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“’Miss trans’ no es un concurso donde se apueste por una belleza estereotipada: queremos visibilizarnos desde lo que también nos hace felices, hacer visible la alegría de la identidad”, dijo a Infojus Noticias Daniela Ruiz, organizadora del evento junto a Ivanna Bordei e integrante de la Cooperativa Arte Trans. El próximo sábado será la selección de seis semi-finalistas que competirán con las reinas y princesas ya seleccionadas en distintas provincias del país. En octubre habrá coronación: “Miss trans 2015”.

“Mostramos que la cultura travesti, transexual, transgénero también tiene sus costumbres y estamos orgullosas. ¿Por qué no tendríamos el derecho de aparecer de otra forma que reclamando o en la sección de policiales? Antes teníamos que festejar hasta los cumpleaños a escondidas, porque nos perseguían y golpeaban”, dijo Ruiz.

La pregunta retórica de Ruiz tiene sus razones: este año en muchas provincias se trabajaron proyectos para prohibir los concursos de belleza por considerar que generaban prejuicios y discriminaciones. Para algunas personas de la comunidad trans, desplazada durante décadas incluso del reconocimiento de un nombre por parte del Estado, festejar la identidad y elegir una reina tiene otros significantes.

Un homenaje a los perseguidxs

“Queremos reivindicar a todas a nuestras compañeras que fueron exiladas durante la década de los 90. Los recuerdos feos de esos años que puedo contar son muchos, porque salir a la calle ya era un delito: culpable de ser travesti. La brigada de moralidad, amparada por el código contravencional, te perseguía y se creía dueña de tu vida. A cualquiera de las compañeras que tuvieron que pasar ese momento le preguntás y te cuenta de golpes o personas que de un día al otro desaparecían. Eso fue una violencia promovida y amparada por el Estado, por eso entre nuestras necesidades está la de una reparación por tanto daño”, dijo Ruiz.   

La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) de Buenos Aires tiene archivos donde se prueba que las personas eran perseguidas en dictadura por sus elecciones identitarias. Los catálogos revelan que se marcaba por “conducta lesbiana”, “costumbres demasiados liberales”, “amanerado”, “temperamento afeminado” o “invertidos”. Ser travesti era una de las formas más fáciles de quedar bajo la lupa de las fuerzas represivas.

En 1983 llegó la democracia y para muchos fue el fin de la persecución. Pero no para todos, ya que el código contravencional que penaba la “inmoralidad” de las personas, algo que se usaba para atacar las disidencias sexuales, Los edictos policiales sancionaban a aquellos “que públicamente incitaran u ofrecieran actos carnales”. Ser travesti era una falta al inciso segundo H de “escándalo público”. La guerra contra cualquiera que a la policía le pareciera escandaloso recién fue derogada en 1998.

“Por eso nos sentimos con derecho a ocupar todos los espacios, incluso aquellos que algunas personas desde la ignorancia tildan de superficiales. Para nosotras es muy importante festejar y tener espacios para socializar. Algunas somos activistas de nuestras causas y otras no, así como tienen derecho los demás grupos de género a militar o quedarse viendo la tele y nadie los critica. Si hay que hacer un desfile, o formar una cooperativa o lo que sea para que existan otras posibilidades de vida que la prostitución, lo vamos a hacer. Sin importar la vara con la que nos midan”, dijo Ruiz.

En 2013 se hizo el primer concurso para festejar la Identidad de Género y la ganadora fue Jazmín Soledad Martínez, una salteña de 19 años. Este año la consigna es la “Memoria” y el encuentro para la preselección será el 6 de junio en el teatro La Oreja Negra (Uriarte 1271) a las 23:30.  La conducción estará a cargo de Ruiz y Sissy Giorlano.

MM/LC