Reconocidos civilistas, los jueces Sebastián Picasso y Gustavo Caramelo dirigen la revista de Derecho Privado de Infojus, y fueron los encargados de desarrollar la disertación sobre “La reforma civil y comercial”, que tuvo lugar hace diez días en la Feria del Libro. Infojus Noticias los entrevistó.
Los jueces Sebastián Picasso y Gustavo Caramelo brindaron la última charla del ciclo de conferencias de Ediciones Infojus en la 40º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. Gustavo Caramelo es juez nacional en lo civil, docente de grado y de posgrado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y en la Universidad de Palermo. Sebastián Picasso, juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, también es profesor de grado en la UBA, y es autor de numerosas publicaciones en revistas y libros jurídicos.
Sebastián Picasso integró la subcomisión de reforma que abordó el tema de “responsabilidad civil”, una de las 33 que creó la Comisión que presidió el cortesano Ricardo Lorenzetti. El proyecto pasó por una comisión bicameral en el Congreso, fue votado por el Senado de la Nación y espera ser tratado por la Cámara baja. Infojus Noticias conversó con ellos, y repasó el proceso de gestación del texto.
-¿Qué efectos puede producir un nuevo Código?
GC: -Para cualquier operador del derecho en toda la Argentina, un cambio de la magnitud que implica un nuevo Código Civil es todo un desafío. La reforma es fundamental para el armado jurídico del país, para ampliar las perspectivas de desarrollo de los derechos, y para poder dar nuevas discusiones. Va a suceder otro estadío de debate jurídico una vez que el proyecto esté vigente como Código. Su implementación y su aplicación van a generar nuevos disparadores. El debate en puerta es sumamente movilizador y revitalizante para cualquier persona que tenga un interés en lo jurídico y en la evolución del derecho argentino.
-Muchas veces la crítica a la normativa vigente viene desde el ámbito académico, pero ustedes además de docentes son jueces. ¿Cuáles fueron las causas fundamentales de esta reforma desde la óptica de la magistratura?
GC: -La reforma constitucional de 1994, que vino a resignificar todo el orden jurídico argentino. La norma básica del Código Civil argentino responde a la misma matriz originaria del Código Civil del siglo XIX. Tuvo modificaciones importantes a lo largo de los años, que le fueron introduciendo nuevos derecho y nuevas formas de ver el derecho. Pero es un Código Civil que se hizo cuando lo importante era regular los daños producidos por animales y no daños producidos por las cosas, porque la revolución industrial no había llegado a la Argentina. No se habían desarrollado maquinarias y elementos que pudieran poner en riesgo la vida cotidiana de las personas. Luego vinieron los cambios en la noción de sujeto, se entendió la capacidad progresiva de los chicos, el rol de las mujeres en la sociedad, la situación de los ancianos y se hicieron algunos cambios. Pero es necesaria una visión que readapte todo el derecho privado al orden constitucional que rige desde 1994, y tiene que tener el mayor despliegue posible.
-La elaboración del proyecto de Código fue descentralizada en subcomisiones y la comisión bicameral del Congreso realizó audiencias públicas en todo el país. ¿Qué aporta la revista de Infojus a esa pluralidad?
SP: - Sin ninguna duda la idea es continuar con esa pluralidad. Este proyecto se distingue en que más allá de que fue elaborado por juristas expertos, se abrió a los comentarios y sugerencias de amplios sectores sociales, asociaciones intermedias, a los pueblos originarios. La comisión bicameral también recorrió el país y recibió un montón de opiniones que fueron determinando cambios en el articulado. Hubo aportes de la propia comisión de reforma, del Poder Ejecutivo, de la comisión bicameral, y finalmente del Senado. Nuestra idea es que la revista también prolongue esta diversidad, esta multiplicidad de foros y de ámbitos desde los cuales se pueda hablar. Por eso es tan importante el federalismo y la pluralidad ideológica de quienes escriben la revista.
Sebastián Picasso en el stand de Infojus de la Feria del Libro
-Avanzar en el acceso a la información jurídica, ¿es una forma de democratizar la Justicia?
GC: -Sí, por supuesto. La construcción de ciudadanía se logra también a través del conocimiento del derecho. Es necesario para que la gente pueda defender sus derechos, reclamar lo que es justo, poner límites a los abusos que puede sufrir desde sectores como los empresariales. Muchas veces no es que la gente no tiene los derechos, sino que los desconoce y no sabe cómo lograr su concreción, entonces la información es imprescindible.
-¿Qué rol cumplen las revistas de Infojus en esa tarea?
GC: -Infojus es una herramienta muy importante para democratizar el conocimiento del derecho. Lo hace accesible y en forma gratuita. Permite el conocimiento de las normas a través del portal. Las revistas difunden los principales debates doctrinarios que se dan en las distintas materias. Y el portal de Infojus Noticias permite la discusión del día a día y el seguimiento de muchas de las noticias que hacen a la actividad jurídica y a las que ahora la población puede acceder. Desde ese punto de vista aseguran un mayor y un mejor conocimiento respecto de lo que son los derechos de la ciudadanía. Y a la larga, eso es imprescindible para poder elevar la calidad de vida de las personas.
Gonzalo Caramelo en el stand de Infojus de la Feria del Libro
-¿Cómo fue la gestación de la revista de Derecho Privado y la selección de los temas a tratar?
GC: -Conformamos un grupo de trabajo con tres secretarios de redacción, con los que compartimos el trabajo. Naturalmente empezamos con la idea de realizar una revista enfocada a tratar distintos temas en cada número, pero la gestación del proyecto de reforma del Código Civil y Comercial acaparó la atención de los números siguientes. Nos abocamos primero a eso y a desarrollar distintos aspectos de la reforma. Y ahora estamos volviendo a la idea original de desarrollar núcleos temáticos en cada número de la revista. Estamos trabajando con derechos del consumidor, vamos a trabajar con derechos de la salud, de la educación. Siempre desde la perspectiva del derecho privado.
-¿Qué características tiene ese equipo de trabajo y qué se trasluce de su composición?
SP: -La idea fue de entrada que la revista tuviera un sesgo federal. Que hubiera profesores, abogados, jueces que escribieran de todas partes del país. Que fuera representativa de distintos estratos, de distintos sectores geográficos y de distintos pensamientos ideológicos. Es una revista muy abierta donde aparecen distintas líneas de pensamiento que conviven y hasta dialogan. Hemos procurado seguir esa línea tanto en los números que dedicamos específicamente a la reforma del Código Civil como en los temas que estamos desarrollando ahora en estos últimos números.
-El hecho de haber integrado una de las subcomisiones, ¿le aportó otra herramienta al momento de coordinar los contenidos de la revista?
SP: -Sin dudas fue una ventaja haber estado involucrados de un modo u otro en la generación de la reforma. Los dos lo hicimos en el ámbito académico en el cual se gestó. También fue una ventaja participar de las propias subcomisiones que colaboraron en esto. Nos permitió seleccionar con mayor precisión algunos temas y hasta contactar a algunas personas que habían trabajado en varios de los puntos que específicamente fueron tratados en el proyecto. Varios de ellos escribieron sobre las temáticas que les tocó abordar, y sin ninguna duda eso redundó en un enriquecimiento de la revista.