El Juzgado de Familia N° 2 restituyó inmediatamente a la niña a su madre. Los abuelos paternos habían retenido a la nena durante doce días. El padre tiene desde mayo una medida de restricción, por una denuncia de violencia familiar.
“La abuela me dijo que no podía tener dos mamás”, le comentó su hija de 5 años a Belén Acevedo, una maestra que vive con su pareja, otra mujer, en Cinco Saltos, Río Negro. Días después, el 11 de octubre, los abuelos paternos de la nena se la llevaron un fin de semana, según el régimen de visita familiar. No regresaron a devolverla. Belén reclamó la restitución de su hija, de quien tiene la tenencia de hecho. El martes el Juzgado de Familia N° 2 de Neuquén restituyó la niña a su madre de manera inmediata.
Belén cuenta que durante los últimos dos meses, la nena volvía de la casa de sus exsuegros con distintos planteos. “Mi abuela dice que nosotras no somos una familia”. “Una familia tiene que tener un papá”. Belén y su pareja, Mirta, le explicaban: su familia biológica es una, la novia de su madre es una “mamá del corazón”. Mientras tanto, Belén cumplía con los regímenes de visitas pautados.
Los abuelos eran quienes veían a la nena del lado paterno, porque el padre tiene desde mayo una medida de restricción, a partir de una denuncia por violencia familiar. Belén nunca se negó a que sus ex suegros que vieran a su nieta. Fin de semana de por medio, la niña se quedaba a dormir con ellos –que viven en Neuquén- y además la pasaban a buscar una vez a la semana durante tres horas.
El último fin de semana largo de octubre la nena se fue con los abuelos. Se habían comprometido a llevarla al jardín, pero no lo hicieron. Belén los llamó para saber qué había pasado. “La nena se la va a quedar el padre porque el tuyo no es un ambiente saludable ni seguro”, le dijeron. “No hay nada inseguro ni incierto. Las dos trabajamos, tenemos una vida normal. Es claro: no querían que esté con nosotras por nuestra sexualidad”, explicó Belén a Infojus Noticias.
En un primer llamado, el abuelo paterno mintió a la madre de la nena. Le dijo que se quedaría con ellos por decisión de la Justicia, que le habían hecho exámenes psicológicos y que una jueza había firmado un dictamen porque la casa de Belén no era segura. “Finalmente era todo mentira”, contó Belén. La madre fue a buscar a la hija a Neuquén, pero no pudieron volver juntas. “Los abuelos dijeron que no la iban a devolver, como si fuera un paquete”, contó Belén. Anteriormente los ex suegros ya habían manifestado sus intenciones de llevarse a su nieta, pero la maestra neuquina creía que eran solo amenazas y no les había prestado atención. “Los abuelos escribían en la red Facebook mensajes como: “Fuerza” seguido por el nombre de la niña. O “Vas a volver a estar en casa y vas a volver a ser feliz” y “Espero que no te maltraten”, “¡Cómo si por ser lesbianas la vamos a maltratar”, dijo Belén.
Después de la restitución se pautó un nuevo régimen de visitas. La maestra neuquina está de acuerdo con que su hija siga viendo a sus abuelos por su “bienestar y felicidad”, pero tiene miedo de que algún día no la traigan de vuelta.
La historia recuerda un cuento de la autora feminista Leslea Newman, que seguramente, los abuelos no leyeron el libro Paula tiene dos mamás. El relato empieza así: “El dos es el número favorito de Paula. Paula tienes dos brazos, dos piernas, dos ojos, dos orejas, dos manos y dos pies. Paula también tiene dos mascotas, un gato de color blanco llamado Nieve y un gran perro de color negro llamado Noche. Paula tiene dos mamás: mamá Julia y mamá Catalina”. Como Paula, la hija de Belén también tiene dos mamás.