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El juez Rodrigo Giménez Uriburu continuará integrando el Tribunal Oral Federal 6 donde 16 ex policías federales y el ex secretario de Seguridad Interior, Enrique Mathov, están siendo juzgados por la represión de diciembre de 2001. Los jueces María del Carmen Roqueta, Adriana Palliotti y Néstor Costabel rechazaron la recusación que la semana pasada le plantearon los abogados defensores. Este tribunal había sido nombrado por Casación para definir puntualmente este tema. Después se retomó el juicio con las primeras declaraciones indagatorias: ni Mathov ni el ex jefe de la Policía Federal, Rubén Santos, aceptaron responder preguntas ni dirigirse al tribunal.

Mathov acusó un estado gripal que lo tiene afónico. Y Santos prefirió volver a escuchar las nueve declaraciones que hizo durante la instrucción de la causa antes de declarar.

Giménez Uriburu ingresó minutos antes de las 11a la sala con el presidente del tribunal, José Martínez Sobrino y el juez suplente Adrián Martín. El cuarto integrante del TOF 6, Javier Anzóategui, no quiso cruzarse con sus colegas. Entró al subsuelo de Comodoro Py por una puerta lateral. La pasada semana, basados en el planteo de Anzóategui de "diferencias éticas irreconciliables” con Giménez Uriburu, los defensores coincidieron en una estrategia que retrasó el inicio de las indagatorias.

Los jueces del tribunal que rechazaron la recusación de Giménez Uriburu consideraron que de ninguna manera un “posible intercambio de ideas o disensos” entre los integrantes de un tribunal puede dar lugar a dudar sobre la imparcialidad de los magistrados. Recomendaron a sus pares y a las partes “extremar los recaudos de prudencia y templanza” en un juicio que calificaron de “trascendencia social e institucional”. Y aclararon que las discrepancias entre los dos jueces no se alejan de las que normalmente tiene un tribunal cuando “delibera”.

Esta mañana, cuando Mathov se excusó de hablar porque estaba afónico y pidió declarar la próxima semana, Santos quedó primero para exponer sus argumentos frente al tribunal. Por el tiempo transcurrido entre los hechos y el inicio de este juicio prefirió no hacerlo. Y antes de dar lugar a la lectura de sus antiguas declaraciones, el presidente Martínez Sobrino le hizo las preguntas de rigor. El ex comisario le confirmó que a sus 68 años vive con lo que cobra como retirado de la Federal. Casado y padre de tres hijas –“universitarias”, aclaró- contó que ya estando en la fuerza se recibió de licenciado en criminalística en la UBA y de taquígrafo en la Universidad del Salvador. Después, se dispuso a escuchar las declaraciones que hizo en la causa durante la instrucción, que se incorporaron al debate por lectura.

Mathov escuchó las primeras, pero después se retiró de la sala por su estado gripal. La primera vez que Santos declaró en la causa lo hizo de manera espontánea en los primeros meses de 2002. Negó su responsabilidad por las muertes (sólo en los alrededores de la Plaza de Mayo se registraron 5) y los heridos (más de un centenar) durante la represión. Después habló de los saqueos que estaban ocurriendo en varias provincias y presentó un listado con 89 efectivos de la Policía Federal que sufrieron lesiones durante aquellos episodios.

Sobre la decisión del operativo cargó las tintas sobre las autoridades políticas que, según dijo, le ordenaron “despejar la plaza”. Nombró a Mathov entre los funcionarios del gobierno de Fernando de la Rúa que le hablaron sobre la posible “toma de la Casa de Gobierno". Además de a Mathov, nombró a Leonardo Aiello, entonces secretario de la Presidencia; a Nicolás Gallo –mano derecha de De la Rúa-; al ministro de Justicia, Jorge de la Rúa, y al hermano de la esposa del presidente, Basilio Pertiné. En ningún caso precisó qué información manejaban para pensar que esa hipótesis tuviera un grado de certeza.

La tarde continuó con la repetición de los dichos de Santos, y su discusión durante la instrucción con el ex comisario Norberto Gaudiero, uno de sus subordinados. Gaudiero, era el jefe de la Dirección de Operaciones y afirmó que Santos estuvo al frente del operativo represivo. Santos decía que la función de controlar lo que sucedía era de Gaudiero. Las diferencias quedaron planteadas. Pero la defensa del ex director de Operaciones ya adelantó que Gaudiero no va a declarar en esta etapa del juicio.