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El juicio por el crimen de Natalia Di Gallo, la adolescente de 16 años que apareció asesinada en enero de 2004 en el parque Pereyra Iraola, avanzó hoy con la declaración de un testigo clave que reconoció en la sala a Nicolás Gómez, el principal imputado. En las próximas horas, Gómez dará su testimonio.

Con el testimonio de Rubén César González, que en 2011 declaró con identidad reservada, la situación de Gómez se complicó aún más. González lo reconoció en la sala a Gómez como uno de los hombres que pasó a la fuerza a Natalia de un vehículo a otro la noche de su desaparición. Su testimonio llegó a oídos de la Justicia por primera vez en 2011. Al explicar por qué recién ese año declaró lo que había visto aseguró "tenía que sacarme un peso de encima que vengo arrastrando y me tiene mal". González estaba en una parada de colectivo sobre la ruta 36 cuando vio la secuencia durante la madrugada en que la chica desapareció. Fue este testimonio el que permitió que el fiscal Alejandro Ruggeri pidiera la detención de Gómez, que hasta entonces solo había estado unos meses en prisión, y la elevación a juicio.

La audiencia empezó pasadas las 10:30 de la mañana ante el Tribunal Oral en lo Criminal N° 1 de Quilmes. Los familiares y amigos de la joven llegaron hasta ahí marchando en reclamo de justicia desde la plaza de la estación, distante a doscientos metros. Todos llevaban remeras blancas con la foto de la chica y su nombre impreso. Juan Di Gallo, papá de Natalia, se mostró más esperanzado con el curso del juicio y por la presentación de los testigos.

Gómez pidió declarar hoy después que lo hiciera González. La semana pasada su situación ya se había complicado con el testimonio de Walter Bacigalupe quien describió una secuencia similar a la de González. Como su testimonio fue más detallado que lo que dio en la etapa inicial, la defensa de Gómez pidió al tribunal la detención de Bacigalupe por falso testimonio y que se incorpore por lectura la declaración que había hecho durante la instrucción, en la cual no había podido realizar una correcta identificación del imputado, pero ambas solicitudes fueron rechazadas, informó la agencia Télam.
En esa audiencia también declaró Elsa Quirino, quien junto a su marido vieron la misma situación: un joven que golpeaba a una chica junto a un auto marca Renault, como el de Gómez.

"Quirino no lo señala a Gómez pero hace una descripción del joven que ella vio que coincide con las características fisonómicas y de las prendas de vestir del acusado", explicó a Télam el abogado
de la familia Di Gallo, Daniel Mazzocchini.

Junto a Gómez también está imputado Daniel Feliciano Ojeda (40), un remisero al que primero detuvieron por el robo de un auto que luego fue señalado por un testigo como el mismo tipo de vehículo en el que vio a una chica parecida a Natalia pedir auxilio la noche en que desapareció la víctima.

Los dos llegaron al juicio acusados como partícipes del delito de "privación ilegal de la libertad agravada por el resultado de muerte en concurso real con abuso sexual", y en el caso de Gómez en concurso con el de "falsa denuncia".

Gómez está preso por este caso mientras que Ojeda llega detenido por otro hecho -una tentativa de homicidio- ya que por el crimen de la adolescente había sido excarcelado con falta de mérito en 2005.

Natalia fue vista con vida por última vez el 28 de diciembre de 2003, cuando salió de su casa en Bosques junto a Gómez, y el 1 de enero de 2004 la encontraron asesinada y envuelta en bolsas de
nailon en el Parque Pereyra.

La autopsia reveló que fue violada y murió por una "asfixia mixta" producida por la obstrucción de las fosas nasales y la boca, en combinación con una compresión torácica-abdominal.

También se demostró que fue asesinada en otro lugar y luego arrojada donde se la encontró.
Gómez siempre se declaró inocente y denunció que él y Natalia estaban dentro de su auto estacionado en el mencionado parque cuando un delincuente armado los asaltó, lo encerró en el baúl y raptó a la adolescente. Las pericias demostraron que nada de todo eso fue cierto.