El juez Federal de Bahía Blanca consideró que hay elementos para vincularlo con operaciones de narcotráfico. Será trasladado a una unidad penal en la localidad de Saavedra.
El juez Santiago Ulpiano Martínez dictó este mediodía la prisión preventiva para Juan Suris, acusado de liderar una banda dedicada al tráfico de drogas ilícitas, y lo embargó por 12 millones de pesos. Después de un examen médico, el empresario de 40 años será trasladado de la dependencia policial donde se encontraba a una unidad penal en la localidad bonaerense de Saavedra. La fiscalía pidió la imputación de cinco jefes policiales.
El juez Martínez evaluó que Suris pudo escuchar en la demanda cada uno de los soportes técnicos que quiso escuchar y no negó su voz, ni el contenido de las escuchas, ni desmintió sus interlocutores, ni dio explicación satisfactoria de ninguna de las conversaciones que fueron puestas a consideración. Suris solo aclaró que una en la que “limpiar todo” era una “sugerencia” al cuidador de su quinta, “porque de vez en cuando se fumaba un ‘porro’ y no quería que, por eso, pudiera tener un problema él”.
De las dos mil horas de escuchas el juez determinó que el rol de Suris era el de líder, y contaba con al menos diez vendedores al menudeo. Las claves narcóticas de la banda eran varias, según la transcripción de las llamadas telefónicas:
-Che, el pen drive que me pasó no se escuchaba la música. Apenas pude escuchar el audio, estoy tratando de bajar un programa para poder escucharlo bien, viste?- A lo que Suris respondió:
- Le vamos a bajar lo mismo de siempre y sino vamos a pagar lo mismo de siempre, cuarenta y cinco lucas el pen drive y listo, mirá que fácil.
- Otra vez una Heineken, decime dónde
- ¿Una cerveza?... Sí… yo necesito para el viernes la plata porque el viernes llegan las cosas mías, ¿viste?
Para el juez, las "charlas" no guardan ningún sentido si no se entienden como un dispositivo convenido para comerciar la ‘droga’, porque de otro modo no hay manera de explicarlas “dado que un pen drive no tiene la capacidad que se indica, que la necesidad de un programa de música para escuchar sugiere el “estiramiento” de la droga, o que un albañil necesita más o mejor “pintura” porque la que tiene no pega”. También señala “cuando se intentan ‘recapar’ cubiertas ‘nuevas’ agregándose ‘aire’, o cuando el valor mismo de las cubiertas (“cincuenta lucas”) en modo alguno se compadece con un valor de mercado”.
En la jerga transa, al consumidor compulsivo de cocaína se lo llama “palero”, y en el código de la banda Suris el vendedor era el “albañil”:
-Vos me mandaste sin cola para el albañil
-¿Me mandás algo para el albañil? Escuchá porque yo con ocho lucas de eso, quería que vos me compres…no hables por acá que me acaban de decir que está todo chupado.
-Voy a dejar al albañil que tengo acá porque viene a mi casa a ver para que me la termine unas cosas. Tenés algo de efectivo vos… sí eso dáselo a Guille.
Como el único argumento de defensa de Suris es que la causa fue “armada”, el juez consideró que la debilidad, la inconsistencia y la inmanejable construcción de un mundo propio que no guarda relación con lo que le fue imputado en la causa aparece como una estrategia insuficiente que no genera ni la más mínima duda en el juzgador. Según el procesamiento “en el ‘mundo’ Suris todo tiene explicación pero cuando lo dicho debe obligatoriamente ‘desmentir’ las pruebas, la suerte de la (in) justificación tiene otro desenlace”.
En el fallo firmado por el juez Martínez, se dispuso la prisión preventiva tanto para Suris como para Carlos César Alberti, “por hallarlos ‘prima facie’ autores penalmente responsables del delito de comercialización de estupefacientes previsto por el artículo 5 de la ley 23.737, figura agravada por la concurrencia organizada de tres o más personas”. A su vez el Juzgado Federal número 1 fijó embargos de 12 millones de pesos para Suris y 3.800000 para Alberti, que sería cómplice de la organización delictiva.
Por la causa se encuentran con prisión preventiva desde la primera semana de enero Guillermo Suris, hermano del empresario; Ezequiel Ferrari; Aníbal Arce, Sandro Miranda, Nicolás Di Roco; Martín Ocampo; Johana y Tamara Giménez, Fernando Bond Stork y Juan Ramón Romero Miranda.
Complicidad policial
Hoy el fiscal Alejandro Cantaro presentó un escrito al juez Martínez en respuesta a al pedido de informe sobre la complicidad policial. “A juicio de la fiscalía los jefes policiales comprometidos al momento son cinco, pero se pueden seguir incorporando cómplices”, dijo Cantaro a Infojus Noticias.
“También informamos a Asuntos Internos de la policía de la provincia para que resuelvan la situación de los oficiales y probablemente decidan rápido, porque ellos requieren menos que nosotros para una imputación. A su vez, tienen la capacidad de sumar investigados si lo consideran”, explicó Cantaro.
Acerca de la posibilidad que había de generar una nueva causa y no incluir a la complicidad dentro de la misma investigación de Suris, Cantaro dijo que la fiscalía no había querido condicionar al juez y que “creen que se debe imputar al menos a esos cinco policías: sea en una misma causa o una paralela da igual”