Mario Vittete Sellanes, el autor intelectual del robo al Banco Rio Acassuso, está a punto de volver a su casa y quedar en libertad gracias a una astucia jurídica. El fallo quedó firme esta mañana.
Hoy a las nueve de la mañana Mario Vitette Sellanes logró su cometido: que lo expulsen a Uruguay. Y lo hizo de una manera muy curiosa: aceptando su responsabilidad en un robo que- dice- no cometió. Lo decidió el Tribunal Oral Criminal N° 15 que aceptó la firma de un juicio abreviado y homologó una pena única de 25 años para el ladrón uruguayo. Tres años y medio que se sumaron a la condena de 21 años y seis meses que ya tenía por el "Robo del Siglo" al Banco Rio Acassuso y otras tres causas.
El Tribunal aceptó –a pedido del condenado- la expulsión del país bajo la figura del "extrañamiento", contemplada en la Ley de Migraciones, que estipula la posibilidad de expulsión del país de los presos extranjeros que cumplen la mitad de sus condenas. Vittete Sellanes lleva 13 años preso.
“El fallo quedó firme esta mañana. Se remitieron fotocopias de la resolución del tribunal al juzgado de Ejecución Penal, al juzgado Civil, a la policía, a Migraciones y a los penales donde estuvo preso”,dijeron desde el Tribunal Oral a Infojus.
“Ahora le falta algo menos de medio mes para cumplir con la mitad. Entre que se hacen los trámites administrativos, va a cumplir el periodo requerido de la mitad de la condena y un día”, aclaran desde el tribunal oral. Aunque no siempre la aceptación del extrañamiento implica la libertad. “Depende del acuerdo de cada país con Argentina”, agregan. En Uruguay, donde el delito tiene penas más leves, quedaría en libertad.
Vitette venía pidiendo la expulsión desde que lo acusaron de ser el cerebro del “Robo del Siglo”. Sin disparar la banda se llevó un botín de 19 millones de dólares del Banco Río de Acassuo. Sólo se recuperó un millón y medio del dinero.
Pero en San Isidro, los fiscales Gastón Garbus y Eduardo Vaiani se opusieron a la medida. Vaiani es el fiscal general adjunto del distrito, la mano derecha del cuestionado fiscal general Julio Novo, un hombre con fuertes nexos con los intendentes de la zona y el poder político local. Garbús, según una fuente del Poder judicial de San Isidro “es un obsecuente de Novo”. Ellos y la jueza de Ejecución Penal Victoria Laura Elías García Maañón interpusieron recursos para que Vitette no abandonara el país. “No fue una excepción. Es una cuestión ideológica. Esa jueza no le da la libertad ni a la madre”, dijo la fuente a Infojus.
“Desde el 29 de marzo de 2012 estoy en condiciones de acceder al extrañamiento. Hace más de un año que debería estar libre en Uruguay, pero fui rehén de tres fiscales y una jueza de San Isidro”, dijo Vitette en una entrevista con Télam.
Por eso, la aceptación de su responsabilidad en el último robo habría sido parte de una estrategia judicial. "Yo no tuve nada que ver en ese robo, pero me declaré culpable para poder acelerar el trámite de mi expulsión", le dijo a Télam desde la cárcel, hace un mes. El cambio de jurisdicción en la ejecución de la pena le permitió que aceptaran esa figura legal que en San Isidro le había sido negada.
En este expediente, Vitette fue condenado como partícipe secundario de un robo de joyas y 200.000 dólares cometido en marzo de 2008 en un departamento de Barrio Norte. De acuerdo a la investigación, fueron una mujer y un hombre; hoy cumplen tareas comunitarias por una probation. Vitette Sellanes era amante de la ladrona, y la justicia presumía que había cumplido un rol en la autoría intelectual.
El“Robo del Siglo”
El 13 de enero de 2006, cinco hombres entraron a la sucursal del Banco Río de Acassuso. Tomaron 23 rehenes y mientras distraían a 200 hombres de las fuerzas especiales de la policía bonaerense simulando una negociación -después se supo que el interlocutor era Vitette Sellanes, y que se había permitido hasta tomarles el pelo- saquearon 143 cajas de seguridad. Reunieron 19 millones de dólares en joyas y dinero líquido, y huyeron en dos gomones por un túnel construido durante meses que los comunicaba los desagües pluviales subterráneos con una alcantarilla. En las paredes de las bóvedas bancarias, dejaron escrita la frase: “En barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores”.