El acusado de asesinar al intentendente de Lobería, Hugo Rodríguez, y al director del Taller Protegido, Héctor Álvarez, había amenazado varias veces con quitarse la vida. Después de intentar autolesionarse, fue inspeccionado por psiquiatras y ahora está en la Alcaidía Departamental de Melchor Romero, al lado de la Unidad Psiquiátrica N34 de La Plata, para más pericias psicológicas.
Parece que las fichas empezaron a caer en la cabeza de Julio César “Tyson” Aldecoa. Los días pasaron y la mirada perdida, ajena, que se había instalado en la cara del acusado de asesinar al intendente de Lobería Hugo Rodríguez y al director del Taller Protegido, Héctor Álvarez, comenzó a desvanecerse, dándole paso al temor. Es que, según se pudo saber, con el correr de las horas, desde que ingresó a la Unidad Penal 44 de Batán, Aldecoa no dejó de manifestar su intención de quitarse la vida. Pero no se quedó en eso, Tyson intentó autolesionarse en reiteradas oportunidades, por lo que fue examinado por personal especializado en psiquiatría y se le diagnosticó una fuerte inclinaciones al suicidio. Con esto, los miembros del Servicio Penitenciario se pusieron en contacto con la Justicia de Garantías para resolver el traslado.
El nuevo destino de Tyson está tras los muros de la Alcaidía Departamental de Melchor Romero, ubicada junto a la Unidad Penal Psiquiátrica N 34, cerca de La Plata. Según explicó el Servicio Penitenciario Bonaerense, en esta Alcaidía se reciben a los detenidos que manifiestan problemas psiquiátricos para que un grupo de psicólogos lo evalúe y defina cuál es la situación de encierro pertinente para cada caso. En general son alojados en la UP 34 o la UP 10, conocida por albergar a Junior, el chico autor de la “Masacre de Patagones”.
En el caso de Tyson, según interpretó la fiscal María Eugenia Quagliaroli, a cargo de la investigación, la intención de Guillermo Llugdar, titular del Juzgado de Garantías 1 de Necochea, es que se lo mantenga custodiado y que se lo medique, de ser necesario, con el fin de preservar su vida y así poder evaluar su estado psiquiátrico para continuar con el proceso judicial en el que está imputado por “doble homicidio agravado por el uso de arma”.
En este sentido, Quiagliaroli fue enfática en afirmar que el imputado “no tiene ningún tipo de patología psiquiátrica como para pensar en inimputabilidades”. Más aún, la representante del Ministerio Público, apuntará en su pesquisa a confirmar la hipótesis de que Aldecoa actuó con alevosía a la hora de asesinar tanto a Rodríguez como a Álvarez.
El Código Penal prevé este agravante en su artículo 80 y según se desprende del análisis que Quagliaroli –aunque ella prefiere mantener prudencia hasta que se terminen las testimoniales– hace de la mecánica del hecho, Aldecoa Actuó a distancia y con las víctimas en pleno estado de indefensión, amparado por la sorpresa y el ocultamiento que le daba el terreno. En este sentido, vale destacar que las pericias lo colocan al asesino detrás de una serie de árboles en un terreno lindero al Parque Municipal Narciso Del Valle, escenario del crimen.
Otro análisis que se puede desprender de la línea que sigue la fiscal es que coloca al crimen de Hugo Rodríguez y al de Héctor Álvarez en una misma intención criminal. Es decir, para la investigación Aldecoa habría tenido la intención de matar a ambos, ya que –a la distancia habría confundido a Álvarez con Silvio Vidal, secretario de Planeamiento de Lobería y víctima de las agresiones físicas que bautizaron a Aldecoa como Tyson.
Por lo pronto, la investigación continúa con Aldecoa detenido en Melchor Romero y con la Ayudantía Fiscal de Lobería ampliando el número de indagatorias para confirmar las hipótesis de Quagliaroli para ir rumbo al pedido de prisión preventiva y al cambio de carátula.
Julio César “Tyson” Aldecoa está acusado de asesinar al intendente de Lobería, Hugo Rodríguez y al director del Taller Protegido, Héctor Álvarez el sábado 19 de octubre cerca de las 19,30. Aldecoa habría disparado con una carabina calibre 22 y luego de asestar un disparo a Álvarez y cuatro a Rodríguez, terminó la agresión con un hachazo en la cabeza del intendente. Tyson fue apresado en su casa de Francisco De Caso 150 a poco de las 20. Al llegar la policía estaba bañado en sangre y tenía en sus manos las armas utilizadas en el hecho. Dicen que en ese momento sus palabras fueron “me mandé una cagada, maté al intendente”.