El trabajo señala que “los bajos índices de denuncia hacen invisible la violencia por perjuicio en los países de la región” y pide a los países miembros de la OEA, que adopten medidas para garantizar que las personas LGBTI que sean víctimas de violaciones de derechos humanos y sus familias puedan acceder a reparaciones.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos presentó el informe “Violencia contra Personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex en América”, un trabajo que analiza los actos de violencia física contra las personas con orientaciones sexuales, identidades y expresiones de género no normativas, o cuyos cuerpos varían del estándar corporal femenino y masculino en América.
El análisis “observa que los bajos índices de denuncia hacen invisible la violencia por prejuicio en los países de la región”, e indica que muchos de estos ataques “se cometieron con violencia verbal motivada por el prejuicio basado en la percepción de la orientación sexual o identidad de género”.
El informe toma nota del componente “sexo” como construcción social: “Esta idea trasciende el concepto de sexo como masculino o femenino, y como un fenómeno biológico. Bajo esta teoría, la asignación del sexo no es un hecho biológico innato; más bien, a las personas se les asigna socialmente un sexo al nacer con base en la percepción que otras personas tienen sobre sus genitales”.
La CIDH admite que existen dificultades al momento de examinar si determinada violencia está basada en prejuicio hacia la orientación sexual, “particularmente en ausencia de una confesión del perpetrador que confirme el prejuicio” o del testimonio de la víctima. Por eso pide que se haga una investigación exhaustiva sobre las razones de la violencia, que puede necesitar de una especial sensibilidad al momento de escuchar las declaraciones ya que el temor a represalias puede paralizar.
Recomendaciones para un continente igualitario
Entre las recomendaciones que hace el organismo internacional, hay llamado a los Estados Miembros de la OEA (Organización de los Estados Americanos) de adoptar medidas para garantizar que las personas LGBTI que son víctimas de violaciones de derechos humanos y sus familiares puedan acceder a reparaciones. También se sugiere el diseño de “políticas y programas para eliminar la estigmatización, los estereotipos y la discriminación” y “adoptar medidas comprensivas para promover el respeto a los derechos de las personas LGBTI y la aceptación social de la diversidad de orientaciones sexuales”.
En lo referente a los Poderes Judiciales americanos, el informe sugiere generar protocolos “para garantizar que desde el inicio de la investigación se examinen los motivos detrás de la violencia, y que se abran líneas de investigación que permitan analizar si el crimen se basó en la orientación sexual o la identidad de género -reales o percibidas- de la víctima o víctimas”.
Las fuentes
Para armar el trabajo la Comisión cruzó datos de varias fuentes. En los últimos diez años, entre marzo de 2005 y octubre de 2015, la CIDH hizo 37 audiencias públicas dedicadas específicamente a la situación de las personas LGBTI, y más de 16 audiencias públicas en las que la situación de los derechos de las personas LGBTI se discutió dentro de un contexto más amplio de violaciones de derechos humanos. Entre 2011 y 2013 la Comisión celebró seis reuniones de expertos para identificar los principales retos y mejores prácticas en la protección de los derechos de las personas LGBTI, con un enfoque en los temas de salud, violencia e impunidad, empleo, participación política, educación y cultura, y familia. Y en diciembre del 2014, la CIDH publicó los resultados de su análisis sobre 770 actos de violencia contra personas LGBT en un período de quince meses (entre el 1 de enero de 2013 y el 31 de marzo de 2014).
También se tuvieron en cuenta informes de gobiernos, organizaciones internacionales, expertos y expertas, organizaciones de la sociedad civil nacionales e internacionales y reportajes de noticias.
El trabajo completo se puede leer en oas.org