que tuve que comer”, dijo la mujer. Según contó, la periodista y el falso pastor la alimentaron durante el primer mes con las sobras de lo que ellos comían. “Después empezaron a darme polenta, comida para perros, fideos crudos”. Algunas veces la obligaban a comer excremento de perros. “Tenía que hacerlo o recibía golpes”, dijo.

“El ensañamiento que tuvieron ahora último no podría explicarlo. Puedo relatar lo que pasó con lujo de detalles pero qué los llevó a eso no sabría decirlo porque no termino de entenderlo”, contó Molina en una entrevista televisiva.

El 18 de diciembre, la jueza de Garantías Susana Calcinelli (que subrogaba a Sthempelet), dictó la prisión preventiva de la pareja. La ex fiscal de la causa, María Marta Corrado, que renunció para ser candidata a diputada, había acusado a Heit y Olivera de privación ilegal de la libertad y abuso sexual. Corrado explicó que si bien Heit “no participaba activamente” en las agresiones sexuales “las presenciaba y consentía”. La jueza Calcinelli consideró que Molina fue reducida a la servidumbre por la pareja pero le imputó el abuso sexual solo al hombre.

Los dos acusados se declararon inocentes. Dijeron que Molina no se quería ir de la casa porque estaba obsesionada con Olivera. Que se golpeaba ella misma, que no comía y que les entregaba su dinero por decisión propia.